Serie de Drabbles, One shots, y mini historias de romance entre Sakura y otros personajes del anime Naruto.
Drabbles en proceso: IndraSaku MadaSaku NejiSaku LeeSaku ItaSaku
Los personajes, algunos diálogos, escenarios y situaciones NO me pertenecen...
Lo soñé, otra vez, esta vez pude verle mejor, era realmente extraño que yo soñase con un hombre, tantas noches seguidas durante meses y meses, ese hombro era el dueño de mis sueños e incluso de mis desvelos, lo recordaba perfectamente tras pensar en él también por las mañanas, era imponentemente alto, su largo cabello negro azabache hacía que se viera sumamente atractivo, su extraña armadura (al parecer muy antigua) le hacía ver poderoso e importante, su cuerpo bien cernido y proporcionado me encantaba, su amplio torso parecía tan duro como una roca, sus brazos que iban de acuerdo a su torso también parecían fuertes, parecía que eran el mejor lugar para descansar, eso era lo mejor de el, o al menos eso pensaba yo, por qué durante todos mis sueños con el, nunca pude ver su cara, era todo un misterio, todo su atractivo no pasaba de alto para mí, pero me intrigaba ver su cara, algo en mí me decía que seguramente sería igual de atractiva que su cuerpo, pero aun así quería saber más de él, ¿quién era? ¿Por qué se aparecía en mis sueños? ¿Por qué causaba tanta curiosidad en mi?
Todo el, en mis sueños era un completo misterio, que no sabía si estaba dispuesta a resolver, ese hombre tan mítico me mantenía todo el tiempo ocupada pensando en el, y e que ese era el problema, yo no tenía el tiempo ni la cabeza para estar pensando en el, estábamos en tiempos de guerra y el tiempo valía mucho, yo no podía darme el lujo de desperdiciarlo para pensar en el, muchas veces los regaños de mi maestra Tsunade me sacaba de mis pensamientos, también lo hacían Ino junto con Shizune, Ino me gritaba casi igual de fuerte que mi maestra -¡Concéntrate Frentesota! ¡Estamos en guerra!- Shizune me decía: "Sakura-chan el amor vendría después la guerra, es por eso que tenemos que acabarla en cuanto antes"
¿Amor? Claro que no era amor, ¿cómo podría estar enamorada de alguien con no conozco, alguien al que no le e visto el rostro? Y en definitiva ¿cómo podría estar enamorada de alguien que ni siquiera sé que existe? Era una locura, aunque era cierto que me resultaba realmente atractivo, y en parte me gustaba, no podía estar enamorada de él, solo era atracción.
Curé y curé parientes que llegaban a la carpa donde nos encontrábamos los médicos, pero al mirar al oeste, un punzón en mi cabeza hizo que cayera al suelo, por alguna tonta razón, que no era falta de chakra me desmayé.
Otra vez, estaba ahí, en aquel campo cerca del valle del Fin, rodeada por una vegetación de hermosas flores de jazmín y cerezos, vestía ropa de civil que consistía en un vestido blanco, casi tan puro como el ambiente de ese lugar tan hipnótico.
El árbol del cerezos que se encontraba en la cima de la colina fue lo que más llamó mi atención, puesto que en a un lado de él se encontraba situado una persona, camine hacia el lenta y ansiosamente, cuando estuve por llegar, lo vi, ¡Era el! Era aquel dueño de mis sueños y pensamientos, quien me había llamado una vez más para poder verle, mis mejillas se pintaron carmín al verle, tan imponentemente atractivo, su físico mí siempre tan llamativo, y aunque no guarde la esperanza de verle el rostro, ráfagas ligeras de viento pasaban de tras de mí e iban en dirección al norte, en dirección al árbol; es como si el mismo viento me pidiera acercarme más a él, y embriagarme con su presencia.
Lo hice, seguí el concejo del viento y camine en dirección al árbol, su figura cada vez se hacía más visible y clara, portaba la misma armadura de veces anteriores, y su cabello ondeaba junto con el viento, tan largo y azabache como recordaba, él mantenía una mano sujeta al árbol, parecía que esperaba por mi acenso al final de la colina.
Me acerqué aún más. Temerosa, puesto que parecía de otro mundo lo que estaba sucediendo.
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y entonces lo vi, lo vi por primera vez, vi su rostro, que guardaba un aire lleno de madurez y experiencia, su piel blanca que hacía perfecta combinación con los diente de león que se encontraban en la colina, Me lleve la mano al pecho, se sentía tan cálido y exaltado a la ves, no sentí peligro al estar frente a él, es más, me sentí bien, me sentí fresca y ligera al verle, era como si mis pesares se fuera con solo mirarle.
