SasuSaku

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Drabble SasuSaku número 2 One Shot

"Amantes desconocidos"

Por alguna extraña razón, sus miradas conectaron por entre toda esa multitud. Aquel negro intenso y profundo, contra aquel verde brillante y lleno de vida.

Si, era extraño, pero parecían conocerse a pesar de nunca haberse visto en la vida.

Cada uno tenía algo que llamaba la atención del otro. El, con su increíble y perfecto cabello azabache, que iba a la perfección con sus profundos orbes negros, que parecían hipnotizar a cualquiera con solo mirarlos; Eran profundos y negros, casi sin final, parecían un agujero negro que tragaba la atención de aquella mujer de cabellos rosas. Pero su magnificencia parecía no acabar ahí, por que el contaba con una piel clara y un porte elegante y masculino, casi podía oler el seguramente olor varonil que el iba desprender. No era tan alto, pero casi iba a la perfección con la estatura de ella.
Vestía con un traje de gondolero, que mas allá de hacerlo ver ridículo, lo hacía ver menos llamativo, pero más atractivo, con un aire de misterio y burlón a los demás.

Ella contaba con su peculiar y exótica melena rosa, larga y que al parecer se movía al compás del viento. Miro sus ojos, que podían deslumbrarse a través de ese antifaz color negro elegante. Sus bellas esmeraldas eran verdes, tan brillantes, que puedo compararlas con un buen día de primavera. Sus ojos eran bellos, llenos de vida que hasta parecía que podía volver a la vida sus ojos negros, casi muertos. Sus labios. Sus perfectos labios rosados, casi al tono de su cabello. Eran delgados y llamativos, seguramente suaves.  Su piel clara y nívea podía apreciarse llamativa por encima de aquel vestido color rosa pálido, sus hombros, y cuello, y sin ser consiente se relamió los labios.

Ella le dio una sonrisa tímida, encendiendo así sus mejillas a un color rojo. Haciéndola ver tierna, pero aún más hermosa. Entonces él se preguntó cómo diablos no llamaba la atención de todos por su belleza y excentricidad. Pero pronto su respuesta fue contestada cuando un rubio, más o menos de su estatura, le sonrió y jalo de su mano para moverse a saludar a otros amigos.

Volvieron a mirarse mientras ella se marchaba, no quería perderla de vista, pero la situación seguía siendo realmente extraña.

Sus miradas se desconectaron cuando su novia, una pelirroja hermosa y ardiente, tomaba de su brazo para poder ir a tomar algo a la mesa de postres.

La fiesta era agradable, y al parecer no volvieron a encontrarse si no hasta 2 horas después, cuando las luces se apagaron y comenzó la música para bailar.

Su novia pelirroja inmediatamente halo de su brazo para ir a la pista a bailar, donde las demás parejas también se encontraban haciéndolo. No tuvo opción más que bailar con ella, mientras su novia, Karin, le sonreía y se apegaba a su cuerpo con sensualidad. Miro a su alrededor para ver si quiera a algún otro conocido, alguno de esos amigos que había saludado levemente en la mesa de postres.

Pero no pudo reconocer a muchos, pero, lo que sí pudo reconocer, fue aquella melena rosa tan llamativa y exótica. Entonces volvió a mirarla. Y miro como bailaba con aquel chico rubio que se la había llevado horas atrás. Vio como sonreían y bailaban con alegría. Soltó un gemido de enojo y de pronto, en su mente se vio como un estupido al pensar que estaba teniendo celos por una chica a la que acaba de conocer.

Idiota.

Pero no podía separar sus ojos de ella, ni siquiera cuando su novia, frotaba sus cenos en contra de su pecho. Vio a aquella chica de melena rosa susurrándole algo al oído a aquel rubio que asintió a lo que ella dijo, y después la vio alejarse por entre la multitud.

"Es mi oportunidad"

Pensó el, mientras se separaba con cuidado de su novia, con una excusa tonta, y se fue tras de aquella pelirosada. Su estatura lo hacía poder ver un poco más allá de las cabezas que se encontraban en la pista. Así que pudo localizarla con más facilidad. La vio subir las escaleras de aquella casa de la chica Yamanaka que los había invitado. La vio dirigirse al pasillo de la derecha. Seguramente a los baños. Así que se apresuró a seguirla, mientras empujaba levemente a los jóvenes que bailaban.

Subió rápidamente las escaleras y fue al baño de mujeres, esperando unos momentos para asegurarse de que no le seguían. Entró con sigilo por la puerta, encontrándose a aquellas bella chica, se estaba arreglando el maquillaje cuando le vio por el reflejo del espejo. Detuvo sus movimientos para verle a través de este. Y de repente un calor inundó sus mejillas. Ella se giró hacia el, y se miraron nuevamente, solo que esta vez, estaban solos; Admirándose con deseo y confusión.

Miraron sus labios, y de repente, era más de lo que podían soportar.

El la arremetió contra el lavamanos, mientras buscaba ferozmente sus labios. Los encontró, y ella, sumisa, acepto tan deseoso beso.

Sus labios eran suaves, níveos y delicados, tal como el prefijo. Eran una delicia, era como probar el cielo en un solo toque. Se besaron desenfrenadamente, con deseo y fogosidad.

El poso sus manos en su cintura, mientras ella enredaba sus manos en el pelo de el. Bajo sus manos mientras se encontraba con su delicioso trasero, mientras lo apretaba con deseo y ella, gimió en respuesta en sus labios. La tomo de las nalgas y la subió al mármol desocupado del lavamanos. Ella se arqueo en respuesta, mientras él tenía una vista de su delicioso cuello. Lo beso con desdén y se aseguró de morder levemente una parte de él, dejando una pequeña marca de evidencia. Ella halo de su cabello por la excitación, y el; Sintiendo lo caliente y duro de su miembro, tuvo que respirar un poco para tomar control y halo de ella, pegándola a su cuerpo y posando su boca cerca de su oreja, mordisqueándola y asegurarse de susúrrale algo al oído, como si alguien más los pudiera escuchar:

—Te espero afuera en diez minutos. -dijo el, mientras dejaba un último beso en los labios de aquella amante, y se marchaba.

Ella suspiro, apenas recuperándose de el picor que se encontraba entre sus piernas. Bajo del lavabo y se dirigió a la fiesta nuevamente.

Se encontró con su novio esperándola, mientras ella le besaba suavemente los labios y le decía "Tengo que volver a casa, no me siento muy bien" dijo ella, mientras él se ofrecía para llevarla, pero ella se negaba, argumentando que pediría un taxi. Al acepto a regañadientes después de 10 minutos, y ella le dejo otro beso en los labios.

Si tan solo supiera que otro había probado de sus labios.

Ella salió, e inmediatamente un viento frío la recibió, mientras ella se lamentó de no haber llevado un suéter. Se frotó las manos en contra de los brazos para darse calor, pero, después una chaqueta negra se colocó por encima de sus brazos. Ella volteo a mirar quien lo había hecho, pero encontró con el. Aquel que también era su amante.

El le sonrió socarronamente, y entonces pensó que eso aumentaba su atractivo al tope.

Tomo de su mano mientras la guiaba a su motocicleta negra. El subió y después ella también lo hizo, teniendo cuidado de no tropezarse con sus tacones o romper su vestido. No supo de donde agarrarse, pero entonces, el; Aquel que también era un caballero. Tomo de sus manos, y las poso al rededor de su pecho, para que ella pudiera abrasarlo y no caerse.

Y así, partieron a quien sabe dónde, pero era donde seguramente podrían dar rienda suelta a su pasión.

Sin ni siquiera conocer sus nombres, fueron los que se convirtieron en "Amantes desconocidos" esa noche...

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*Gondolero es aquel que maneja los góndolas (bote a remo) a través de los canales de agua en Venecia. Y usan ese peculiar uniforme.

Three Shots: Sakura HarunoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora