Capitulo 10

308 7 0
                                    

CAPITULO 10:

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyyyyyyy!, para, para, por favor Klaus. ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaayyyyyy!-le suplico Hayley a Klaus, quien como si nada le clavaba una y otra vez un hierro hirviendo en el pecho.

-Me estas arruinando todo el plan lobita-le dijo Klaus cerca del oído-Yo paro si vos me decís algo sobre la réplica y sobre tus amigos licántropos, sino no voy a parar ni un segundo-le volvió a recordar Klaus.

-¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaayyyyy!-gritaba una y otra vez Hayley cada vez que Klaus regresaba con la varilla hirviendo y se lo clavaba una y otra vez.

-¡Dilo…cuenta todo lo que sabes!, ya me estas hartando, estoy cansado. Podrías rendirte ya y decirme todo lo que sabes y dejar de sufrir… ¿Qué hizo Katerina para que le tengas tanta lealtad?-le pregunto Klaus

Hayley no contestaba. Él no podía saberlo, no tenía por qué saberlo, a él que le iba a interesar esa respuesta, no le serviría de nada, era personal. No importaba nada lo único que si importaba en ese momento es que Klaus no consiga ninguna información sobre Katerina y menos sobre su réplica, aunque eso le costara la vida. Katerina la había ayudado mucho y ella se lo debía.

-Ni siquiera eso vas a decirme. Muy bien, continuemos entonces-dijo Klaus dándose la vuelta para volver a calentar la punta de la varilla.

-No te lo digo porque no es asunto tuyo-le respondió Hayley

-Tal vez tengas razón, supongo que era solo por curiosidad-le dijo Klaus con una sonrisa.

Silencio…

-Sabes, si yo fuera tú, primero nunca hubiera confiado en Katerina, segundo apuesto a que en este momento, mientras que tu estas auqui sufriendo por ella, ella debe de estar descansando en alguna playa de Miami. ¿Sabes por qué?... porque nunca le importaste, ni le vas a importar-le dijo Klaus revoleando de aquí para allá la varilla caliente.

Solo hubo silencio por parte de Hayley.

-¡Ah!... que tonto soy. Me acabo de acordar que el arma perfecta para matar a un licántropo lentamente es que un vampiro lo muerda-le dijo Klaus con una sonrisa-Es muy doloroso. Te doy 3 segundos para decidir…1…2…-contaba Klaus impaciente. Como no obtuvo respuesta de Hayley dijo:-…3- y se lanzó directamente hacia el cuello  de esta.

-¡Diuu! Ese es espantoso, ni siquiera sé por qué lo compre. No lo quiero. Siguiente- ordeno Rebekah a la larga fila de muchachas que había encontrado por la calle y las había obligado con sus poderes a venir a hacer de modelo para sus vestidos lujosos que recién había comprado.

-Ese no esta tan mal. Ponte ahí, aun costado para que no me olvide de guardarlo -le dijo a una que vestía un vestido rojo sangre, estraple y corto hasta las rodillas.

En ese momento suena el timbre.

-¿Quién podrá ser?-pregunto ella de mala gana.

Volvió a sonar el timbre

-Ya vaaa- grito Rebekah.

Cuando abrió la puerta, casi se desmaya de la emoción.

En la puerta había un joven  medianamente alto, que vestía unos jeans negros, una camisa negra y una chaqueta de cuero negra reluciente y en su rostro resplandecía una gran sonrisa con dientes perfectamente blancos, su pelo era del color chocolate con leche y a la luz del sol algún que otro mechón parecía ser de un dorado intenso.

-Oh Dios Mío, ¿Kol?

-Hola hermanita. ¡Cuánto tiempo sin verte!- dijo el muchacho.

-¡Nooooooooo!- grito Hayley al ver como Klaus se abalanzaba sobre ella.

Pero solo lo que sintió cuando llego a su cuello fueron sus labios recorriéndolo. Le pareció raro no sentir sus dientes, ya que ella recordaba que Katerina le había dicho que el nunca sentía pena por nadie aunque este le suplicara millones de veces.

Quería alejarlo de su cuello. Klaus le repugnaba, ella prefería que la matase antes de que el toque su cuerpo, pero por alguna razón no podía alejarlo, era como si su mente siguiera funcionando pero su cuerpo no respondiera a él.

Al principio trato de forcejear pero su cuerpo no respondía, entonces comenzó a relajarse y a disfrutarlo. Pero cuando comenzó a ascender con su boca desde el cuello hasta la boca, su cerebro y su cuerpo al fin reaccionaron juntos y logro quitar de un empujón con sus manos atadas a Klaus de encima de ella.

-Aléjate de mí- le dijo lentamente Hayley a Klaus cuando este se incorporó.

Klaus rio, pero rápidamente hizo desaparecer esa sonrisa de su rostro, reemplazándola por una mueca que a Hayley le helo los huesos.

Rápidamente Klaus agarro la varilla que tenía a pocos centímetros de él y con la misma velocidad sobrenatural fue hasta Hayley y le clavo la varilla en su estómago.

-Si vuelves a tratarme así una vez más…pasare el límite de tu cuello- le susurro Klaus al odio, mientras rosaba su espalda con el dedo índice, haciendo estremecer a Hayley y obligándola a sacudirse para que le quite las manos de encima.

Los originalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora