Capitulo 14

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CAPITULO 14:

-¿Esta rico?- le preguntó Klaus a Hayley, que aunque estaba muerta de hambre siempre conservaba los buenos modales.

-Sí, muchas gracias. Sabes, que aunque hagas todo esto no voy a perdonarte por lo que me hiciste- le advirtió Hayley.

-Nunca pensé lo contrario, cielo. Pero creo que tendrías que continuar con la información si no quieres que eso se repita- la amenazo Klaus

-¿Nunca te cansas de las amenazas?- le pregunto Hayley

-Supongo que no- le respondió Klaus- Ahora continua con la historia-

Hayley dudo un par de segundos pero luego Klaus lanzo una mirada hacia el fuego, entonces respiro profundo y soltó todo

-Katerina está muerta. Pero tuviste razón cuando dijiste que ella seguramente me habría contado sobre su réplica si me contó sobre vos. Estuve con su réplica cuando ella murió. Antes de morir Katerina me pidió que buscase a una tal Katherine Pierce y que se la llevara. Busque en donde me dijo, en un colegio cerca de aquí el Robert .E. Lee, y allí estaba, era una típica adolecente caminando con sus amigos en ese momento, no lo podía creer, parecía muy normal y así es normal. La seguí hasta su casa y luego trate de entrar por su ventana. Katerina me había dado un polvo para dormir y entonces lo lance por la ventana, mientras ella escribía su diario y en un segundo se quedó dormida. La agarre, como pude, y se la lleve a Katerina. Cuando la chica despertó Katerina le conto todo lo que tenía que saber sobre los sobrenaturales y aparte le contó que muchos de esos seres sobrenaturales podrían estar buscándola ahora mismo, y Katerina le hizo jurar que se cuidaría y tendría cuidado de ahora en adelante- concluyo Hayley agachando la cabeza, ya que ella sentía que estaba traicionando a Katerina.

-Así que se llama Katherine Pierce. Muy bien donde se supone que está ahora- le pregunto Klaus después de un minuto de asimilar toda la historia a Hayley.

-No estoy muy segura en este momento, ya que ella está en Mystic Fall y yo estoy acá, en Luisiana, pero a veces hablamos y ella sigue haciendo su vida en Mystic Fall- le dijo Hayley

-Muy bien- le dijo Klaus.

De un salto Klaus se levantó de la silla, que estaba enfrente de Hayley y fue a un rincón, luego sacó unas esposas y fue directamente a Hayley.

-¿Qué vas a hacer con eso?- pregunto Hayley aterrada.

-Esto- dijo Klaus desatando las manos de Hayley y colocando una esposa en una de sus muñecas y luego él se colocó la otra.

-¡¿Qué haces?!- le gritó Hayley.

-No puedo arriesgarme a que salgas corriendo en medio de una tienda llena de gente.

-¿De qué hablas?- le pregunto Hayley realmente confundida.

- Vamos a comprarte ropa nueva, hace días que estas con esa ropa- le dijo Klaus mientras comenzaba a desatar a Hayley.

-No, ese no fue el trato- se opuso Hayley.

-Claro que si lobita, te dije que vendrías conmigo para comprobar lo que dijeses. No te hagas la que no recuerdas- le dijo Klaus.

Hayley se calló, por qué Klaus tenía razón ese fue el trato.

Sin decir ninguna palabra y muy enfurecida siguió a Klaus hacia la puerta. Luego el la obligó a agarrarle la mano para poder esconder un poco las esposas. De mala gana le agarró la mano y así salieron por la puerta.

-Es una clase de juego que hicimos con nuestros amigos. Una apuesta. Muy tonta de hecho. Jaja- se reía Klaus mientras le explicaba a la mujer de la tienda de ropas que miraba con cara rara las esposas que llevaban puestas.- Así que… necesito ropa para esta hermosura que tengo al lado- le dijo a la señora.

Hayley se limitaba a sonreír. Odiaba todo esto, odiaba a Klaus. Lo único que la reconfortaba era que después de que todo termine él la dejaría libre y en paz.

-Acompáñenme, por favor- les dijo la señora sin ninguna expresión en su cara.

Luego de eso, la señora salió de un pequeño cuarto con una pila enorme de ropa. Le dio la mitad a Hayley y la dirigió hacia el cambiador. Le corrió la cortina para que entrase y se fue. Hayley comenzó a entrar al cambiador pero se paró en seco un segundo, luego giró sobre sus tobillos y miro fijamente a Klaus con sus dos cejas levantadas. Él no iba a pasar con ella al cambiador, pensaba Hayley, o la desposaba o la desposaba, era imposible cambiarse de ropa estando esposada a algo o a alguien en este caso.

-No voy a desposarte si eso piensas- le dijo Klaus, como si hubiera leído la mente de ella.

-Entonces no me cambiare, piénsalo, es imposible que pueda ponerme algo de ropa estando esposada a ti, ni siquiera podría quitarme la que tengo puesta ahora- le dijo Hayley  tajante y con mirada dura.

-Está bien. Tienes razón- le dijo Klaus en tono cansino- Voy a desposarte, pero te advierto que no vas a poder escapar- le dijo sacando la llaves y abriendo las esposas.

-Gracias- dijo Hayley sarcásticamente.

Luego de eso cerro de un tirón la cortina. Lugo cuando se probó la primera prenda salió y cuando lo hizo no podía creerlo, verdaderamente es muy calculador, pensó Hayley, mientras presenciaba una tienda totalmente vacía con las cortinas cerradas en las vidrieras y obviamente con la puerta cerrada con llave. Cuando termino de contemplar todo el lugar, finalmente miro en dirección a Klaus que estaba entado muy cómodamente en un sillón contemplándola con cara de asombrado y satisfecho, a Hayley le entraron unas ganas de lanzarle uno de los pequeños tacos que llevaba puestos por la cabeza, parecía un degenerado.

-Estas muy hermosa- le dijo Klaus mientras se levantaba del sillón e iba hacia Hayley – Esos shorts te van muy bien- le dijo mientras colocaba una esposa en su muñeca, de nuevo.

-Verdaderamente no eres ningún caballero- le dijo Hayley alejándose un poco de Klaus.- Me gusta esto. Me lo llevo. Si te parece obviamente- le dijo a Klaus cara a cara.

-Sera todo un honor- le dijo Klaus dejando sobre el mostrador un mazo de billetes. Luego de eso Klaus saco una llave, abrió la puerta y desaparecieron.

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