Cap.6 Sentimientos Fuertes Parte 2

177 48 22
                                    

Narra Shinobu

Yamamoto corría a mi lado o más bien, yo corría a su lado intentando alcanzarlo. Era rápido.

Jadeante le pregunto.

–¿Cómo no me despertaste?

Con una sonrisa en su rostro se burla de mí.

–Lo intente pero me rendí, además te veías tan lindo durmiendo que no quise molestarte más.

Sé que se está burlando de mí, aun así, sus palabras me provocaron un leve rubor en mis mejillas que espero que nadie lo note, menos él.

Odio los silencios incómodos. Debía decir algo. Pero ¿Qué? Dije lo primero que se me ocurrió.

–Debiste irte a la secundaria sin mí.

Yamamoto sonríe con una sonrisa que enamoraría a cualquier chica. Era todo un espectacular ver sonreír a ese chico pero lo que me dejo con la boca abierta fueron sus tan conmovedoras palabras.

-Los amigos no hacen eso. Nunca te dejaría atrás. Si yo hubiera estado en tu lugar ¿Tú te irías sin mí?

¡¡Yamamoto me consideraba su amigo!! Era todo un alabo. Al principio del año se proclamo como "el chico de cero amigos" y ahora me acaba de confirmar nuestra amistad.

Entre balbuceos y atragantamiento de saliva, al fin fui capaz de contestar a su pregunta, que como siempre, respondo sin pensar mucho las cosas y menos cuando estoy nervioso o en un estado de emoción extrema.

–Claro que no. Te hubiera vestido, cepillado los dientes y si fuera necesario hasta te bañaría pero te llevaría a clases, aun que tenga que arrastrarte por el camino.

Al parecer todo resulto bien. Mis palabras no me traicionaron y entre jadeos no se notaba mi nerviosismo en mi voz. Esto de correr quince kilómetros para llegar a clases me estaba dejando sin energías.

En cambio, Yamamoto se veía radiante. Y no me extraña, tiene un buen estado físico.

La expresión de Yamamoto cambio de felicidad a tristeza en un abrir y cerrar de ojos. Sus palabras eran melancólicas.

–¿Ves? Tú tampoco me dejarías botado... Excepto mis padres, a ellos no les hubiera importado.

Aun que susurro la última frase, fui capaz de escuchar la situación que lo afligía. Decidí correr a su lado en silencio.

Se lo que se sentía que tus padres te rechazaran. Te ignoraran. Vivir el divorcio de mis padres a los cinco años es horrible y es más horrible saber que ninguno de los dos quería cuidar de mí. Preferían dejarme solo en casa, encerrado todo el día para no causarles problemas.

Es mejor olvidarme de detalles de mi vida que me causan angustia y concentrarme en cómo puedo ayudar a mi amigo a superarlo.

Para cuando llegamos a clases, ya era medio día. Recibimos un sermón que me pareció que duro horas. Solo debimos agachar la cabeza y escuchar la aburrida voz del maestro, lo único que se me quedo en la cabeza fue "que no se vuelva a repetir o serán castigados".

Narra Ikuto

El almuerzo habría transcurrido sin novedades hasta que Chizu Kiiro se acerco a nosotros.

Shinobu siempre se ofrecía en acompañarme en el almuerzo para que no me sintiera tan solo, aun que, venia solo a robarme la comida porque su ajustado presupuesto no le alcanzaba para pagar todo.

En una ocasión me dijo que sus padres le enviaban cierta cantidad de dinero para sobrevivir al mes. Nunca le subían ni le bajaban ni un pesos y en las supermercados siempre están subiendo los precios a los alimentos.

Kiiro se acerca a nosotros pidiendo hablar a solas con Shinobu, aun que su mirada era neutra, la note un tanto nerviosa. Accedí a su petición y los dejes solos.

No es que me interesara pero la curiosidad me estaba matando y los observe de reojo desde un par de metros de distancia. No podía escuchar nada.

Tan solo tardaron un par de minutos cuando Shinobu se despide de Kiiro y se acerca a mí con su sonrisa más estúpida.

-Chizu me acaba de confesar que está enamorada de mí y yo le dije que con gusto acepto ser su pareja-.

Me quede sin palabras. Mi mundo acababa de derrumbarse. Otra vez. ¿Por qué todos me abandonan? Sabía que no tenía que ilusionarme. Que los amigos te traicionan. Lo sabía y aun así, me acerque demasiado a...a... A ese imbécil.

No podía darle la cara. Tan solo... Quería golpearlo. Decirle que yo me enamore primero de él pero... No. No podía decírselo. A él no le gustaban los chicos.

Le di la espalda para que no viera mi severo rostro y con la voz más calmada que podía disimular mi enojo y la decepción de la situación, le dije.

–Shinobu se me quedo mi celular en tu casa ¿Puedo ir a buscarlo?

La respuesta positiva de él ya me la esperaba.

Estaba ansioso por ir a la casa de Shinobu, sin embargo debía mantener la calma. Debía mantener mi mente en blanco.

El desconcierto en el rostro de mi ex amigo se notaba en cada facción de su cara. Intento entablar en varias ocasiones una conversación pero mi silencio finalizaba con cada palabra que él emitía.

Shinobu estaba abriendo la puerta de su casa, con una voz amigable me pregunto.

–Donde dejaste tu celu...-.

No le di tiempo de terminar la frase. Era hora de atacar. De demostrar lo que sentía por ese imbécil sin cerebro.

Entre a la casa con furia, cerrando la puerta con un golpe sordo y lo agarre del cabello para que no pudiera escapar de mi agarre y lo bese, lo bese desesperadamente. Con tanto deseo que sentía que ardía.

Lo que más me angustio fue que al chico al que amaba, me rechazaba de esa manera.

Me empujo tan fuerte que no le importo que tan fuerte jalara su cabello, ni le importo que tan fuerte cayera mi cuerpo al duro piso.

Ambos perdimos el equilibrio por el empujón y caímos al suelo, la distancia de dos metros nos separaba.

Y él. Él me observaba con angustia en su mirada. Pidiéndome una explicación. Una explicación que me dolía contarle.

El Misterio Del Amor [LGTB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora