Capitulo 28

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Pasados dos meses.

~~~Narra Leila~~~

***Llamada de teléfono***

Leila: Sí Ariadna, estoy preocupada.

Ariadna: Vale tranquila, puede ser que se te halla descontrolado un poco.

Leila: Llevo dos meses de retraso, eso no es descontrolarse un poco.

Ariadna: Vale, reconozco que es raro pero puede pasar, o si no...

Leila: Si no..... Madre mía.

Ariadna: Haber, antes de preocuparse a lo tonto, ¿Tu has estado con alguien?.

Leila: Pues no he estado con nadie desde.... -Me interrumpe Ariadna-

Ariadna: Pues si no has estado con nadie no tienes por que preocuparte.

Leila: No me has dejado terminar la frase.

Ariadna: Perdón, ¿Decías?.

Leila: Decía que no he estado con nadie desde el secuestro.

Ariadna: ¿Estuviste con alguien mientras estabas secuestrada?.

Leila: Pues.... -Me vuelve a interrumpir-.

Ariadna: O... ¡Que cabrón! Como me entere de quien fue se va a enterar, ¿Por qué no me contaste nada?.

Leila: Pues por que no es una cosa que se vaya contando, además, seguro lo que se dice seguro solo una vez, por que lo intentó y no le dejé, me dio algo que me iba dejando dormida y mientras me estaba durmiendo él ya empezó a tocarme la pierna y... -Se me saltaron las lagrimas-.

Ariadna: Bueno para, no sigas contando más, encontraremos a ese desgraciado y pagará por todo.

Leila: Esta bien. -Dije secando mis lágrimas-. Pero ¿Qué hacemos con lo mío?.

Ariadna: Primero hay que asegurarse, vamos al médico, y si da positivo pues ya hablaremos que podemos hacer.

Leila: Vale, ¿Cuando vamos?.

Ariadna: Pues podemos ir esta tarde, a las seis, ¿Te parece?.

Leila: Perfecto nos vemos entonces, adiós.

Ariadna: Adiós.

***Fin de la llamada***

Cuando colgué el teléfono miré la hora, eran las 16:38h, así que me fui a la ducha y a arreglarme.

Estaba en mi habitación cuando sonó el timbre de la puerta, escuché que alguien abría la puerta y se pusieron a hablar, así que cogí mi teléfono y bajé.

Leila: Hola Ariadna, hola hermano.

Álex: Hola Leila, me estaba contando que vais a dar una vuelta, no me habías dicho nada.

Leila: Sí es que cuando dejé de hablar con ella me fui a la ducha por eso no te dije nada.

Álex: Vale, pero tened cuidado.

Ariadna: Sí, no te preocupes.

Álex: Hasta luego Leila, adiós mi vida. -Dijo dándole un beso a Ariadna-.

Caminar de tu mano es un sueño, es mi sueñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora