En esos momentos me quedé totalmente parado, en blanco, bloqueado... ¿cuál sería la mejor forma de reaccionar a esa nota? Lo que era peor es que no tenía que ver conmigo... sino con Pedro. En ese momento sentí un gran vacío en mí, como si me arrancasen el corazón... y lo hiciesen trizas delante de mis propias narices
-Alberto, reacciona- esas palabras de Pedro fueron lo único que logré escuchar, aun que muy vagamente, a decir verdad.
-Sí, sí, perdona... es solo que... no sé; no sé como reaccionar ante esto- dije yo mirándole a los ojos
-¿Pero qué pone en la nota? Me tienes con el corazón en un puño...- dijo él. Le notaba realmente preocupado, y no es para menos, solo con ver mi reacción hasta la persona más indiferente del mundo se habría preocupado.
-Pues... ¿recuerdas aquella beca para irte a Estados Unidos durante un semestre?- pregunté yo con el hilo de voz que pude pronunciar intentando no romper a llorar delante de él
-Claro que me acuerdo.- dijo él -¿pero qué tiene eso que ver?
-Pues que te la han concedido
Pedro se alegró mucho al oír esto. Hacía unas semanas me había contado que allá por principio de curso había solicitado una beca para poder estudiar durante 6 meses en Estados Unidos. Ese mismo día habían salido publicadas las listas y su abuela debió haberle metido la nota en el pantalón para que se llevase una sorpresa, pero con todo lo que había pasado se le debió haber caído. La nota era un simple pedazo de papel arrancado de una libreta. Escrito en color rosa ponía claramente: "Pedro, ¡lo has conseguido! Te han dado la beca!! Enhorabuena" y al lado un enorme corazón con la firma de su abuela al lado. Todo parecía bueno, pero había algo en lo que él no había caído aun...
-¿EN SERIO?- gritó Pedro muy contento -¿Entonces por qué estás así enano? Es una noticia genial, joder-
-¿Es que no te das cuenta...?
Obviamente no, claro que no se daba cuenta de lo que eso implicaba.
-¿De qué debería darme cuenta?- preguntó él levantando los hombros
-Que tú te vas... pero yo me quedo aquí, sin ti, durante medio año.- dije yo empezando a llorar
-Mierda
-Quiero decir, me alegro mucho por ti pero... una parte de mí no puede evitar pensar que estaré sin ti a mi lado.- le dije
En ese momento Pedro me empezó a abrazar. Me dio un abrazo fuerte, de esos que se dan con razón, no por el mero hecho de abrazar. Realmente no quería estar lejos de mí y, aun que no lo hubiese dicho, no hizo falta, ese abrazo significó mucho más que eso, pero en ese mismo momento me planteaba qué sería de mí sin él. Sabía perfectamente que llevaba años sin él, pero desde que el conocí ya no me veía sin él, no me sentía capaz de separarme.
-No sé qué decir- titubeó Pedro mirándome fijamente con esos profundos ojos turquesa... -no había caído...-
-¿Y qué hacemos? Obviamente no te vas a quedar por mí, eso sería muy egoísta por mi parte.- dije
-Dame un tiempo para pensarlo y para hablar con mis padres, ¿vale cariño? Pero tú no te preocupes, voy a seguir a tu lado.
Ese era mi mayor miedo. Hay mucha gente a la que le da miedo las arañas, viajar en avión, los espacios pequeños..., pero mis miedos no eran parecidos a esos. Mi mayor miedo siempre fue perderle, que Pedro se diese cuenta de que yo no era tan bueno como quizá se había pensado, o simplemente que encontrase a alguien que fuese mejor que yo (lo cual tampoco resultaría complicado). Podía quizá ser un miedo irracional, pero para mí nunca lo fue
-Bueno, mejor cambiamos de tema y pensamos en otra cosa, ¿no?- dije yo intentando no darle demasiadas vueltas -Por cierto, ¿te has hecho daño antes?
-No, no te preocupes, solo me he raspado un poco el brazo y la barriga, nada importante- dijo él intentando hacerse el duro
En ese momento aparté la vista de sus ojos para mirarle los raspones; en el brazo tenía un poco de sangre ya prácticamente seca
-Déjame que le eche un ojo anda...- le dije haciendo un amago de quitarle la camiseta
Según le iba quitando la camiseta, yo me iba derritiendo. Su cuerpo era, sin duda alguna, mi debilidad
-¡Joder Pedro! ¿Cómo puedes decir que estás bien?- exclamé
-¿Qué ocurre?- dijo mirándose a la barriga -oh mierda, es más grande de lo que me pensaba-
-Ven conmigo al baño, que tenemos que desinfectar esa herida cuanto antes- dije pegando un fuerte tirón de su mano -Espérame aquí mientras voy a por el botiquín- le dije saliendo por la puerta del baño
Cuando volví, Pedro estaba sentado encima de la encimera del baño, obviamente sin camiseta, mirando hacia la puerta como esperando a que llegase. De lo que él no se daba cuenta era que desde la puerta además podía ver su perfecta espalda reflejada en el espejo, con lo que esbocé una ligera sonrisa
-Voy a echarte un poco de agua oxigenada para limpiarte la herida, y luego si quieres le doy un besito para que cure más rápido, ¿te parece bien?- dije mientras ponía morritos
-Pero...
-¿Pero...?
-Es que al caerme también me he hecho daño en los labios...- dijo él mientras miraba los míos fijamente
-Bueno, pues eso tiene solución...- dije yo, y seguidamente le besé- ¿te duelen menos ahora?
-Aun me duelen un poco, pero puedo esperar un par de minutos más
Me volví a acercar a él y me coloqué en el hueco que quedaba entre sus piernas; comencé entonces a limpiarle un poco la herida. Por suerte, a pesar de lo aparatosa que parecía, no era para tanto. Le puse entonces un apósito para intentar que no se manchase de sangre y que no rozase con la camiseta ni con nada molesto
-Creo que así no te molestará para nada- dije yo -iré a buscar tu camiseta, espera un momento
-¿Dónde crees que vas?- me dijo con voz seductora mientras me enganchaba entre sus piernas evitando que me fuese -Aun me duelen los labios...
Entonces me acerqué a besarle. Mientras tanto iba recorriendo con mis dos manos todo su cuerpo, disfrutando de cada pequeño detalle, de cualquier ligera curva... disfrutándole.
-Oye- dijo Pedro alejando un poco su cabeza de la mía
-Dime
-Muchas gracias
-¿Por lo de la herida? No tienes que darlas, además en parte ha...
-No no- dijo él dejándome con la palabra en la boca
-¿Por qué entonces?
-Por haber aparecido, darle la vuelta a todos mis esquemas y, sobre todo, por quedarte.
Entonces me volvió a besar, pero ya no solo se quedó ahí. Empezó a besarme cada vez más apasionadamente, mientras yo seguía recorriendo cada uno de sus rincones con mis manos. Él prefirió empezar acariciándome las orejas, fue bajando hacia el cuello, luego hacia el pecho, barriga... y llegó al pantalón, el cual no tardó demasiado en desabrochar...
-Se me está ocurriendo algo para agradecértelo- dijo él introduciendo su mano en mi ropa interior- ¿me dejas?
-Estás tardando...- dije yo mientras bajaba mis manos por su espalda...
![](https://img.wattpad.com/cover/57814032-288-k228341.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Curiosidad Mató Al Heterosexual
Teen FictionSeguramente tengas más de un amigo gay, aun que tú no lo sepas, o puede que ni ellos mismos lo sepan... Quizás ese amigo heterosexual no es tan hetero como cree ser o como dice ser... Alberto es un chico gay que se ha mudado a Salamanca y en el nu...