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A la semana siguiente, después de varios días fingiendo mi enfermedad, finalmente tuve que volver a la escuela.

Al entrar, como de costumbre, obtuve las miradas furtivas que normalmente me hacían. La diferencia era que esta vez no era por mi pelo colorido o mis energicas entradas, era por mi asqueroso aspecto. Tenía bolsas oscuras bajo mis ojos y angulosos rasgos en mi cara que normalmente era más rellena.

Aunque en realidad no hubiera estado enfermo, los síntomas só me habían afectado. No pegué el ojo ni una sola noche, por más que luchara por eso. Y ni hablar de la comida. Con solo verla me daban arcadas y me mareaba comer un solo mordisco.

Sumándole a eso los golpes que había recibido aquella tarde, que me dejaron moretones en las costillas y uno en la espalda, junto con unos cuantos rasguños y magulladuras a lo largo de las piernas.

Pero mi apariencia no me podria importar menos. Lo unico que queria era llegar con mis amigos.

Aún no les había contado nada de lo que habia ocurrido los ultimos dias, y sabia que debía hacerlo, pero me avergonzaba admitir lo idiota que fui. Lo ingenuo que había actuado, creyendome toda esa mierda de la historias adolescentes donde magicamente se aman y terminan juntos ara la eternidad.

Llegué a mi locker y para mi suerte, parados a unos casilleros de distancia, estaban los dos chicos a los que buscaba.

Traté de hacer una sonrisa, pero está se vio totalmente desfigurada cuando noté que no estaban solos. En medio de los dos se encontraba Luke, quien hablaba con mucho animo y mantenia a mis amigos enfrascados en cualquier tema del que estuvieran hablando.

Traté de desviarme antes de que me vieran, pero no tendria una suerte tan grande. Calum apartó su mirada para sacar algo de su mochila y me vio.

Separandose de los chicos se acercó a mi y me saludó con un tono que oscilaba en una mezcla de falso enojo y diversión.

—¡Mike! ¿Donde carajos estuviste la semana pasada?—Por más que usara ese tono, se notaba en sus ojos que de verdad estaba preocupado.

—Me enfermé—Dije sin pensar. Aún asi no le habria podido contar todo con Luke a unos pocos metros, quien seguía charlando con Ashton--. Yo soy el que deberia preguntar que carajos hacen ustedes hablando con ese imbécil.

Calum frunció el seño y se acomodó la mochila.

—¿Realmente acabo de oirte a tí llamar a Luke Hemmings un imbécil? Hace una semana le llamabas el amor de tu vida y ahora...

Lo interrumpi, totalmente decidido a no querer escuchar nada más.

—¿Por qué hablabas con él?

—Todos los días que faltaste vinó hacia nosotros a preguntarnos la razón de tu ausencia. En esas empezamos a hablar y como tú antes decias, parece que no es tan descerebrado y estúpido como creíamos.

Me quedé incrédulo.

¿Hemmings preguntando por mi? Debía ser otra de su chistosisimas bromas, y para su disgusto, no estaba del humor para aguantar ninguna más de esas.

Empujé a Calum a un lado para abrirme paso hacía el rubio, y parandome entre él y Ashton, interrumpi la conversación que ambos llevaban.

—¡¿Tú que carajos haces?!—Le grité.

Él se volteo a verme de manera distraida, y al reconocer mi cara sus ojos se agrandaron y un extraño brillo se posó en ellos. Sin embargo, asi como esa luz apareció, se desvaneció al instante.

Él se aclaró la garganta y empezó a hablar—Creí que no volverías. ¿Estás bien? Porque ciertamente no es que te veas de lo mejor...

--¿A ti por qué te importaría si me veo mal o no? ¿No tienes que ir con otro chico a hacerle una broma pesada? Pareces ser experto en eso-- Le sonrei amargamente. No quería dejarle ver lo mucho que me dolía pronunciar esas palabras.

Miré a mis lados y noté que no solo mis dos amigos estaban escuchandonos, si no que un grupo de gente ya se habia sumado. En sus caras se veía la confusión de no entender de qué hablaba, pero habia unas personas que sí lo entendian. Al fondo del gentío estaban Jack y sus otros amigos, riéndose y haciendo chistes alusivos a la broma.

Luke pestañeó varias veces, seguramente sin saber que decir.

Sus ojos. Odiaba aun poder ver lo hermosos que eran. Tenían un azul que no era ni el más claro ni el más oscuro, pero que era una mezcla exacta, haciendolos ver profundos y expresivos. Muy expresivos. Podía ver dolor en ellos. ¿El muy maldito se creía la victima aqui?

Finalmente abrió su boca y me sorprendió no haber esperado esa respuesta.

--Claro que soy experto. Me encanta jugar al laboratorio con mariquitas como tú, ¿no es verdad, chi...?

Pero su voz se apagó gradualmente y su boca se cerró de golpe. No entendí qué lo habia hecho callarse, pero al voltear a mi izquierda vi que el gentío se estaba deshaciendo rapidamente, y en su lugar se encontraba la rectora.

--Ustedes dos. A mi oficina--. Sin esperar una respuesta o asentimiento de ambos, se fue decidida a su despacho y Luke la siguio casi inmediatamente.

Miré atras mio y vi a Cal y a Ash disimuladamente mirando desde un bote de basura. Ambos arrugaban sus frentes y me miraban fijamente. Solo me limité a subir mis hombros y seguir al oji-azul que ya entraba al despacho.

Get into my car || muke au [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora