Michael
Ahí estaba, parado en el medio de un circulo que ni siquiera sabía que se había formado, con el sabor de sus labios aún en las comisuras de los mios, torturandome, recordandome lo idiota que era.
Lo idiota que él me hacía.
Quería llorar. Quería gritar. Quería salir corriendo para jalarlo de la camisa y gritarle, tal vez besarlo, pero definitivamente gritarle hasta que se me acabara la voz, o él se acabara mi saliva.
Pero no podía hacerlo. Luke era—y tal vez siempre sería—indescifrable. El tipo de persona que cuando creyeras conocer, te daría otra razón para recordar que no lo conocías para nada, y nunca lo harías.
Cerré mis ojos con fuerza y al abrirlos, noté que la gente se empezaba a dispersar, no sin antes criticar lo estúpidos y dramáticos que eramos. U opinar acerca del hecho de que frente a todos, Luke practicamente hubiera dicho lo que era.
Lo que era. ¿Qué era?...¿Qué es?
Desde hacía tanto tiempo—casí siempre—yo había estado tan seguro de mi sexualidad, que se me había olvidado que había gente que no corría la misma suerte. Gente que no obtenía el mismo apoyo que yo recibí ppr parte de mis padres cuando salí del closet. Gente que preferiría engañarse a si mismo, pretendiendo ser algo que no era, por miedo a no ser suficiente; por ser juzgado por algo que no te tiene que definir. Algo que solo es un aspecto más de ti, y no te hace diferente o malo, solo te hace a ti, ser tú.
A pesar de que Luke fuera un enigma, había un detalle que lo delataba inmediatamente: sus ojos. No sabía si todo el mundo lo notaba, o si es que la primera vez que habiamos conectado nuestros ojos, él hubiera abierto algo dentro de ellos, algo que nunca antes le había dejado ver a nadie.
Y eso era lo que habia ocurrido en esa ultima milésima de segundo, cuando sus ojos pasaron de una determinación, que hasta a mi me sorprendió, a un miedo. No, un terror.
No sabía si ese terror era yo, o él mismo, o lo que estábamos a punto de hacer. O incluso, lo que podríamos llegar a ser.
—¿Michael?—oí una voz detrás de mi.
Todos mis pensamientos se callaron y mi ingenua mente llegó a pensar que era Luke. Pero claro, cuando volteé a mirar, estaban Ashton y Calum, ambos con sus caras de preocupación evidente.
Sabía que debería haberles contado todo. O por lo menos, algo. ¿Cómo es que hace 10 minutos les decía lo idiota que Luke era, y luego estaba a punto de besarle?
—Yo...—balbuceé—les contaré todo, lo prometo. Pero ahora necesito...
Dejé las palabras en el aire y sin pensarlo, como últimamente estaba haciendo, corrí hasta la entrada del comedor. No paré en el pasillo, y evité todas las miradas acusadoras y juzgadoras. Tan solo me centré en llegar a la salida del instituto.
Al salir vi las escaleras y lo único que se me ocurrió fue bajarlas a toda prisa, ¿yendo a donde? No tenía idea.
Sin embargo, como si todo esto hubiera sido un planeado cliché de una mala pelicula de San Valentin, un grito me hizo parar en el ultimo escalón.
No me giré, porque sabia exactamente quien era. Esa voz de las burlas diarias vivía en un rincón oscuro de mi mente.
Al verlo llegar agitado al frente mío, lo miré sin inmutarme. Jack rompió el silencio después de unos incómodos segundos.
—¿A dónde vas?—¿Eso era lo que planeaba decir? Si venía a jugar conmigo, mejor me adelantaría a los hechos.
—¿Aqui es cuando tu mismo te respondes con "al closet, donde perteneces"?—respondí sarcásticamente.
Jack suspiró y lo que su rostro reflejó me dejó perplejo. Era una mezcla de tristeza, culpa, y lástima.
--Creo que debo explicarte todo...—me miró con los ojos bien abiertos.
Si esperaba que lo deteniera o volviera a hacer otro comentario sarcástico, se equivocó. Me limité a seguirlo mirando inquisitivamente, sin confiar ni en una sola de sus palabras.
Se rascó la nuca y continuó hablando—Luke ha pasado por mucho. Yo soy el único que lo sabe, pero cuando él era pequeño, su papá...—Me reí amargamente, negando lentamente con mi cabeza.
—Claro, aquí es cuando todas sus acciones se justifican, ¿no es así?
Pues déjame decirte algo. Cuando nos pasa algo malo siempre tenemos dos opciones, o cogerlo de excusa para no tener que enfrentar las repercusiones de nuestras acciones, o aprender de eso y seguir adelante, aunque el panorama se vea como una mierda. Tú solo sigues y aprendes a vivir con ello, no te vuelves el antagonista; ese solo es el camino fácil.El chico al frente mío pestañeó por unos segundos, y al posar sus ojos cafés en los míos, cogío mi mano y me puso un papel en la palma, como si fuera lo más normal del mundo.
—Hay veces que por más que luchemos, el pasado va a dejar su marca, y no siempre se desvanece de un día para otro—sus ojos parecieron brillar, no parecía estar mintiendo—. Seré honesto. He visto todo este tiempo la manera en la que Luke se perdía viendote en las clases. He notado el dolor que le causaba insultarte, burlarse de ti...debes entender que él realmente nunca te insulto a ti. Todas esas asquerosas palabras iban para si mismo. Luke está jodido, sí, pero si ya lo captaste, solo hay una cosa que podría pegar sus piezas rotas de nuevo.
Bajó su mirada a mi mano hecha ya un puño, y con una sonrisa extrañamente sincera, se alejó sin más.
Quería jalarme los pelos y salir del puto carrusel en el que estaba metido. Lo único que se me ocurrió fue dirigirme al condenado carro que había de alguna forma empezado todo esto.
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Get into my car || muke au [EN EDICIÓN]
Fiksi PenggemarMichael ve pasar a Luke por enfrente de su auto cada mañana, vestido de esos jeans negros apretados y una camisa de cuadros. Luke llega todos los días a la misma hora a la escuela y pasa derecho el parqueadero para ir con sus amigos. Michael es gay...