Entre Dos Chicos

Sorpresa.

-Hey Kat, ¿Cuándo te quitarán eso?-pregunta Álex sentado al lado de Sophie.

Las clases del día habían terminado y al salir Álex estaba esperándonos con unos chocolates, bueno.. a Sophie.

Sonrío al recordar lo roja que se puso mi amiga, pegó un grito al verlo y se lanzó a él rodeandolo con sus piernas y besandolo.

Recuerdo haberme quedado un poco sorprendida, no sabía que las cosas ya estaban tan avanzadas, realmente tenía que tener una larga conversación con mi mejor amiga sobre todas las cosas que nos han pasado.

-¡Hoy! -respondo emocionada.
-¿En serio?-pregunta Sophie.
-Sí, cariño, podré ir al concierto de Álex.
-En eso pensaba, ¡Qué emoción! Podremos vestirnos juntas, será en tu casa.. te pondré sexy!-Se le nota la emoción en los ojos.

Eso me agrada, temía que por alguna razón ya no quisiera pasar tiempo conmigo.

-Tendrán entradas VIP, quiero verlas en el público guapas.- afirma Álex lanzandome una radiante sonrisa y dando un beso en la frente a Sophie.

Se ponen melosos inmediatamente y empiezo a hacer bromas.
-¡Busquen cama!
-¿Les doy para la habitación?

Al final me rindo y los dejo solos, cojo mis muletas y empiezo mi trabajoso camino al auto de mi mamá.

Pienso en William, no lo he visto desde ese día que me descompuse el tobillo, trato de olvidar que nos besamos pero es un poco difícil..

Ya casi llego al auto cuando me topo con alguien y casi caigo de no ser porque me sujeta de los hombros, alzo la mirada y hay están.. sus ojos raros mirándome, esos con los que había estado soñando desde ese día, mis ojos van inmediatamente a sus labios que están formando una sonrisa y se ensancha cuando se da cuenta de a donde fue mi mirada.
Maldigo Internamente y trato de apartarme pero me tropiezo otras vez.

La mini-yo rueda los ojos.
«Pero que patosa que estás jefa»
Le saco la lengua internamente.

William al ver que me tropiezo otra vez decide cargarme, de alguna forma acomoda las muletas juntos conmigo en sus brazos.

-Hola.- me mira y sonríe.- Siempre descuidada Kat.
-Hola.-sonrío sin pensar.-Sólo estaba pensando en algo..
«En ti»
-Nada importante.-murmuro.
-Entonces puedes contarme.

Va caminando al auto, abre la puerta y me acomoda en el asiento del acompañante.

¿Por qué..
-Yo conduzco.- Avisa mientras se sienta al volante y se quita el bolso que no había notado.
-¿Por qué?
-¿Tienes algo que hacer ahora?-pregunta mirándome sin ninguna expresión

¿Qué estará tramando?
Si pregunta eso es porque quiere llevarme a algún lugar, o que lo acompañe.. no lo sé.
Pero quiero saber..
-No.- contesto moviendo la cabeza y un mechón de cabello se sale de su lugar.

William se acerca y me acomoda el mechón de cabello mientras me mira fijamente a los ojos.
-Perfecto. ¿Te dan miedo las alturas?
-No..
-Bien.- sonríe pero luego como que se acuerda de algo y mira mi yeso.-¿Cuándo te quitarás eso?
-Se supone que hoy debo ir a quitarlo.. pero si iremos a..
-Vamos a que te lo quiten primero.
-Bueno..ya dime, ¿A dónde vamos?

Se ríe.
-Es una sorpresa.
-¿Una pista?- hago pucheros.
Él ríe otra vez.
-No.

Llegamos al hospital y me doy cuenta que está la misma muchacha fastidiosa, Cuándo nos ve sonríe coqueta, bueno.. cuando lo ve a él.

-Hola cariño.
-Hola, a está linda princesa.- Me señala.- le quitarán el yeso hoy.

Ambas, la recepcionista y yo quedamos un poco sorprendidas por su forma de llamarme, luego ella se pone un poco roja y me mira mal, me río internamente y choco palmas con mi mino-yo.

-Claro.- teclea algo en su laptop y extiende su mano a mi.- papeles.

Saco mi cédula y se la entrego.
-Edad.-pide no queriendo hacer cuentas con la fecha de nacimiento, quizás no sabe sumar y restar.. quien sabe.

-18.-contesto.
-Demasiado niña para semejante bombom.- murmura quizás pensando que no la escucharemos.

William parece que también escucho eso porque se ríe.
Perra, pero.. quiero divertirme un poco, ella se lo merece.
-Mi amor. - llamo imitando una voz melosa.-¿Vamos ahora a tu apartamento? Si no hay nadie...

William abre los ojos sorprendido por un momento antes de entender lo que estoy haciendo, sonríe pícaro.
-Claro princesa, haré la cena.

Okay.. no esperaba esa respuesta, estoy a punto de reirme pero me muerdo el labio.
-Le pico un ojo.

La muchacha se aclara la garganta y ambos volteamos a verla con una sonrisa, ella está roja.. lo juro, jamás había visto a alguien de ese color, abro mis ojos en sorpresa y un sentimiento de simpatía hacia ella empieza, pero recuerdo lo que hizo la vez pasada y se me pasa.

Tomo los papeles que me tiende y le pico un ojo, me mira furiosa y río.

-Eso fue divertido.- comenta William.- ¿A que viene?

Me encojo de hombros.
- Me tenía harta.
-¿Entonces no a lo de esta noche? Me ilusionaste. - hace un puchero.. pero no aguanta y ambos nos reímos mientras entramos a el consultorio.

-Que pareja tan feliz, me acuerdo de ustedes chicos. ¿Cómo va todo?
-Muy bien.- responde William picandome un ojo.
-Bien, bien.. me alegra.- comenta el doctor escribiendo algo en tu laptop.- subela en esa camilla hijo.

William asiente y se acerca a mi, me toma por la cintura, mi blusa se alza así que está tocando mi piel y el contacto manda una corriente por mi espina dorsal, me alza con facilidad y me sienta delicadamente en la camilla que estaba detrás de mi.

-Gracias.- murmuro.
Él abre la boca para decir algo pero el doctor lo interrumpe.
-Bueno bueno..¿Cómo va ese tobillo querida? ¿Te duele?- pregunta acercando su silla giratoria.
-La verdad es que no lo sé, no lo he afirmado, me daba un poco de miedo.

Ríe.
-Entiendo entiendo, eso es bueno.. y te tengo una buena noticia, normalmente luego de que quitan el yeso se dura algunos días sin poder afirmarlo bien pero.. a ti no te pasará eso.

-¿Por qué?- pregunto curiosa.
-Porque el tiempo que necesitabas sólo era de 4 días y lo usaste durante una semana completa así que sólo te molestará un poco.
-Ah, gracias.- le sonrío.

***

Estamos al final de la ciudad, todo lo que se ve por la ventanilla son árboles y grandes espacios verdes, me gusta pero.. no sé a donde vamos y si pregunto no me dirá, así que mejor me muerdo la lengua.

Estoy ansiosa.