3. Sospechosos

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-Buenas tardes... ¿Cuál es tu nombre?- dijo una extraña voz desconocida-

-Me llamo Arthur.

-Bien, Arthur, ¿Cómo te sientes?

-¿Cómo cree que voy a sentirme después de ver a mi amiga colgada y muerta en su propia casa?

-Lo entiendo, pero ahora quiero que me cuentes a detalle todo lo sucedido y como te enteraste de la tragedia.

Le conté todo al oficial con detalles, pero aún no puedo borrar de mi mente la horrible escena que presencié, sentí mucha pena al pensar que ya no la vería, nunca más.

-Por cierto, me llamo Gabriel Hernández, pero puedes decirme Hernández.

-Está bien... Oficial Hernández.

-Sé lo difícil que es perder a alguien -inesperadamente su teléfono sonó- perdón Arthur, diga...ya veo, iré enseguida..., disculpa Arthur tengo una emergencia que atender, conversaremos otro día y por favor... mantén la calma, vamos a resolver este caso, según lo que me cuentas... no creo que sea un suicidio.

-Está bien, oficial Hernández, me puede buscar en la escuela.

-Será mejor que vayas a tu casa y descanses, pronto llevarán el cuerpo a la morgue y contactaremos a sus padres.

Tristemente me levanté del viejo sillón lleno de polvo y caminé hasta la puerta para salir de la casa de Lucy, regresé a mi casa a mediados de las 8:00 pm, mi madre estaba preocupada sobre lo que pasó:

-Arthur, me enteré sobre lo de Lucy esta tarde... lo siento tanto- Me abraza y me consuela –

-Iré a descansar mamá... no tengo hambre... mañana tengo exámenes, buenas noches.

Subí por la escalera hacia mi dormitorio, solo me acompañaba la brillante luz de una noche de luna llena, una noche de pesadillas y pensamientos sobre lo que vi aquella tarde. Al día siguiente fui a la escuela y en la entrada estaba Jack y Catalina coqueteando entre ellos.

- ¡¿Qué miras zoquete?!-digo Catalina un poco frustrada.

No dije ninguna sola palabra y entré a la escuela, en el camino me encontré con Carmen, la mejor amiga de Lucy, estaba llorando y en su rostro se plasmaba tristeza y dolor.

- Supongo que ya te enteraste de la horrible noticia, ¿verdad? –mientras la consolaba no paraba de preguntarse lo mismo.

- ¿Por qué? ¿Cómo pudo pasar esto?

- Sé cómo te sientes, pero créeme que todo tiene su motivo y yo lo encontraré. Ahora será mejor que te calmes y te dediques a las clases.

- Él tiene la culpa de todo. Ese bastardo...-Aprieta sus dientes con furia y enojo e intenta ir contra Jack.

- No es momento para pelear Carmen... vamos... ya comienza la clase...- La acompaño hasta el salón, extrañamente se escuchaba una discusión que provenía de ahí:

-¡Suelta mi maleta!-decía la extraña voz.

Me acerqué al salón, todo fue rápido, una maleta gruesa me golpeó la frente y mi cabeza chocó fuertemente contra la pared, caí al piso y todo se volvió negro.

LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora