4. Caroline

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Después de 2 horas Arthur había despertado del golpe que le dí con mi maleta, lo llevé a la enfermería.

-¿Qué pasó? ¿Dónde estoy?-Preguntó mirando alrededor confundido.

- Te golpeaste la cabeza contra la pared, fue mi culpa, te tiré la maleta.

- Ah... me duele mucho la cabeza- gritó adolorido

- Deberías descansar...

-Ah cierto... tienes razón, espero no perder la memoria, aunque desearía perderla ahora mismo, por cierto... ¿No irás a clases?

-No... le dije al profesor que me quedaría a cuidarte... me dio permiso y bueno... aquí estoy.-Tomo su mano e inesperadamente se escuchó un grito de ayuda.

- ¿Escuchaste eso?

- Sí... - Hablé con nervios y miedo a la vez.

- ¡Vamos a ver qué pasa...!- se levantó rápidamente de la camilla y fuimos para averiguar el origen del horrible grito...

-¡Ayúdenme por favor!- Se escuchaba a lo lejos el extraño llamado de ayuda-

- Al parecer viene de la sala de proyecciones- Decía un poco agitado.

Vimos en las paredes flechas dibujadas con sangre que tenían como dirección la puerta de la sala de proyecciones, abrimos la puerta... nos esperaba una aterradora escena, Catalina estaba crucificada a la inversa... sus manos clavadas... acompañado con un mensaje en la pared: PECADORA, también estaban dibujadas algunas cruces invertidas por todo el salón.

-¡Ayúdenme... se los suplico!- Lloraba Catalina mientras se desangraba-

-¿Quién te hizo esto?- Preguntó un poco asustado por la situación

-Está... ahí... en la entrada... - Agonizaba Catalina mientras perdía mucha más sangre que antes..., ya no tenía esperanza de vida, era muy tarde para salvarla. Miramos atrás nuestro, estaba ahí, el causante de esta desgracia... una persona alta con capucha negra y una máscara extraña que no podemos distinguir, nos observaba tranquilamente como si nada hubiera pasado, nos saludó con la mano y se retiró, Arthur frustrado y desesperado lo siguió.

-¡Hey! ¡REGRESA AQUI!- Gritó Arthur.

-¡Arthur no vayas!- Le grité pero parece no haberme escuchado.

-Ca..roline...

-¡Catalina! Espérame aquí, iré por ayuda...

-Carolina... Perdóname...- Se podía escuchar sus últimas palabras... No respiraba y su pulso se detuvo.

Salí inmediatamente de ahí asustada y llorando, corrí hasta la sala de profesores, pero lo que me preocupaba más... es Arthur.

LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora