0.2-Las últimas cadenas

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-"Cuida esa boca niño de mierda, dentro de un rato me encargare de ti"- Volteo Jack dirigiéndose a mí. 

Cerró el maletín con el "producto" y se lo entrego oficialmente a aquel señor de gafas. -"¿Quiere disfrutar de un buen show nocturno querido comprador?"- Le pregunto el pelón al barbudo desplumado. 

-"¿Qué tipo de espectáculo?"- Respondió este último 

-"Lluvia de sangre, así se titula, y tiene a este chico como protagonista"-

En verdad eran de la peor clase de hombre. Aquel que se divertía matando a niños indefensos, este mundo podría estar repleto de sujetos así. Tomo una pistola de su chaqueta, era una colt commander de 9 milímetros con bordes de plata. Respire tan hondo como pude y arme una última sonrisa viéndolo directamente.

-"Nos vemos en el infierno basura"- Le solté con una mirada desafiante.

Teniendo una mirada furica y ojos irritados Jack se dispuso a disparar con el mayor de los placeres.

Sin embargo, antes de tirar del gatillo se escuchó un potente grito de ayuda de los guardaespaldas de Jack viniendo desde afuera que detuvo el movimiento de todos en la habitación perplejos. Seguido de esto se empezaron a escuchar disparos descontrolados arriba de nosotros. No había que ser muy inteligente para darse cuenta que los guardias estaban experimentando algo aterrador allá afuera.

-"¿¡Q-QUE FUE ESO!?"- Grito el hippie, el cual sin pensarlo mucho tomo el maletín con la cocaína como si este fuese prioridad. Jack enojado y sin saber que pasaba guardo la colt en su abrigo y me dio la espalda. 

-"Movilicémonos, tengo un auto aparcado cerca de aquí, así saldremos seguros"- A pesar de estar enojado pensaba claramente, era un criminal bien preparado. -"Sálvate solo sabandija"- Me dijo antes de irse.

Mientras el alboroto afuera aún seguía un guardia abrió la puerta del cuarto y ambos criminales salieron de la habitación dejándome atrás a mi suerte. Para empeorar la situación no tenía la llave del candado en mi espalda que oprimía mis cadenas, pero ahora que nadie me vigilaba podía intentar romperlo. 

Golpee mi cuerpo contra las paredes tan fuerte como podía con el fin de aflojar el candado. Tras un par de minutos luego de varios golpes en los brazos las cadenas por fin cedieron y cayeron al suelo, librándome finalmente. Son las clases de trucos que aprendes cuando toda tu vida es de andar escapando y sobreviviendo.

Sin embargo, a pesar de que no tenía las cadenas el lugar aún no era seguro, algo o alguien estaba causando terror a los criminales más peligrosos de toda Shibuya. No sabía si estaba demente o en verdad tenia forma de pelear contra estos delincuentes.

Mi mejor opción era tratar de escapar también, tarde o temprano esa cosa o persona me iba a encontrar y ahora que por fin me había quitado las cadenas no iba a caer preso otra vez. Sacudí mis manos por el dolor y acto seguido salí por aquella puerta. Al pasarla se encontraba justo en frente de mí una escalera que se dirigía hacia arriba, hacia una boca oscura y perturbadoramente solitaria.

Subí cada escalón con la máxima cautela posible, a paso de gato. El aire apestaba a basura mientras avanzaba esperando que nadie, fuese quien fuese, me encontrase. Por fin aquella infinita escalera se terminó y había llegado otra vez al pasillo oscuro del inicio, lo reconocí fácilmente, tenía el mismo número de habitaciones. Cuando di el primer paso algo pego fuertemente dentro de mi cabeza.

-"Los disparos... callaron..."- me dije.

En ese momento voltee lentamente mi cabeza hacia mi lado derecho y observe entonces el gran salón, el lugar donde se encontraban las mesas y un puesto abandonado estilo bar todo a oscuras, este era seguramente donde los comensales se sentaban y gozaban del sushi. Nada extraño en todo esto, excepto una cosa, había una cortina que se movía continuamente por la brisa de una de las ventanas de enfrente.

BEHIND THE TRIGGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora