0.5-Un nuevo desafio

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Toda Osaka se había sacudido a causa de los eventos de esa noche, los disparos obviamente perturbaron a las personas y estas llamaron. La policía arraigo a las múltiples escenas poco después de que todo acabara, para entonces aquel enorme grupo organizado de negro había desaparecido sin dejar rastro alguno. 

Encontraron al pequeño chico de pelo blanco rió abajo, en una orilla cerca de un lago público.

La policía me rescato y llevó a la estación para investigar la relación entre ambos incidentes, pero la mente del pobre lobo desolado no daba para pensar en nada más. Mis ojos fosforescentes habían perdido su brillo.

Fui custodiado e interrogado, era demasiado sospechoso debido a que no tenían nada de mí en los datos de la comisaria, ni identificación, ni historia. Si, para ellos aún era un niño abandonado que no existía en la sociedad. Les dije solo un nombre, Vongola, una vez dije eso cerraron prácticamente todo el caso al día siguiente.

Nadie se atrevía a hacerles frente, era lamentable y frustrante. No me dijeron nada acerca de ellos sin importar cuánto preguntase. Al final me enviaron a un hogar de huérfanos mantenido para seguir viviendo. No podía sentir otra cosa que dolor y terror de no verla nunca más. 

Me la pasaba viendo al techo desde mi cama, como si pudiese ver a través de este y observar el cielo en persona. Yo sabía lo que tenía que hacer, Yoruichi lo había especificado hace ya algunos años. "Si alguna vez nos separamos, Shiro, ve al subterráneo secreto en nuestra casa de Shibuya".

Fácilmente desaparecí del hogar junto con algunas mudas de ropa. Tome algo de dinero de nuestra casa en Osaka y viaje en varios trenes para llegar a Shibuya. Un viaje largo y pesado. Pise nuevamente Tokio, pero esta vez no estaba con Yoruichi, no podía evitar pensar que me había vuelto otra vez el pobre niño débil de los barrios bajos.

Con cada paso que daba me dolía la cabeza. Fue mi culpa que ella tuviese que hacer eso. Mi herida en el pie a causa del franco fue la causante, sin darme cuenta había disminuido mi velocidad y para que pudiese escapar vivo tuvo que sacrificarse. 

Si yo no hubiese estado con ella, probablemente ella hubiese escapado sin problemas...

Me abrí paso en esa escandalosa ciudad hasta que llegue a la polvorienta y antigua casa de Yoruichi, la que alguna vez considere mi hogar, donde toda esta aventura comenzó en primer lugar. Entré con la llave secreta que guardábamos en un agujero de tierra en el jardín, la llave estaba deteriorada pero sirvió para entrar una última vez. 

El suelo estaba algo sucio, no había muebles, solo unas escaleras hacia arriba y un enorme vacío. Me aproxime hacia la cochera, aunque jamás tuvimos auto. Me coloque encima de lo que cualquiera pensaría era una alcantarilla. Pero no para mí. Moví la tapa de esta y me deslice por unas escaleras verticales hacia abajo.

Esta era un escondite que solo habría llegado a ver una o dos veces en toda mi vida. Estaba viejo y abandonado, por supuesto, muchas pertenencias no estaba ahí. Prendí la única luz del cuarto, había repisas llenas de libros con los que solía estudiar. Investigue todo el lugar sin encontrar nada en especial después de más de una hora, excepto un gran libro en el escritorio, un libro que no tenía nombre.

Abrí dicho libro y para mi sorpresa no tenía nada escrito dentro. Solo cientos y cientos de páginas en blanco. Eso hasta que llegue al medio del libro donde había un sobre sellado que decía "Para Shiro". Era la letra de Yoruichi...

Con el sobre en la mano me petrifique, quería pero a la vez no quería abrirlo. No tenía idea de para qué era pero sabía que una vez lo abriese mi corazón volvería a doler. Por supuesto tampoco podía negarla, así que tras varios minutos de dilema me decidí a abrir aquella carta final.

BEHIND THE TRIGGERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora