Varios hombres uniformados de gris oscuro con botas militares y boinas negras irrumpen en la fiesta, destruyendo por completo el techo y lo que antes era celebración luego fué un caos. Los hombres apuntaban a todos con sus armas pero ninguno disparaba. Todos comenzaron a gritar, algunos se cubrieron con la mesa donde estaba el pastel, otros corrieron por las escaleras pero nadie estaba quieto, nadie excepto yo, aún más desconcertada de lo que estaba antes. Entro en shock al ver la escena que se desarrolla en ese momento: sillas destruidas, el techo vuelto trizas, gritos de terror, pero ni un sólo disparo. En ese momento tengo una imagen clara de algo que ví hace tiempo: hubo un secuestro y los hombres usaban sus armas para amemazar pero nunca las usaron, no hasta que llevaban el motín, un hombre elegante fue amordazado y encerrado en un camión blindado. Trago saliva, un mal presentimiento.
Salgo del trance al escuchar un grito que para mi sobresalió entre el pánico:
-¡Ayuda!- grita mamá.Corro lo más rápido que puedo hasta donde ella está, un hombre uniformado la sostiene por sus brazos e intenta alzarla. Giro rápidamente y tomo una silla para golpear al sujeto
-¡Mamá, cubrete!.Lanzo la silla pero el hombre es rápido y la esquiva, yo por el contrario tropiezo con los tacones y caigo al suelo, intento levantarme rápido y detener las cuerdas que arrastran a mamá a un helicóptero, salto y alcanzo la cuerda pero percibo un aroma fuerte, similar al azufre, pierdo la fuerza y nuevamente caigo al suelo pero esta vez no me levanto, mis sentidos que hace un momento estaban alertas ahora se apagan lentamente, el ruido del caos comienza a ceder, intento gritar por ayuda pero las palabras no salen de mi boca, mi visión se nubla lentamente y lo último que veo es a mamá cayendo inconsciente dentro del helicóptero.
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Un ventarrón frio y estremecedor que despeina mi cabello es lo que me hace dar cuenta que he despertado. Mis sentidos han vuelto a la normalidad, pero mis ojos están cubiertos con un pañuelo, muevo las manos y están atadas al igual que mis pies, en mí entra la ansiedad y unas ganas enormes de escapar y comienzo a retorcerme pero me detengo al escuchar un hombre mayor en el helicóptero, al parecer en una conversación telefónica.
-Lo sé, lo sé pero...Si.. Es que ella no... No lo sé... Ellos van en otro helicóptero... Pues... Podemos usarlos... Entiendo...
La conversación terminó y no ha sido muy clara pero luego siento que el helicóptero se estremece y entiendo que hemos aterrizado. Escucho que una puerta se abre y las aspas del helicóptero andan cada vez más lento. No oigo que la puerta se cierre, lo que significa que quien sea que estuviera vigilando se ha ido. Forcejeo con la soga de mis manos y logro aflojarla pero no del todo, sacudo la cabeza y la venda cae, observo a mi alrededor e intento concentrarme en escapar de aquí. Intento ponerme de pie y escucho a alguien junto a mí, es Karen, una chica de la fiesta. No sé si sentirme aliviada, pero lo estoy. Ella está arinconada sola, la muevo con el pie suavemente para saber si... Eeee... Si está respirando. Por suerte si.
-Mi cabeza... Ayuda... No veo nada...
Observo a mi alrededor en busca de algo puntiagudo y romper la soga que me ata las muñecas. Nada. Sigo mirando y me doy cuenta que Karen se ha desatado y está intentando ponerse de pie. Es bastante hábil y le pido ayuda para desatarme. Me levanto y ella me observa de pies a cabeza.-Oh, por Dios- dice ella. Kate, tu vestido está horrible.
La verdad no le veo rollo a que esté sucio y algo aruñado, cosas superficiales. Me sorprende el hecho que nos hayan secuestrado y a ella sólo le importa como me veo. Patético. Aún asi le contesto amablemente para que sus nervios se aplaquen y disminuyan los míos.
-Si. Descuida. Estoy bien. ¿A dónde nos trajeron?-
-No tengo id... Espera. Un helicóptero. Oh, Dios mío-
Estoy a punto de perder los estribos con esta chica, así que decido inspeccionar el helicóptero en busca de algo que nos sirva para salir de aquí. Miro detrás de unas cajas y veo a Génesis atada pero sin vendas. La desato y la levanto del suelo, al igual que Angie ella está bastante desconcertada. No la culpo.
-Génesis- digo al ver en su rostro una expresión de terror y asombro.
-No te alteres, estamos en un helicóptero y tenemos que buscar una manera de salir.
Ella me observa algo indecisa pero asiente y se levanta temblorosa. Las tres buscamos entre las cajas: cables, pedazos de metal y lo que parecen ser partes de bicicletas, así que tendremos que improvisar.
-Oigan, ¿ésto nos puede servir?- grita Angie quien estuvo hurgando en la cabina del piloto. Había encontrado una varilla de metal que nos será muy útil. La tomo y empujo hacia la ventana esperando a que se rompa. Nada. Así que con un pie intento forjar la puerta con ayuda de la varilla, escucho un chirrido y poco a poco. Me pregunto por qué estas chicas no ayudan, me volteo y veo que ambas están sorprendidas, creo que así no es como yo actuaría normalmente, empujando cosas o teniendo estas ideas. Antes de bajar echo un vistazo rápido a la cabina del piloto y veo una lata pequeña con una etiqueta que tiene las iniciales "T.N". No tengo idea que significa pero tiene el tamaño de un gas pimienta así que me lo llevaré. Yo soy la primera en bajar, al parecer tienen helipuerto estos condenados. Desciendo y abro una puerta que dirige a los pisos inferiores del edificio. Corro lo más rápidoque puedo pero al parecer las chicas están teniendo problemas para asimilar que deben correr. Me devuelvo de mala gana a ayudarlas, cuando escucho pasos y veo sombras que vienen de las escaleras adentro. Les indico que bajemos rápido y que cada una busque una salida. Creo que me han entendido y cada una va por camino separados. Veo una puerta en el fondo del pasillo pero está asegurado con llave. Luego pasa lo que sucedió en la fiesta: una visión o algo así. Mientras veo cómo una niña abre una puerta con un ganchillo para cabello, me veo maniobrando yo misma el ganchillo y abriendo la puerta. No sé que fue eso pero bastante útil. Entro y descubro que es una bodega gigante, con muchísimas cajas más como las que había en el helicóptero. Me pregunto para qué serán, estoy pensando cuando siento unos pasos cerca y voces. Tomo rápidamente una varilla de matl y volteo con la adrenalina emergiendo lista para atacar. El miedo desaparece cuando veo que son Cristian y David, no sé exactamente que hacen aquí pero de alguna manera me alegra verlos.
-Oye calmate, alguien podría salir herido- dice David. Yo, por ejemplo.
-Oh, lo siento- digo con una risita. No escuché cuando entraron.
-¿Desde cuándo intentas atacarnos?- ríe Cristian
-Perdona. No todos los días eres secuestrado mientras hombres uniformados irrumpen tu fiesta de cumpleaños.
-Touché-
Los tres comenzamos a buscar a tientas un interruptor en la bodega para encender la luz, temo que me pueda tropezar con algo así que voy detrás de ellos. Escucho un clic al igual que en la fiesta me sobresalto pero no de emoción sino de miedo. Veo a tres hombres apuntando sus armas hacia nosotros. Mi primer instinto es correr pero recuerdo el líquido que tomé del helicóptero y lo rocío hacia ellos. Caen inmediatamente inconscientes al suelo. ¿Qué rayos es esto?, no es gas pimienta de seguro pero ha funcionado.
-¡Corran!- grito mientras me dirigo hacia una puerta de metal que parece algo pesada, en efecto lo es.
-Oigan, una ayuda no estaría mal- alego. En ese momento oigo la voz de una mujer, algo lújubre y profunda que me causa escalofrios. Volteo y frente a un rostro ahora borroso, se extiende una etiqueta "T.N" Veo la silueta de la mujer mientras mis piernas pierden fuerza y el suelo impacta en mi espalda. Justo antes de caer nuevamente en un sueño misterioso veo a los chicos en el suelo y oigo aquella mujer
-Vaya, para ser una pequeña de Los Angeles y mimada, eres resistente. Lástima-
Me esfuerzo por mantener los ojos abiertos pero es inútil.
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Para Nunca Olvidar Y Jamás Recordar
RandomKatherine está en la etapa que todo adolescente desea: cumplir los 18 años. Ha llegado el día de su cumpleaños y lo han celebrado en su lujosa mansión situada en Los Ángeles, pero hay un problema, ella no recuerda quién es. Una a aventura con pasadi...