Skate, mi pasión.

Un día perfecto.

No paraba de pensar en aquel maravilloso día, y sobre todo, en aquella preciosa sonrisa, aquellos ojos color miel, aquella melena despeinada... No entendía como ese chico había llenado tanto en su vida. "¿Y si le quiero?" Meneó la cabeza. No. No podía ser. No se conocían lo suficiente como para quererlo. Abrió un cajón, cogió su pijama y entró a ducharse.

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Era guapa. Mucho. Y encima hacía skate, ¿qué más podía pedir? No sólo se podía fijar en el fisico, pero, todas aquellas tonteria, su poca verguenza.. Era perfecta... ¿Pero en qué pensaba? Si no sabía nada de ella. Pero, esa tarde fue como si la conociera de toda la vida. Angy. Su nombre era tan bonito como ella. ¿Tendría whats app? La tenía en Tuenti, pero eso no le bastaba. "Tengo que dejar de pensar en ella" se decía a si mismo, mientras se ponía los cascos y se tumbaba en la cama. Smells Like Teen Spirit sonaba en sus auriculares a todo volumen.

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Salió de la ducha, y se tumbó en la cama. No tenía ganas de cenar. Sentía algo en la barriga, como si estuviera nerviosa, pero no sabía que era. Buscó sus auriculares. Se los puso. Nothing Else Matters. Le encantaba esa canción.

Desbloqueó el movil. 357 mensajes en whats app, 3 notificaciones en Tuenti y 8 interacciones en Twitter, consecuencias de pasar la tarde fuera. Primero whats app: grupos por todos lados.

Luego Twitter: Le habian marcado favorito y menciones, lo de siempre.

Ahora Tuenti: comentarios en fotos, un me gusta y un mensaje privado. Lo abrió. Se le iluminaron los ojos y su corazón empezó a latir como si no hubiera un mañana. Julio le había pedido su whats app. Que mono, quería hablar con ella. ¿Y por qué se sentía así? Si sólo era un amigo... O no... Con una sonrisa escribió su número de teléfono y se lo envió. A los 10 segundos le llegó un mensaje al whats app. Sonrió. Mucho. Estaba aún más nerviosa. En el mensaje ponía: "Hola guapa, soy Julio:)"

Uf, estaba super contenta, no paraba de leer y releer aquel mensaje.

-ANGY, A CENAR.

-Ya voy, mamá.

Bloqueó el móvil y se fue.

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Mierda. Lo había leido y no le contestaba. Quizás le haya sentado mal aquello de decirle guapa. Pero era la verdad... No le debería haber dicho eso. Era gilipollas. Ya la había cagado, con el día tan perfecto que había pasado junto a ella. Cada vez que lo miraba se le paraba el mundo, aquella mirada de niña buena, cuando de buena no tenía nada. Se dió cuenta de que estaba de que estaba sonriendo. "Tengo que quitarme está estúpida sonrisa" pensaba, pero no podía.