Skate, mi pasión.

17 de Marzo, un día especial.

Y allí estaba, esperándola. Corrió hacia él y lo abrazó. Fuerte. Muy fuerte. No quería soltarlo, pero no quería parecer pesada, a si que se separó de él. Le hizo una señal indicando que se sentaran en el portal de su casa, y él le hizo caso. Hablaron toda la tarde, hasta que se hizo de noche. a Julio le faltaba poco para tener que irse a su casa.

Ignoró el reloj. Le dijo:

-Eres muy importante para mi, ¿lo sabes?

Angy no contestó. Se puso roja como un tomate y Julio empezó a reirse.

+¿De qué te ries?

-De ti.

+Yo no le veo la gracia, idiota.

Pero Julio no dijo nada. Se quedó embobado mirándola. Era preciosa. De repente, su corazón empezó a latir como si se fuera a salir del pecho. Ahora era su oportunidad.

-¿Me perdonarías por una cosa?-le dijo.

+¿Por qué?

-Por esto.

La besó. Esperaba que ella se apartase, o le metiera una ostiaza. Pero no lo hizo. Aquel fue el mejor momento de su vida. Lo reviviría mil veces. ¿Y ahora que hacía? Cogió aire.

+Angy, ¿quieres salir conmigo?

La chica no contestó. Simplemente sonrió y lo volvió a besar.

-¿Responde esto a tu pregunta? -Dijo Angy riendose.

+Creo que si..

Ella se levantó y se despidió de su chico. Le quitó la gorra, le revolvió los pelos, lo besó y lo abrazó. Tras esto, se dió la vuelta y entró en su casa.

Su madre seguía de mal humor, pero a ella le daba igual. Aquel 17 de Marzo siempre quedaría marcado en su memoria.