Capítulo 4

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Creí que mi madre me preguntaría acerca de mi relación con Miller en cualquier momento, mas sin embargo no abordó el tema ese fin de semana, ni los días siguientes, a lo mejor esperaba que yo fuera la de la iniciativa y le contara todo, pero no quería hablar de él.

Tampoco tenía ganas de verlo, pero era imposible porque teníamos las mismas clases;

El lunes que llegue a la Academia estaba en una posición muy a la defensiva, pues no sabría qué hacer si Miller se acercara a mí en modo "Novio", pero de hecho fue todo lo contrario; cuando el entro al salón como si no pasara nada, con aire de superioridad, seguido por todas esas chicas que siempre alardeaban alrededor de él, sentí un poco de alivio pero aun así no baje la guardia.

Transcurrieron los días, martes, miércoles, jueves inclusive el viernes, que teníamos la clase de Música, donde la maestra Nicole nos había encomendado hacer el proyecto juntos, pero ni siquiera en su clase se dignó a dirigirme la palabra ni siquiera para molestarme, cosa que siempre hace cuando tiene oportunidad.

La semana paso sumamente tranquila y agotadora, ya que no podía apartar la vista de Miller ni en la hora del almuerzo, pensaba que si lo dejaba de lado y seguía en otras ocupaciones, él se giraría solo para dar al descubierto nuestra falsa relación y no quería que nadie se enterara de ello, pues sabía que solo ocasionaría problemas, para mí y para todos.

Nina me miraba con preocupación y se lo llegue a tomar mal, porque sentía como si me quisiera atravesar el alma con la mirada, tratando de averiguar que le ocultaba, pero todo era supersticiones mías.

Era sábado por la tarde y yo estaba cansada tanto física como emocionalmente, mi padre, Jun y la tía Hada, habían salido desde temprano para visitar la tumba del tío Max, pues hoy era el aniversario de boda de mis tíos y no querían que una fecha tan importante pasara desapercibida.

Mi madre estaba en casa, leyendo unos artículos de las revistas juveniles, pues quería saber las tendencias de moda que estaban saliendo en la actualidad, ya que la empresa Easter estaba buscando un producto que llamara la atención de las "mujercitas adolecentes" como solía describirme mi padre, si una persona fuera invitada a nuestra casa, al ver las revistas regadas por el suelo de la sala, creía que son acto mío, mas sin embargo no era así.

Al ver que mi madre estaba ocupada, y que los demás integrantes de la familia no se encontraban en casa, opte por irme a dormir, pues no creí que alguien necesitara de mi presencia y aunque fuera así, le pediría disculpas por no estar en mis 5 sentidos.

No sé exactamente cuánto tiempo paso, pues sí que tenía un rato recostada en la cama, cuando sentí una presión, no literalmente física, sino más bien, esa presión psicológica o emocional que sientes cuando alguien te observa por mucho tiempo y no te dice absolutamente nada.

Mis parpados pesaban, pero aun así logre abrirlos, poco a poco enfocaban, había alguien frente a mí, su rostro estaba cerca del mío, por impulso toque su rostro, era muy suave, por lo que supuse que era mi madre, volví a cerrar los ojos para volver a dormir cuando una voz frenética me hizo abrirlos de par en par.

-¡¡He dicho que despiertes ya perezosa!! – espetó con un tono elevado mas no gritando, esa voz la reconocía en cualquier lado

-¿Miller? – pregunte, mis ojos empezaron a enfocar mejor, la luz de la habitación entraba como reflector por la ventana, mi habitación, donde yo estaba en mi cama con alguien que no debería estar aquí - ¿Estoy teniendo una pesadilla acaso? – pregunte golpeando mis mejillas

-¡No te hagas la graciosa en este momento! – en su tono había mucha frustración, pero aun así su cara seguía tan cerca de la mía, nunca le había prestado atención a su rostro, tenía unos ojos penetrantes y sus pestañas alargadas y tupidas, por un momento me llego a dar envidia, sus lóbulos estaban suavemente marcados y sus labios eran... carnosos, mi respiración empezó a entrecortarse, por tal cercanía, nunca había tenido así de cerca a un chico que no fuera mi hermano. -¿Me estas escuchando? – su voz me trajo a la realidad, por lo que mi cabeza se sacudió y por ende mis pensamientos se fueron -¡Dije que me sueltes de una buena vez! No aguanto esta posición

¿Falso Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora