Capítulo 8

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-¿Qué te sucede últimamente? – escuche la voz de Nina, quien estaba sentada en la cama de mi habitación, mientras hojeaba una de las tantas revistas que mi madre había comprado esa misma tarde para su investigación semanal.

Era viernes por la noche y hoy era nuestra noche de chicas, como cada final de mes. Esa vez fue en mi casa.

-No se a que te refieres – me excuse, sabia a que se refería, yo también lo sentía, desde que inicie mi relación falsa con Miller, era como si existiera una barrera entre Nina y yo, y no era para menos, no podía contarle acerca de esa relación y eso me ponía muy mal.

-Si que lo sabes – la escuche decir mientras se acercaba a la alfombra donde yo estaba sentada y se posicionaba frente a mi – Últimamente has estado de un humor muy.. Extraño puedo decir

-¿Extraño? – Pregunte - ¿Quieres decir que he hecho algo para molestarte?

-No! Claro que No! – Exclamo ella –Quiero decir que estas más feliz de lo usual, contenta, hay algo en ti que cambio y no sé qué es

-No he cambiado en nada – admití, en mi consciencia el único cambio que había localizado era esa barrera, en la que yo no podía decirle lo que pasaba con Miller.

-Vamos, se que ha pasado algo ¿Acaso no quieres contarme? – preguntó Nina - ¿Qué no recuerdas nuestra promesa de cero secretos?

-Nina – oh! Cielos! Había olvidado esa promesa, habían pasado años desde que la hicimos y siempre la había respetado, hasta Miller; la promesa de cero secretos se dio lugar el invierno de mis 13 años, en ese entonces Nina está completamente enamorada de Jun y se la pasaba espiándolo y parloteando acerca de lo fabuloso y genial que es, por supuesto, ella no tenía ni idea de que estaba hablando de mi primo.

El día que supo de nuestra relación sanguínea fue desastroso, pues vino a mi casa a buscarme sin avisar y por supuesto, vio una escena muy reprochable, Jun y yo, en mi sala, en pijamas, viendo películas con palomitas y té caliente, Nina creyó que la había apuñalado por la espalda al invitar al chico que le gusta a una cita en mi casa que inclusive me dejo de hablar por una semana y por supuesto, no dejo que le explicara la situación. Pero por muy enojada que estuviera en el momento no pudo aguantarlo más, ella me busco hecha un mar de lágrimas y me pidió perdón por haberme tratado así, ella incluso se disculpó por no tener en cuenta mis sentimientos y dijo que quería que yo fuera feliz con Jun, de nuevo malentendiendo las cosas, tuve que calmarla y contarle la verdad, que Jun era mi primo y que vivamos juntos, Nina no daba crédito a lo que le dije, pues no entendía como éramos primos, tuve que contarle toda la historia hasta que comprendió incluso por que manteníamos nuestra relación sanguínea en secreto. Fue ahí cuando hicimos la promesa de cero secretos entre las dos.

Creí que después de saber nuestra relación sanguínea me pediría que la ayudara para que ella y Jun salieran juntos, pero no fue así, ni una sola vez. Nina incluso se hizo amiga de Jun pero ya no volvió a mencionar su enamoramiento, creí que seguía resentida conmigo por no contarle pero ella me decía que no era así, tiempo después supe que tenía un novio.

Al acordarme de toda aquella situación, me encontré con algo que había pasado por alto en mucho tiempo, el primer amor de Nina fue mi primo, ella me lo había contado porque me tenía confianza, y era muy valiente al admitir algo así, ahora yo me encontraba en una situación similar, solo que el amor era falso, dude en sí debería contárselo, pero yo quería, porque sabía que ella me apoyaría.

-Nina – volví a exclamar, había un silencio bastante incomodo en la habitación, solté un gran suspiro y proseguí – Es un poco complicado

-¿A que te refieres con complicado? – preguntó ella un poco insegura

¿Falso Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora