Capítulo 5

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-Bien, entonces ¿nuestro destino es el cine? – pregunte mientras hacía cola en la taquilla del cine, que se ubicaba en la plaza comercial más grande de toda la ciudad

-Así es, tengo tiempo que no veo una buena película – contesto Miller

-¿Sabes que de acuerdo a las encuestas adolecentes que se han hecho recientemente, el llevar al cine a tu pareja en la primera cita, no es buena idea?

-En primer lugar, ¡no es una cita de verdad!- exclamo- y en segundo,¿ porque no es buena idea?- pregunto mientras se giraba a mirarme, se mordía ligeramente el labio inferior, por lo que supuse que tenía curiosidad.

-Pues según los resultados, el cine no es buen lugar para una cita porque no puedes conversar con tu acompañante, deben de estar en silencio prestándole atención a la pantalla ¿cierto?

-Bueno, da igual, veremos una película de acción- dijo el mientras yo solo observaba el lugar

Había muchas pajeras que por supuesto, si eran verdaderas parejas, a decir verdad, pienso que si solo íbamos a fingir que éramos una pareja delante de mi madre, Miller pudo haberme sacado de mi casa y dejarme en alguna biblioteca o alguna plaza cerca de mi casa, donde yo pudiera entretener y antes de la hora, regresar a mi casa y fingir que había tenido una cita con él, pero no me escucho y me dijo que él quería ver una película y como interferí con sus planes, ahora tenía que responder y acompañarlo.

Como Miller había dicho, eligió una película de acción, según entendía por lo que observe, los hombres le preguntaban a la chica que película ver antes de entrar, la mayoría escogía romance o cómicas, las valientes o dicho de otra forma, las chicas astutas escogían terror, pero ninguna había escogido acción; cuando entramos a la sala, me percate que había más chico y muy pocas parejas entre los espectadores, Miller debió notar lo mismo pues tardo unos segundos en avanzar hacia las butacas; no compramos palomitas ni refrescos, porque no somos pareja y pues, aunque las palomitas no solo las compran las parejas, tendríamos que comprar una solo para los dos o el combo pareja y eso es lo que queríamos evitar.

Al parecer Miller se sorprendió de que le pusiera atención a la película, pues note que en más de una ocasión me miraba como para comprobar que no me haya dormido.

La película he de admitir que era bastante entretenida, pues desde que empezó llamo mi atención a tal grado de ignorar la incomodidad que hubiera surgido si Miller y yo nos hubiéramos quedado en silencio.

Cuando termino la función, caminamos lo más rápido que pudimos, esquivando a las personas de las salas contiguas, nos dirigimos al estacionamiento, habían pasado solo unas horas desde que llegamos y entramos a ver la función, que aún no daban las 10 de la noche, aun así entramos al auto, esta vez abrí la puerta por mí misma y Miller arranco el auto, pero en dirección contraria a mi casa.

-¿A dónde se supone que vamos? – pregunte

-Solo guarda silencio y confía en mi- contestó, me quede pensativa, no hablamos en el cine y tampoco hablamos en el auto, pero lo extraño es que no era tan incómodo como yo pensaba, no confiaba en el pero tampoco sentí que me fuera a hacer daño, o al menos no en ese momento.

Después de 20 minutos conduciendo, por fin Miller aparco el auto en el estacionamiento de un pequeño restaurant de pizza que se encontraba a las afueras de la ciudad.

-Después de ver esa película sin palomitas me dio mucha hambre – contestó Miller, mientras caminaba hacia la entrada, lo seguí.

-¿Estás seguro de que quieres que te acompañe? – pregunte, el abrió la puerta del restaurant, hizo ademan con la cabeza para que entrara al lugar, por lo que lo hice.

¿Falso Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora