Capitulo 6

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-Qué diablos fue eso? – dije mientras me reía, estábamos por llegar a mi casa y aun así no podía parar de reír.

-Guarda silencio – contestó Miller un poco molesto podría decir – No me gusta que las chicas se me insinúen de esa manera, ella no puede hacerlo

-¿Pero qué dices?- aun me costaba trabajo parar de reír - ¿Te has dado cuenta siquiera de las tipas que te siguen a todos lados en la escuela? Es exactamente lo mismo

-No es lo mismo, esa chica es una descarada – contestó

-Y las de la escuela también. – Afirme

-Aun si son del mismo tipo según tu – dijó mientras giraba ligeramente para mírame – Yo no les prestó atención

-Pero si te siguen a todos lados, no dudo que incluso quieran entrar al baño contigo – acuse, lo que hizo que Miller se riera

-Estoy seguro de que si no estuviera prohibido lo harían, pero aun así, no saldría con ellas.

La conversación no siguió porque habíamos llegado a mi casa, Miller bajo rápidamente de su auto y corrió a abrirme la puerta, me dio la mano y yo no dude ni un segundo en tomarla. Todas las luces de la casa estaban apagadas a excepción de la habitación del despacho de mi padre.

-Bueno, el miércoles paso por ti para nuestra cita, voy a pensar seriamente en lo que haremos – dijó Miller mientras me acompañaba a la puerta de mi casa

-Oye! Creí que este era tu plan y el miércoles me tocaba a mí – dije

-No, la salida de hoy no cuenta porque hoy no es miércoles, y como fue mi idea empiezo yo – Contestó Miller, estaba haciendo pucheros por lo que me reí

-Bueno está bien, empieza tu – dije finalmente, el sonrío victorioso

-De acuerdo, nos vemos el miércoles – contesto, Miller se quedó de pie mirándome de frente, pero no parecía que esperaba alguna respuesta, con su mano izquierda toco mi mejilla y después reposo sus dedos en mis labios, yo me quede inmóvil, ¿Qué estaba haciendo? me pregunte, pero no podía articular ninguna palabra, Miller se acercaba poco a poco a mí, su mano devuelta a mi mejilla, su rostro quedo muy cerca del mío, tanto que nuestras narices se rozaban ligeramente, el cerro los ojos lentamente después de unos segundos Miller alejo su rostro lentamente y me miro, para después abrazarme, yo estaba completamente helada y muy confundida, cuando escuche a Miller que me susurraba en mi oído.

-No te alarmes, pero hay cierta persona que nos mira discretamente por la ventana – cuando dijo eso empecé a buscar en las ventanas de mi casa discretamente, donde podría estar la persona que nos veía pero no había nadie, luego recordé la ventana del estudio de mi padre, donde estaba la luz encendida, estaba a mis espaldas por lo que no podía girar y menos mientras Miller me seguía abrazando, abraze a Miller y con mucho esfuerzo lo gire un poco solo para poder ver por el rabillo del ojo y que me permitiera observar hacia la ventana.

Me dio un susto cuando pude observar, mi madre estaba observándonos desde el otro lado de la ventana, pero no "discretamente" como había dicho Miller, pues tenía las cortinas abiertas de par en par y ella estaba de pie en el centro observándonos con sus ojos llenos de brillo mientras sonreía;

-Eres un tonto! – dije alejando a Miller – Eso no es "discretamente" le reprendí, a lo que este solo soltó una carcajada

-Que madre más interesante tienes, bueno como sea, nos vemos el miércoles – dijó mientras me guiñaba el ojo y caminaba hacia su auto

Entre a la casa y trate de subir las escaleras lo más rápido que pude, falle en el intento cuando mi madre me abordo

-¿Cómo te fue en tu cita hija? – preguntó

-Bien – le conteste – todo normal

-Me alegro por ti, se ve que Elioth es un buen chico

-Lo es, es un buen chico – sonreí. No se si la convencí pues me gire y subí las escaleras lo más rápido posible pero escuche decir algo a mi madre que llamo mi atención.

-Que beso más romántico te ha dado ¿cierto? Hay que lindo es el amor, si tan solo tuviera unos 20 años menos – dijo mi madre mientras suspiraba, yo me pare en seco.

-¿Beso? – me sonroje – ¿De que estas hablando?

-No te hagas, si bien que te dejaste, y no digas que no porque yo te vi.

En ningún momento Miller me había besado, pero mi madre estaba convencida ¿En qué momento? Repetía en mi cabeza, ¿fue cuando me abrazo? ¿Cuándo le dimos la espalda? ¿O tal vez... .. ¿en ese momento?? ¿Cuándo me tomo por la mejilla y me miro a los ojos? ¿Fingió un beso también? No sabía que eso era posible pero entendí que Miller estaba sumamente comprometido en esta relación fingida y lo mejor es que respeto mi decisión de no querer besarlo y eso me alegraba.

Al día siguiente Jun corrió a mí en cuanto me vio

-Alice ¿Estas bien? – Preguntó – El día de ayer cuando llegamos, la tía Meybel dijo que no te sentías bien, pero no me dejo ir a tu habitación – por lo que entendí, mi madre no les conto que había salido y menos con un chico, por lo que seguí la historia de mi madre

-Ah si!, no te preocupes Jun, solo estaba cansada porque no había estado durmiendo bien, no te preocupes tanto – sonreí y Jun también lo hizo

-Menos mal Alice, yo realmente estaba preocupado, incluso me desperté muy temprano para ir al supermercado – me contó, yo no le entendí

-¿Al supermercado? – Pregunte -¿para que?

-Para esto – contesto mientras me enseñaba una bolsa de hule, en ella había un gran bote de nieve de chocolate y un paquete de galletas de vainilla – creí que esto te haría sentir mejor – no pude contener la risa por lo que estalle en carcajadas

-Jun!! Pero eso solo se lo dan a los deprimidos y a mí no me han roto el corazón para estar deprimida – Jun se quedó mirando la nieve y luego la agarro y se giró y se dirigía a la cocina

-Bueno, si no la quieres supongo que me la comeré yo

-No espera!- dije- Ya que la has traído para animarme yo te la aceptare con gusto – dije caminando de tras de el

-No, no la necesitas – dijó moviendo la mano con desinterés, yo me volví a reír

-Gracias por preocuparte por mí – dije mientras tomaba su mano – Eres el mejor Jun – él sonrío

-Enserio creí que morirías – musitó sonriendo

-Que exagerado – le conteste mientras caminábamos hacia la cocina, durante todo el día estuvimos en la sala, viendo películas y comiendo nieve de chocolate con galletas, mi madre y la tia Hada se unieron en la tercera película.

El lunes, cuando llegue a la Academia todo seguía igual, un Miller indiferente donde no existía relación alguna., pero inconscientemente contaba las horas para que avanzara el tiempo más rápido. 

¿Falso Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora