Capítulo 7

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Eran las 6 en punto de la tarde del miércoles, cuando Miller llegó a mi casa. Estaba vestido de manera casual, con su pantalón café y su playera blanca, en la Academia estoy acostumbrada a verlo con ropa casual pues no era obligatorio portar el uniforme, pero esta vez sentí que era diferente a lo usual.

-Hola cariño – me dijo cuándo me acerque a la puerta -¿Lista para irnos? – preguntó, yo asentí, sabía perfectamente que mi madre estaba en casa, por lo que no le rechacé cuando se acercó y roso ligeramente mi mejilla

-¿A dónde iremos? – pregunte

-Es una sorpresa – dijo mientras se giraba, camine tras él. Miller detuvo en seco, por lo que estuve a punto de tropezar con él, pero no fue así – Ah! – Exclamó – Antes de que se me olvide, toma – dijo mientras me sonreía, mire hacia sus manos y sentí que mis ojos brillaron

-Que lindo!! – dije mientras tomaba el pequeño lirio blanco entre mis manos, era como el que me había traído el sábado, solo que en vez de traer azul en las orillas, este traía pequeñas manchas del mismo color

-Creí que no tardaría mucho en marchitarse el otro, así que te he traído este para que puedas disfrutarlo un poco más de tiempo – dijo mientras se giraba y abría la puerta del copiloto de su carro

-Espera un momento- conteste, volví corriendo a la casa, entre a mi habitación y coloque el lirio que me había dado hoy junto con el que me había traído la última vez, era cierto lo que decía, pues aunque ahorita seguía en buen estado, no tardaría mucho para que se marchitara, fue muy buena idea de mi padre hacer esto de los lirios, sonreí para mi mientras los acariciaba, era un bono extra, di vuelta de regreso, pues había dejado a Miller esperando sin explicación, cuando iba saliendo pude notar que mi madre estaba de pie al lado de la puerta, sus ojos brillosos y su sonrisa deslumbrante, no sabía que estaba pensando.

-Madre, voy a salir un rato – dije saliendo de la casa

-Disfruta de tu cita– la escuche decir

Corrí al auto, Miller ya estaba sentado en su lugar, por lo que al llegar abrí la puerta del copiloto y entre, Miller tenía cara de pocos amigos

-¿Pasa algo? – pregunte

-Nada – contestó, hubo silencio Miller arranco el auto, después de unos minutos volvió a hablar- ¿No habías dicho que ya estabas lista? – preguntó

-Lo estaba, pero regrese a dejar el lirio en mi habitación – conteste – no me lo perdonaría si se marchitara antes por no tener suficiente agua – pareció que Miller entendía lo que decía, por lo que solo asintió, después de un rato conduciendo Miller aparcó, al salir del auto sentí una brisa fresca, me embriagaba el olor de las arboles cuando lo inhalaba, era un lugar tranquilo, solo escuchaba el sonido de las hojas cuando el aire las sacudía, camine por el camino que se encontraba en medio de los grandes árboles, no me tomo más de unos minutos en llegar hasta un pequeño lago que se situaba en el centro, era muy grande, incluso había un puente para cruzar del otro lado.

-Lindo ¿Cierto? – preguntó Miller mientras se acercaba a mi

-Sí que lo es – conteste - ¿Vamos a pasar el rato aquí? – él asintió - ¿querías caminar? – pregunte

-No solo caminar – dijo mientras sonreía, no había notado que su brazo estaba en su hombro completamente torcido hacia atrás, como si estuviera cargando algo muy pesado – Esto es lo que haremos hoy – me dijo mientras me enseñaba dos pares de patines que sostenía en sus manos

-¿Quieres patinar? ¿Aquí? – pregunte, él asintió, parecía emocionado

-Tengamos una competencia – contestaba Miller - quien puede darle la vuelta al largo más rápido gana, el perdedor tendrá un castigo!

¿Falso Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora