" -Tomaremos caminos distintos, pero quiero decirte una última cosa antes de que todo esto termine...
-Louis, por favor no.
-...Siempre estarás en mi corazón.
Y así, fundidos en un abrazo que nadie en el mundo podría romper, nos tumbamos e...
Desde que Harry había desaparecido de mi vida, hubo un vacío grande en mí. Ya las horas sólo pasaban, ni siquiera me tomaba el tiempo de arreglar mi cama; porque tampoco tenía a alguien que se preocupara por ello. Fumaba cuando podía y quería, además de las horribles botellas de cerveza que adornaban hasta la mesita de luz haciendo compañía a los paquetes de cigarrillos medios vacíos.
Tenía ganas de él, porque él era mi cable a tierra, era mi otra mitad, era principalmente todo lo que yo hubiera querido ser y nunca podría.
Dejé que el mundo me consumiera. Me vi envuelto en grandes polémicas, pero no me importó, porque para eso se ocupaban los abogados. Las fotos de la masturbación quedaron vistas como un intento de hacerme quedar mal y nada más, como si fuera uno o que otro invento para salvar a revistas de la bancarrota y para nada interesante.
También los vicios poco a poco se apoderaron, ya no me conocía. Para dormir tenía que tomar pastillas, a veces sufría de ataques de ansiedad al no probar una gota de alcohol, y cuando el drama con Briana a hacía presente me ponía nervioso, haciéndome fumar más de la cuenta.
Ella llamaba día de por medio sólo para saber sobre como me sentía. Ella era esa espinilla que odiamos cuando nos sale justo al tener un evento importante, esa mancha que arruina tu camiseta blanca favorita, es eso que te hace quedar como un estúpido frente a la persona que amas, o incluso es la tierra que ensucia tu comida favorita.
En fin, la odiaba.
Lo peor de todo, y fue la gota que derramó el vaso, fue cuando una supuesta foto mía con ella se hizo viral.
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Todos los medios de comunicación me trataron de mujeriego, y más cuando la puso de perfil en Instagram y WhatsApp. Empezaron a criticarme, aunque la más odiada fue ella. Culpa de esa foto y su fecha, los abogados de ella dieron como posibilidad de que yo sea el padre del niño de la tipa.
Cuando le pregunté a Oliver, me dijo que no se acordaba de esa noche. Estúpido, siempre estuve para él, y justo que lo necesitaba no servía. Me sentía solo, necesitaba a alguien a quien desahogar toda la mierda que tenía atascada hace días.
La verdad, fui muy idiota al creer de la nada esto del embarazo. Pero no tenía ganas tampoco de especular contra ella, confiaba totalmente en mis abogados, y todavía no había ido a hacerme los análisis de paternidad. El mundo sabía que pronto se venía el escándalo, aunque todo el equipo hiciera el más grande esfuerzo por mantener esto oculto, las redes sociales y las cuentas updates, seguro nos jugarían en contra. Ya todos habían visto las fotos de Briana conmigo, y ni hablar del periódico donde se a presentan a ella como madre de mi futuro hijo.
(...)
Después de días y noches solitarias, donde todo lo que pasó fue empeorar, decidí llamar a Liam.
— ¡Hola! — exclamó con entusiasmo—. ¿Qué a pasado que hace mucho no me has hablado?
—Tú siempre tan poético. Mira, en este momento no puedo estar más hundido en la mierda.
