Capítulo 7: Acércate a mí.

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Tenía el día libre, y sus padres no estaban así que decidió ir a la enfermería aunque no tuviera ningún tipo de problema.

—Hola —sonrió a la recepcionista—. Estaría necesitando hablar con Styles. ¿Se encuentra él? Lo que pasa es que es amigo de la familia, y necesito urgentemente hablarle sobre mi madre, ella ha venido hace poco por un problema que ha tenido, ¿podría, por favor, hablar con él? —habló Louis en un tono muy amable, y con una sonrisa bastante fingida.

Ésta chica ni siquiera prestó atención a lo que había dicho, pero asintió embobada.

—Claro, lindo —sonrió ella—. Ve por allí, toca la puerta y él te atenderá. Justo está en su hora de descanso.

—Muchas gracias, dulzura —sonrió Louis, y volteó para comenzar a caminar.

Genial. Estaba solo, y en su descanso. Eso era verdaderamente estupendo, y además no había nadie esperando nada. 

Cuando llegó, tocó la puerta esperando alguna respuesta pero nadie decía nada. Y estaba seguro que el rizado estaba allí, así que volvió a tocar.

Frunció el ceño confundido, y así sin más tomó la manija bajándola hacia abajo abriendo por completo la puerta.

Se esperó ver hasta un perro teniendo relaciones con un elefante quizá. Se hubiese imaginado cualquier otra cosa menos lo que estaba mirando ahora.

Por poco no tenían sexo allí.

¿Por qué tuve que entrar justo en ese momento? ¿Por qué justo ese día debía estar el esposo de Harry allí? ¿Por qué el mundo estaba en su contra las 24 horas del día?

De todos modos al momento en que abrió la puerta, ellos se separaron. Y el rizado realmente estaba sorprendido, y estaba por sacarle una foto a la expresión que tenía.

—Disculpen —habló Louis en un tono molesto, celoso, y dolido. Estaba todo junto, y además quería llorar. ¿Entienden? ¡Llorar! ¡Louis quería llorar por amor, era increíble!—. Disculpen si he interrumpido.

—Louis... —susurró Harry separándose por completo de su esposo—. Hola, yo... —miró a su compañero, y dijo:—. Yo.. eh... ¿qué hace aquí?

—¿Y a ti qué te parece? —dijo en un tono molesto, aunque trató de calmarse.

El esposo del rizado parecía algo confundido, y carraspeó para luego decir:

—Hola, Louis. Soy Michael —sonrió—. Soy su esposo.

—Lo sé —dijo Louis con una sonrisa falsa—. Me ha contado sobre ti.

Michael se acercó a Louis, y le tendió a la mano. El castaño, aunque no quisiera por nada del mundo, la aceptó.

Realmente Harry no sabía hacia dónde escapar. Así que cuando Michael volvió a su lugar, llevó una mano hacia la cintura del rizado.

En ese momento, justo en ese preciso momento Louis se dio cuenta de que era la segunda opción. Quizá para todo. Le dolió el corazón realmente, le dolió absolutamente todo.

—¿Venias a hablar con Harry? Los dejaré solo —sonrió Michael—. Yo debo ir a comprarme un café. ¿Quieres algo, mi amor? —se dirigió a Harry.

"Mi amor". Bien. Perfecto.

Harry negó con la cabeza, y luego Michael se acercó a él para darle un perfecto beso de esposos en los labios. Y se marchó, diciendo:

—Adiós, Louis. Encantado de conocerte.

Cuando Michael se marchó, lo primero que hizo Louis fue reír de amargura, del dolor, y de lo ingenuo que fue. Lo entendía, entendía perfecto que era su esposo. Obviamente, ¿qué esperaba? Pero no quería. No quería aceptarlo aunque él hubiese llegado después.

BELONEFOBIA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora