Capítulo 4: Mírame a mí.

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No podía dejar de pensar en lo horrible que había sido la última vez que había estado allí. 

Al parecer la ausencia de Harry en la enfermería era de lo peor. En verdad, el rizado podía calmar a Louis de la mejor manera posible, y el castaño necesitaba de ello.

Última vez allí. Aunque por lo un lado se sintió un poco triste porque eso significa dejar de ver a Harry y siendo sincero no quería dejar de hacerlo.

Le agradaba demasiado.

Y pensó en algo, pensó en quizá... quizá pueda ésta vez darle un pequeño beso en los labios al rizado. ¿No? De todas maneras era la última vez que se veían. Debía de aprovechar.

Sus padres confiaron en él, y que no se escaparía. Por eso dejaron que Louis fuera solo a la enfermería y así lo hizo.

Estaba sentando, y esperaba a que la paciente saliera del consultorio y así puedan llamarlo a él. Estaba un poco cansado de esperar para ver a Harry.

—Gracias, ¿Harry, cierto? —dijo una voz de mujer, y Louis giró su cabeza para ver mejor de quién trataba y sí. Era la paciente que había entrado.

Bonita, sí. Seguramente para otro chico porque para Louis lo único bonito que estaba viendo era a Harry.

—Sí, Harry —sonrió el rizado.

"Tonto", pensó Louis. "No sonrías, podrías enamorarla y no tengo ganas de tener rivales".

—Hasta luego —le dijo aquella mujer coqueta, y le sonrió al ojiverde.

Cuando aquella mujer pasó junto a Louis, éste último dijo:

Hasta luego —imitó, haciendo voltear a la mujer la cual lo miró con mala cara y Louis le sonrió sarcásticamente.

—Cretino —murmuró ella.

—Tu padre —murmuró Louis.

Ella rodó los ojos, y se marchó de una vez por todas.

—¡Tomlinson!

—Ya voy, amor —dijo Louis en voz baja y con una sonrisa divertida.

Louis se dirigió al consultorio para encontrarse con Harry, y su última vacuna aunque no estaba pensando en ello tanto.

Cuando entró, observó algo diferente. Algo muy diferente. Al rizado se lo veía bastante triste, y eso incomodó al castaño y además también lo puso algo triste.

Y pensó que, quizá era por su esposo.

—Hola, Harry —saludó Louis, y por sí solo se sentó en la camilla.

—Hola, Louis —dijo Harry con voz apagada sin mirarlo, mientras tomaba el algodón en su mano. Luego levantó su rostro, e intentó darle la mayor sonrisa sincera que podía brindarle a Louis pero falló, obviamente, en el intento.

Louis hizo una mueca, y suspiró pesadamente.

—¿Está... está todo bien?

—Sí, claro que sí. —Se acercó a Louis para pasarle el algodón por el hombro.

—Mentiroso —murmuró el castaño.

Harry giró su rostro, y alzó las cejas.

—¿Qué has dicho?

—Qué eres un mentiroso —repitió.

—Claro que no lo soy.

—Claro que sí —dijo Louis frunciendo el ceño—. Puedo verlo en tus ojos, estás completamente triste.

Harry lo observó por unos largos segundos a los ojos, y luego carraspeó. Y negó.

—Eso no importa.

Louis frunció aún más el ceño si eso era posible, y cuando Harry tomó la jeringa y quiso colocarle así sin más la vacuna a Louis, éste le dio un manotazo para que alejara la mano.

—No... no puedo. Déjame —dijo, en un tono molesto y retrocedió.

—Pensé que habías superado eso de  ten-

—No. No lo superé. No superé absolutamente nada porque lo único que me calmaba eras tú —contestó enojado—. Prefiero irme. —Bajó de la camilla.

Harry se desesperó, y dejó la jeringa en su lugar y lo tomó de la muñeca.

—No te enfades.

—Sí, lo hago porque... no puedo hacer esto si no... —bufó—. Lo siento, no puedo verte mal.

El rizado miró hacia otro lado algo nervioso, y luego volvió a mirar a Louis, diciéndole:

—Tengo confusiones. Tengo problemas personales —dijo en un tono bajito—. Mi cabeza está por explotar.

Louis se acercó a él, y le dijo:

—Puedes contar conmigo.

—Lo sé, y no sé por qué lo sé. Sólo sé que eres la única persona que está apoyándome en este momento, Louis —dijo Harry en un tono triste.

Lo contempló, con su rodete y sus ojos tan bonitos pero tristes con ese uniforme  color verde agua, con aquellos labios que, la verdad, tentaban demasiado. Louis tuvo que bajar la mirada y contenerse o iba ser él el primero en explotar.

—¿Podemos pasar a esto? —preguntó, y volteó a tomar la jeringa otra vez.

Louis observó la jeringa junto con la aguja, y negó.

—Prefiero que no.

—Estás bien, y yo estoy aquí —dijo el rizado—. Acércate.

El castaño lo hizo un poco asustado.

Mírame a mí —musitó Harry—. Sólo mírame a mí.

El ojiazul asintió aunque aprovechó el momento, y tomó de la cintura al rizado y lo acercó  a él.

—De acuerdo —dijo—. Te miraré.

A Harry se le escapó una pequeña sonrisa, y asintió. Al parecer tampoco pudo contenerse, y acercó su rostro hacia Louis, y le besó en la mejilla haciendo sonreír a Louis.

Lo miró.

Lo miró y no se cansaría de hacerlo.

Sus ojos lo calmaba demasiado.

Y al final de todo, Harry pudo hacer lo que debía.

Pero luego de unos minutos, Harry le dijo:

—Acabo... acabo de acordarme que es la última vez que vienes, Louis.

Y eso lo entristeció todo.

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aaaaaaaaaaaaay, aunque no termina todo acá. serán 4 vacunas sí pero hay sorpresas obvio.

bien, espero que hayan tenido un lindo día bebés ♥☺.

un besssssssssssso en dónde más les guste ;);););) ay no bueno ashi banca 

gracias por leerrrrrrrr,

ashi ☼.

BELONEFOBIA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora