Capítulo 8: No alejes tu mano.

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Habían pasado dos semanas desde la última vez que había visto a Harry, y no porque el rizado no quiera sino porque Louis no quería verlo. Y en el transcurso de los días se había enterado de muchas cosas como de:

Harry terminó con su esposo.

Su mamá le contó a Louis que al parecer Harry había conocido a alguien, y por eso el motivo de su ruptura con Michael, y después de decirle aquello, su mamá dijo: "Oh, también la mamá de Harry me ha dicho que él mandó a decir que eres un buen paciente y que te has comportado bastante bien, Louis. Y dijo que cuando desees, por favor, vayas a visitarlo".

Louis la había mirado a los ojos, y sin decir nada asintió para luego marcharse a su habitación.

Eso no fue lo peor, o eso creía.

Jay una mañana le comentó mientras él estaba tomando café:

—Hijo, Harry me ha enviado un mensaje hoy. Y me ha dicho que te he de faltar una vacuna por haberte retrasado con la de dieciséis —frunció los labios—. Lo siento cariño, pero debes ir hoy a la tarde.

 —¿Estás de broma, cierto? —dijo Louis sonando molesto de repente, su mamá negó con la cabeza—. Pues no quiero ir.

—Te quitaré tu teléfono.

—Hazlo.

—Las fiestas.

—No me gustan las fiestas.

—Le diré a Harry que lo nombras estando dormido.

Louis volteó a mirarla.

—Mentira. Yo...

Jay comenzó a reír fuertemente.

—Debías haber visto tu cara, hijo.

—Por lo menos yo puedo agacharme sin problemas —dijo subiendo las escaleras.

—¡Estás castigado! 

—¡Ni qué fuera a importarme!

—¡Irás!

Y fue así. Aunque no quisiera y metiera cualquier excusa para no ir, de todas maneras, fue.

Su mamá confió en él, y se largó para luego pasarle a buscar. Un gran paso para el mundo.

Así que se encontraba esperando allí. Quería literalmente desaparecer más aún que la primera vez que había estado en ese lugar. No quería ver a Harry otra vez, realmente y no quería volver a colocarse una vacuna. No quería estar allí.

Le hacía mal.

Volver a ver a Harry sería masoquismo extremo. En esas semanas no había dejado de pensar en él, y fue realmente triste como se sintió. Jamás se había sentido así por alguien porque Harry le colocó su mundo de cabeza, en verdad.

No quería que llegue ese momento de...

—Tomlinson.

Llegó.

Suspiró pesadamente, y se levantó para caminar hasta el consultorio.

Cuando entró se encontró con una joven de unos, tal vez, 28 años. Y frunció el ceño.

Pensó; "Bien. Ahora cualquiera me dará la vacuna". No pudo evitar decir:

—¿Tú quién eres?

—Talya —habló una voz grave, y Louis volteó para ver a Harry entrar—. Déjamelo a mí. Yo lo atenderé.

—De acuerdo —dijo ella con una sonrisa.

BELONEFOBIA | Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora