IV Y Jure No Volver

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IV Y jure no volver

Pasaron unos días, escribía poesía, se acercaba la semana de talentos, y yo decidí declamar de nuevo, pero en un rato libre me escape de la clase, sobre todo de mi maestra Mayra, con ella era la pelea más tonta y risueña pues siempre me escapaba de sus clases, y a mis escondidillas ni cuenta se daba pues al final sabía que el ambiente en el que estaba era mejor.

En esa escapada hable con Elizabeth.

Elizabeth- ¿Cuál debería de elegir?

¿22 o 24?

Balde de agua fría sobre el yelmo que cubría mi alma, pero que esta se acercaba a su oxido

¿Y ahora qué?

Jonh- No lo sé, (las manos le sudaban y el nerviosismo salto)

Elizabeth- Decime, sos una parte importante de mi decime

Jonh- 24  (era impulso nomas, lo pensé y dije así)

Elizabeth- Dame las manos si (fría y seca así fue su orden, se toman de las manos y ella se agacha sobre el escritorio)

En esa clase exactamente la cual, la luz no estaba encendida por algún motivo, mis pensamientos explotaron que podía pensar, mi mente en ese momento no podía reaccionar, ella estaba enfrente, yo adyacente con un escritorio, dije un número y ya, ella se echó técnicamente a llorar o fingirlo en el escritorio ya dicho.

Si yo fuese iluso en este instante y lo analizara, sencillamente diría que esperaba un; ninguno de los dos, quédate conmigo.

Quizá una y otra vez ella se imaginó ese momento en que le diría de una vez por todas, que debía estar conmigo, que dejara esas preocupaciones, que yo había llegado a su vida y que de tanto esperarme ahora debía de saciar mi sed, de besos, de amar, de ser mortal, de luchar.

Quizá una y otra vez se imaginó eso, y se agacho en resignación, mas mi respuesta se me hacía rara pero clara, además su porque, el porqué de mis palabras decían algo que mi corazón odio.

22 o 24, si aún no entiendes, eran hombres, si edades de los pretendientes uno de 22 y otro de 24.

Claro yo sabía que tenía pretendientes y nunca me había importado, pero ahora que había sido esa sudoración completa en mis manos, no lo entendía y escribí.

“Yo siempre estuve ahí,

como fui iluso,

me convertí en uno más tras de ti,

ahora levanto la mano contra mi

Veo las personas pasar

ya no me importa su mirada fija

Ahora me encuentro frente a ti,

me tomas la mano

estas llorando ¿será de emoción?

Pensando en el corazón de otro, y me siento aquí en el vacío, callare a mi corazón egoísta que día a día fluye más, y se vuelve descontrolable,

solo escuchare por siempre, y ya no me ilusionare”

Inconscientemente me ilusione, pues hay sentimientos que surgen en lo secreto, sin tu mismo saberlo

Existen dos clases de sentimientos, los omniscientes que están presentes y se manifiestan claramente y los inconcientes que la persona ni sabe que tiene

Luego de eso y unas conversaciones más, un día fríamente la salude y seguí mi camino, aunque escribir unas poesías en su nombre.

Ese balde de agua fría golpeo mi ser con tal impotencia que ya no sabía que creer que pensar en ese instante estaba en shock, no había entendido bien las cosas, estaba divagando tanto en mi pensamiento que no actué, por ello empecé a pagarlo con creses.

Una Mujer En el caminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora