❝Hey, este es el celular de Louis, aunque eso ya lo sabes. Probablemente en este momento estoy haciendo algo más interesante o estoy demasiado cómodo como para tomar tu llamada. Ya sabes que hacer después del beep❞.
— Maldita sea William, ¿dónde demonios estás? No es seguro que andes por ahí en una ciudad que no conoces, mucho menos sólo y de noche. Llámame de inmediato —. Norman colgó y trató de llamar de nuevo, mordiéndose en interior de la mejilla y pasándose una mano por el cabello con desesperación.
Ahora estaba en la fase de la preocupación, y Harry no podía decidir si eso era una mejoría o no.
Cuando llegaron a Holiday Inn (el hotel dónde siempre se reunían), lo primero que el pelinegro hizo fue consultar en recepción la llegada de su hijo. Llevándose la desagradable sorpresa de que el chico jamás arribó. Como cualquier padre normal, el mayor confundido interrogó a la pobre recepcionista, con la intención de conocer el paradero de su hijo. Al ver que la empleada no lo ayudaría a resolver nada, se puso en contacto con Dale, el chófer que había transportado al castaño.
A Harry le agradaba Dale, era el único de los empleados de Norman que tenía conocimiento de su relación. Era un hombre de unos cincuenta y pocos, bastante agradable, discreto, amable y leal. Por eso, cuando el mayor comenzó a lanzarle de gritos por la linea telefónica, culpándolo por lo ocurrido, el rizado dejó su molestia de lado por unos segundos.
— Norman, es suficiente —. Sólo eso bastó para que el ojiazul se calmara ligeramente, entrando en razón.
Después de intercambiar unas cuantas palabras más con su empleado, resultó que el chico si llegó hasta el hotel e incluso atravesó el umbral del recinto. Fue entonces que la sorpresa dio paso a la ira.
Era bastante obvio que el muchacho había decidido largarse de ahí.
Advirtiendo una escena al ver a un furioso Norman presionar con fuerza el número de su hijo en la pantalla de su celular, Harry tomó al hombre del brazo y los introdujo al elevador. Una vez dentro, el mayor arremetió a gritos contra la bocina del pequeño aparato.
Fácilmente, calculó el menor, los primeros veinte mensajes que el castaño recibiría en su buzón de voz, eran básicamente el pelinegro amenazándolo y regañándolo con diversas lisuras*.
Al llegar a su habitación, el mayor dejó más mensajes para su hijo, tratando de sonar calmado. Tratando.
El de verde mirar estaba consciente que tenían una conversación importante pendiente, pero entendía que ahora Norman atravesaba por una situación delicada. Así que se limitó a observar atentamente a su amante ir y venir, de un lado a otro de la habitación.
♫♪♫
Un mensaje de texto después con el simple contenido: ❝Estoy con un amigo, estoy bien, hablamos mañana❞; Norman y Harry se encontraban uno frente al otro. El menor sentado incómodamente en el borde la cama, el mayor de pie, pensando cómo abordar el tema.
Usualmente las pláticas con Harry fluían con naturalidad, hacían sentir cómodo a Norman, puesto que no tenía que pensar dos veces antes de hablar, porque podía ser él mismo cuando estaba con su pequeño. No el esposo infeliz. Ni el padre con culpa. Mucho menos el hombre de negocios. Simplemente él. Sin adornos, sin nervios, sin máscaras. Autenticidad pura.
Sin embargo, ahora las circunstancias eran otras. El pelinegro sabía que debía escoger sus palabras con sumo cuidado. Su estabilidad pendía de un hilo, y el futuro de su relación era incierto. No estaba dispuesto a perder a Harry, y haría lo que fuera para mantenerlo a su lado por un largo, largo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
❝He's not your Daddy❞
Fanfiction❝Mamá: Ya se lo que esta pasando. Ya se porque lloras todas las noches antes de dormir. Ya se porque tu y papá ya no se hablan cuando están juntos. Ya se porque papá siempre prolonga sus viajes de negocios. Ya lo se todo, y no pienso quedarme de br...