Prologo.

7.6K 689 216
                                    

Si alguna vez le pedían que contara la historia mas triste con tres palabras, el escogería estas:

Ella.

Esta.

Embarazada.

Mucha gente recibiría tales palabras como una buena noticia, un suceso digno de regocijo, una bendición. Pero para él, esas tres simples palabras significaban el fin de lo mas real y hermoso que había tenido en toda su vida. El fin de una relación de cinco años. El fin de algo que creía, duraría para siempre. 

Un hijo. Su jodido novio tendría un hijo. Hasta este punto, el ya no sabía si llorar o gritar. Probablemente, cuando se recuperara del shock inicial, haría ambas. Pero en ese momento no podía hacer nada más que perderse entre sus recuerdos. 

La primera vez que hablaron, la primera vez que lo hizo reír, su primera cita, su torpe pero lindo primer beso, su segunda cita, sus segundo, tercero, cuarto y quinto beso (un poco menos torpes pero igual de lindos). La elaborada y arruinada proposición que planeo por meses, su primer baile, la confrontación con sus padres al salir del clóset, las lágrimas que derramaron juntos, las alegrías  que compartieron, las tardes de lectura y café en el parque, el primer mes en su apartamento de pareja, la inesperada proposición de matrimonio... 

Al final del día, nada de eso había valido la pena. Ya nada de eso importaba. Todo lo que habían logrado construir juntos se estaba derrumbando a su alrededor. ¿Y por qué? Porque la estúpida ex-novia enloquecida no podía aceptar el hecho de que Norman era gay. 

Claramente podía observar como salían palabras de los labios de su novio, pero por alguna extraña razón, estás no llegaban a sus oídos. Podía observar cómo postrado de rodillas, Norman lloraba pidiéndole perdón. Podía sentir como tomaba sus manos y las apretaba con fuerza. 

De pronto, era cómo si su cuerpo ya no le respondiera. Estaba consciente por supuesto, pero era cómo si alguien más actuara por él. Sintió cómo  se soltaba del agarre de Norman, sintió cómo se levantaba del sofá y sintió como se dirigía a su habitación. 

Al final de día, él era lo único que necesitaba, él era lo único que quería, pero que, por un capricho del destino, ya no tenía. 

❝He's not your Daddy❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora