Presente.
Harry se consideraba a si mismo como un chico extraño. Siempre le gustó observar y valorar los pequeños detalles. Detalles que otras personas podrían calificar de insignificantes. Era una característica de él que le había permitido conservar ese asombro infantil aún a los dieciocho años. Ese día, recién levantado, con el cuerpo desnudo y la mirada vidriosa, se permitió el lujo de observar a detalle a su persona favorita (bueno, su persona favorita después de su madre y su hermano).
El perfil tenuemente iluminado por la luz matutina que se colaba por las cortinas.
Los párpados cerrados, que celosamente escondían el par de ojos mas lindos que él hubiera visto jamás.
La línea de la mandíbula que le gustaba tanto trazar con su dedo índice durante los besos.
El apenas visible rastro del rasurado reciente en sus mejillas.
El oscuro flequillo que cubría ligeramente sus párpados. Flequillo que era por mucho la cosa favorita de Harry en todo el mundo.
A medio escrutinio, el par de orbes azules recientemente abiertos lo sorprendió. Con una risa ronca, Norman lo tomó por la cintura y lo colocó sobre él. Harry sonrió alegremente y estiro los labios hacia su amante, dando ligeros saltitos sobre la cadera del hombre mayor.
— No princesa, sabes las reglas — Norman detuvo el movimiento de Harry, esperando— ¿Cómo se dice, princesa?
— Uh, no lo recuerdo papi—. Harry puso un dedo en su mentón, simulando pensar — ¿Era tal vez, "quiero un beso ahora"?
El mayor gruñó molesto y le dio una palmada en el trasero, a la cual el rizado respondió mordiéndose el labio.
— ¿Estás tratando de molestar a papi?—. El menor negó con la cabeza mientras batía sus pestañas tiernamente— . Por supuesto que sí, ¿es que acaso quieres que te castigue, princesa?
— Tus castigos me gustan, papi—. Harry comenzó a moverse en círculos sobre Norman, mientras soltaba pesados suspiros.
Honestamente, Harry era una pequeña máquina sexual. Adoraba los días de cama con Norman, y nunca, nunca tenía suficiente. Afortunadamente, Norman no se oponía a pasar el día dentro de su cuarto de hotel. Por supuesto que era agradable salir de vez en cuando como una pareja normal, pero después de dos años de innovación en sus prácticas sexuales, Harry había adquirido cierta... adicción a él.
El haber conocido a Norman en ese bar fue una de las mejores cosas que pudo haberle pasado. ¿Quién diría que aquel hombre maleducado que le había robado su bebida terminaría siendo su amante? Sin lugar a dudas, el destino tenía misteriosas maneras de actuar. Después del pequeño altercado (si podía llamarsele así ), Norman le compró un vaso de algo un poco menos alcoholizado. Agua. Cuando Harry quiso replicarle, el mayor lo hizo guardar silencio y terminar con su bebida.
"Eres muy pequeño aún, Harry. ¿Cuántos años tienes? ¿Catorce? Esa no es edad para beber".
"Para su información tengo dieciséis, y puedo hacer lo que yo quiera, usted no es mi madre".
"Harry, he dicho que esta noche no beberás ni una gota más de alcohol, fin de la discusión".
"¿Ah sí? ¿Y que piensa hacer para evitarlo?"
Esa simple frase hizo que el mundo de Harry diera un giro drástico. Hasta ese momento, nunca se había planteado la posibilidad de ser gay, su sexualidad no era un tema que le preocupara. Pero cuando Norman, enojado por su manera de contestar lo había besado bruscamente y lo había arrinconado contra un sofá... Bueno, teniendo a un hombre como ese devorándole los labios, cualquiera se declararía gay sin chistar.
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❝He's not your Daddy❞
Fanfiction❝Mamá: Ya se lo que esta pasando. Ya se porque lloras todas las noches antes de dormir. Ya se porque tu y papá ya no se hablan cuando están juntos. Ya se porque papá siempre prolonga sus viajes de negocios. Ya lo se todo, y no pienso quedarme de br...