Universo alterno, los signos van a distintas escuelas.
- Cállate, tonto. - Aries empujó levemente a Leo, quien seguía diciendo tonterías camino al instituto.
Los signos de Fuego, así bien sanos, van caminando a aquella prisión que los tres detestaban con el alma. Pero al menos tenían algo de tiempo alejados del resto para poder comportarse como los locos que son, pues siempre que hacían alguna de sus estupideses, estaba por allí cerca algun Tierra para calmarlos y cagarla.
Como sea, los tres caminaban hacía el establecimiento cuando vieron el automóvil de Tauro con éste manejandolo y Virgo y Capricornio subidas, quienes bajaron la ventanilla polarizada (por obligación de Virgo) para poder preguntarles:
- ¿Les damos un empujón? - solían preguntarles esto a menudo, ya que casi siempre se cruzaban en el camino.
- Claro, por qué no. - contestó Leo, alzando los hombros. Así subieron los tres al auto de los Tierra, haciendo espacio para que entrarán. Comenzaron una animada platica entre los seis signos, riendo y charlando. Finalmente llegaron a su destino, despidiendose con la mano mientras bajaban del coche carísimo, el cual avanzó apenas estaban todos fuera.
- ¿Qué materia tenemos primero? - preguntó Sagitario, intentando recordar.
- Creo que matemática . - contestó el ojiceleste, acomodandose el cabello con el reflejo de su teléfono móvil. - De todas formas, tenemos tiempo antes de la clase. - agregó, guardando su aparato blanco en el bolsillo de su pantalón.
- Que suerte, odio al profesor Higins, que vuelva al país del que vino. - comentó Aries, quien tenía razón. Aquel irlandes era realmente molesto, además del asento peculiar que le estrazaba, era ese tipo de profesor que quiere ver el mundo arder.
- Muy cierto, Ari-Ari, muy cierto. - le contestó Leo, sentandose junto a los otros dos en un banco del patio. Unos minutos después ya era hora de entrar al aula, por lo que lo hicieron. Sagitario y Aries se sentaron juntos, mientras que Leo se sentó en el banco de al lado con una chica a quien no conocía, pero era la típica nerd, lo que bajaba su reputación de "chico popular".
- Aries, por favor. - le susurraba el chico a su amiga junto con quince mil papelitos y avioncitos de papel pidendole que le cambie de lugar.
- "Dejame estar con Sagitario, sabes que me gusta, bastardo." - le envió en una bola de papel que le metió en la boca, aprobechando que estaba a su lado.
- Gracias, maldita. - masculló, viendola coquetear con el arquero, quien parecía también estar coqueteandole. - Confiesense y ya. - pensó en voz alta.
En lugar de prestar atención a la clase prefirió idear una forma de vengarse. Entoces se le ocurrió, sabía lo ruidosa que era la risa de Ari-Ari, por lo que tenía que hacerla reir para que le mandaran a detención.
La llamó sigilosamente, lo que le salió perfecto. Atrajó su atención y fue entoces que comenzó a hacer caras estúpidas a espaldas del profesor, sacando múltiples risas de la chica, que hiban aumentando de volumen. Pero comentió un error. Estaba tan consentrado en hacer reir a la muchacha que no notó que el profesor giró a ver de donde eran esas risas, viendo al chico hacerse el bisco mientras sacaba la lengua y movía de un lado a otro su cabeza.
- Asi que, señor Leo, ¿piensa que ésta clase es tan aburrida que se pone a hacerle caras tontas a su compañera? ¿Sabe qué? Yo también estoy aburrido, por lo que para divertirme voy a enviarlo a detención. Tome ésta hoja a vayase. - le dijo, extendiendole la hoja rosada que decía "Detención". Trató de replicar, pero sabía que no era lo "suficientemente Virgo" para decir algo ingenioso y salvarse, así que se rindió y luego de tomar la hoja se fue de mala gana a la sala de detención.

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La Casa Del Zodiaco
Diversos12 adolescentes vivían en una enorme casa. Cada uno de ellos, nacidos bajo un signo del zodiaco distinto. Extramente, todos son estereotipos de cada uno. Y eso... eso solo lleva al desastre. ***** Aviso: ningun capítulo tiene continuidad al otro (a...