La visita.

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Nick y yo nos encontrábamos en un tren con dirección a Bunnyborrow, el maravilloso pueblo donde había crecido y hogar de mis padres. 8 meses habían pasado desde que el zorro tonto que viajaba a mi lado se había mudado a mi apartamento (No, no es lo que están pensando, pervertidos) y ya que se trataba de una relación formal he decido presentarlo con mis padres. Estoy nerviosa, mis padres tienen un muy mal concepto de los zorros y que su hija tenga algo con uno podría dejarlos en shock. Además, nuestros compañeros en la estación no parecen estar cómodos con lo nuestro. O... Al menos eso es lo que dieron a entender

Flash back.

—Vamos Judy, deberíamos irnos, ya has trabajado suficiente.— Me dijo dándome un café al verme tan somnolienta frente a mi escritorio.
—Solo espera un segundo, casi termino el reporte.—
—No, Judy.— dijo proporcionándome un relajarte masaje en los hombros y besando ambos.—
—Sabes que no puedo resistirme a ti.— Le dije para luego darme una vuelta y besarlo.
—Oigan chicos, ya vamos a cerrar la estación de poli...—

Fin del Flash back.

No había sentido tanta vergüenza desde que me paré sobre cemento fresco, y a partir de ese día todos nos miraban raro, incluso el jefe se incomodaba al vernos. ¿Por qué habría de ser diferente con mi familia?
—¿Estás nerviosa?— preguntó Nick, como si fuese bastante obvio.
—¿Por qué habría de estarlo?—
—Tus orejas. Te conozco bien Zanahorias.— Y suspiré. —Tranquila, yo también lo estoy.

Llegamos a nuestro destino más pronto de lo que pensamos, tomamos las maletas y bajamos del tren. Toda mi familia estaba esperándome y se pusieron muy felices al verme, al parecer ni si quiera notaron a Nick.
—¡Hola a todos!— Abracé a mis padres y luego salude a mis hermanos en general.
—¿Todo el pueblo vino a verte? — Pregunto sorprendido mi compañero. Reí.
—Son solo mis padres y mis 275 hermanos— Al decir esto, mis padres y Nick se quedaron en shock. Nick por la cantidad de de hermanos que tenía, y mis padres, por ver que venía acompañado por la criatura de la que me habían advertido y rogado por alejarme.
—¡Zorro!— grito mi padre asustado, para después atacarlo con un táser. Sí, los conejos somos bastante tranquilos.

POV DE NICK

Desperté en un cuarto, la cama era considerablemente pequeña, mis patas sobresalían. A su lado se encontraban muchas más camas, del mismo tamaño por su puesto, se parecía mucho a un hospital de recién nacidos. De pronto vi hacia todos lados, buscando a Judy. Solo recuerdo un dolor agudo y a su padre gritando. Vaya que los conejos no son tan adorables después de todo. Mi cabeza dolía, y mi cuerpo también. Decidí levantarme y buscar una salida, así que subí por las escaleras y encontré la sala. Al parecer la madriguera era enorme. Lo primero que vi fueron los hermanos de Judy peleando por el control remoto. Al girar la vista divide el comedor, donde Judy se encontraba sentada conversando con sus padres.
—Papá, eso fué hace mucho, las cosas ya no son como solían ser, recuerda que evolucionamos.— Dijo Judy.
—No lo sé, es que...— Dijo su padre antes de que lo interrumpiera
—Hola, espero no interrumpir.— Dije.
—Hola Nick, ¿Te encuentras bien? ¿Cómo está tu cabeza? Al caer te diste un golpe muy fuerte y...— Judy comenzó a hablar rápido y examinarme como si de su hijo se tratase. Ay Zanahorias, ¿Es que nunca aprenderás que la que tiene que ser protegida aquí eres tú?
—Estoy bien, estoy bien— trate de calmarla.
—¿Estás seguro? ¿No te duele nada?—
—Estoy seguro— Le dije tomando su mano y mirándola a los ojos. Su padre carraspeó.
—Creo que iniciamos con la lata izquierda, mi nombre es Stew Hopps, y ella es Bonnie, mi esposa. Lamento lo de hace rato, es que... Bueno, por naturaleza los conejos nos aterran los zorros.— dijo su padre.
—Sí, lo sé. Judy siempre habla muy bien de ustedes, y no se preocupen, lo entiendo.—
—Bueno, ¿Qué tenemos aquí? Que joven tan apuesto. Cuéntanos de ti Nick, Judy se negó a decirnos algo antes de que tu despertaras.— Me pidió la señora Hopps.
—Jaja, bien. Pues no hay mucho, vivo en Zootopia, y estaba en el mal camino, pero luego su hija llegó y me ayudó a recuperarme, no sé qué haría sin ella. Ahora trabajo como oficial de policía, y no sé si Judy ya les dijo, pero... Somos... Pareja.—
—Sí, ella nos había comentado.—
—¡Mamá! ¡Mamá! ¿Podemos jugar con él novio de Judy?— preguntaron 3 de los hermanos al entrar en la cocina. Y sentí unos pequeños cuerpos tocándome.
—Es tan suave.— exclamó una tocando mi cola.
—¡Y alto!— Dijo otro que estaba sobre mi cabeza.
—Cuidado mini-zanahorias, podrías caer de ahí.— le dije al bajarlo.
—Señor, ¿Alguna vez ha comido un conejo?— Pregunto otro más que recién llegaba. Mire a Judy de manera pícara, y esta se sonrojó. Amaba verla sonrojarse.
—No, hasta hoy.— contesté.
—Niños, niños, dejen al señor Wilde en paz— Les dijo la señora Hopps mientras los llevaba fuera de la cocina. Señor Wilde. Joder, tenía que decirlo.
—Bien... Eh... Será mejor que ambos descansen, nos espera un día de trabajo en la granja mañana.— Dijo su padre.
—Hasta mañana.— Nos despedimos ambos.

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