Todos se preguntan, ¿Qué pasará ahora que todo ha sido un sueño?. Cuando la verdadera pregunta es... ¿DÓNDE ESTÁ RAIO MAKUIN? xD he aquí otro capítulo de mi drogada historia, como dije antes; Todo lector sensible a la Homosexualidad, engaños, entre otros, deberá dejar de leer o abstenerse a las consecuencias. Desde ahora el Fanfic se tornará un poco más oscuro. Sin más, les traigo el capítulo:
Me sentía sola. No entendía que estaba pasando exactamente, de pronto había abierto mis ojos y toda la vida que había llevado desapareció. Esto tenía que ser producto de mi imaginación, o ¿Quizá mi otra vida lo era? Todo era muy confuso. Tendría que averiguar lo que pasaba ahora mismo. Escuché la puerta de mi habitación abrirse y vi a una criatura igual a mí con bata blanca** entrar. Me quedé estática. No estaba segura de qué clase de ser se trataba ni cómo se comportaban con los otros.
—Buenos días Judy. Soy yo, Joe, tu doctor.— Saludó el extraño entrando por la puerta.
—¿Mi doctor?, escuche... No sé qué pasa aquí, solo sé que desperté en esta cama que al parecer es mía con una vida que no recuerdo y en un cuerpo que no sabía que podía tener. ¿Podría explicarme qué hago aquí? O, ¿Por qué no sé quién o qué soy?— Le pregunté. Estaba confundida, asustada. Me vio a los ojos de una manera muy cálida, como si fuese alguien lastimado. Me llevó hasta mi cama y se sentó junto a mí.—
—Judy... Te diste un golpe muy fuerte en el cráneo. No voy a explicártelo a grandes rasgos para que lo entiendas. El punto es que el golpe afectó tu memoria, todo lo que hayas vivido, o creíste haber vivido mientras dormías fue un sueño solamente. Hablé con tu madre, Bonnie. Decidió que sería bueno que pasaras tiempo con tus amigos, así tal vez logras recordar quién eres.— Me dijo calmado.
—Y, ¿Quién soy?—
—Te diré lo que sé de ti. Eres una jovencita obstinada con padres de un estatus social alto. Estudias la preparatoria en este pequeño pueblo, eres la mejor de tu clase, tienes un novio y una mejor amiga que te adoran. Eres muy querida por tus compañeros en la escuela y tienes un conejo llamado Carrots, eso y que los animales te apasionan.— Me contó, esto era muy parecido a mi vida en Zootopia, pero de alguna manera muy diferente.— Deberías vestirte para ir a la escuela, Tú novio y tú mejor amiga te estarán esperando para llevarte.— Sugirió saliendo de la habitación.
Me levanté y me di una ducha muy larga. Cuando salí me vi al espejo, desnuda. Mis caderas sobresalían de entre todo. Tenía una cintura delgada y un busto generoso, con unas piernas proporcionales. No era demasiado alta, debería de medir entre 1.50 y 1.60 metros. Salí de ahí y entre nuevamente en mi habitación, hasta entonces era el único territorio que conocía. Exploré el lugar. Era bastante espacioso, tenía un escritorio, una gran ventana con un lugar en donde sentarse, la habitación era rosa oscuro con blanco, junto a la puerta tenía un espejo de cuerpo completo, en los estantes de la TV al parecer guardaba películas, muchos libros, discos en vinilo, CD's y videojuegos. Tenía un tocadiscos junto a mi ventana y una consola de videojuegos bajo la TV. Al lado derecho de la cama había un closet gigante, parecía un cuarto pequeño. Era del tamaño de mi cuarto en Zootopia. Me adentré en él, era bastante espacioso. En él gustaba una gran colección de zapatos, blusas, suéteres, vestidos, pantalones, shorts, faldas, abrigos, accesorios y demás. En el mismo espacio tenía un espejo de 180º, un tocador repleto d e maquillaje y productos para el cabello. Al parecer mi yo de esta vida es muy superficial, dios. Pero afortunadamente yo no era ese "yo". Considerando que mi teléfono decía que hacían 28° centígrados opté por usar una musculosa sin mangas que mostraba los hombros de cuero sintético color café, se me hacía bonita pues pequeños hilos de cuero colgaban de ella, unos jeans oscuros, valerinas negras (ni idea de cómo se escriben) y una gargantilla negra que aún estaba en su empaque, este decía "Tattoo shocker"** y tenía un símbolo de "Ying Yang" colgando de él. Me acerqué al tocador, no tenía muchas ganas de maquillarme y no es como si supiera hacerlo muy bien, así que solo delinee mis ojos y cejas y me apliqué labial "Marshmallow" de Lime Crime**. Tome mi teléfono, salí de mi habitación y bajé por unas escaleras muy elegantes hasta la cocina, en las paredes se encontraban retratos de mi familia, fotografías también. Había una mía aprendiendo a montar un caballo, y una de mis padres. No tenía hermanos. Una bolsa grande de cuero color negra estaba en el sillón de la sala, adiviné que era mía y me la colgué en un hombro. Me di una vuelta para admirar el hogar y me di cuenta de que una mujer muy bien vestida estaba detrás de mí.
—¿Estás segura de que quieres ir al colegio, Judy?— Me preguntó.
—Eh... Creo que sí. Quizá pueda recordar un poco.— Le dije, me la quedé viendo un rato. Supuse que era mi madre. Entonces el sonido de un automóvil se escuchó afuera.
—Tus amigos deben de estar afuera, cuídate.— Me dijo sonriendo. Esta mujer no parecía mi madre, pero a juzgar por la pintura tenía que serlo. Salí un poco extrañada de mi casa. Afuera me esperaba un auto deportivo rojo, sin la capota. Dentro de él habían dos personas, un chico de cabello blanco con ojos azules, era Delgado, pero no demasiado, sonreía mientras Lucía sus dientes perfectamente blancos. En la parte trasera estaba sentada una chica blanca de cabello rubio y ojos azules. Era tremendamente hermosa, su cuerpo era escultural, estaba en su teléfono distraída. Me quedé de pie junto a mi puerta. Admirándola, vaya.
—Tesoro, quizá te den inmunidad por ser la mejor pero nosotros aún tenemos que llegar temprano.— Me dijo el chico. Me apresuré a subir al auto, supuse que debería de ir en el asiento delantero y me senté.
—¡Judy!— sentí a la chica abrazarme con mucho entusiasmo. — ¡Creí que no vivirías para contarlo! Te diste un muy fuerte golpe en la cabeza ayer y...—
—Basta, hermana.— Le dijo él mientras arrancaba el auto.
—Cállate Jack.— Le dijo ella molesta. ¿Jack tiene una hermana?— En fin, que bueno que estés bien. ¿Cómo te sientes?—
—Sandra, está de camino al colegio, es obvio que está bien.— Alto... ¿Sandra y Jack son hermanos?—
—En realidad me siento algo confundida, no recuerdo nada acerca de mi vida, pero sí reconozco todo. Es como si hubiese tenido una vida parecida a esta, pero no es está en realidad.— interferí. Ambos me vieron bastante sorprendidos.— ¿Qué? —
—Oh... Eh... El golpe si te afectó. Tranquila, yo voy a ayudarte a recordar.— Me dijo la rubia. Tenía en realidad la voz más dulce que he escuchado. Jack subió el volumen de la música que sonaba en su estéreo, la melodía era muy relajante. Leí el título "Sun in your eyes" de Above & Beyond. Mientras escuchaba comencé a perderme en la canción, recordé absolutamente toda mi vida con Nick, desde cuando lo conocí hasta la última vez que lo vi. Venía todo en forma de flashes. Le extrañaba tanto, a pesar de que había sido quizá solo un personaje creado por mi mente, quería poder volver a estar con él, quería poder abrazarlo y decirle que lo amo. Quería poder besarlo mientras está enojado. Derramé una lágrima en respuesta a esos recuerdos, pesarían que estoy loca por llorar con una melodía, pero no saben que hay detrás de ella. Sentí que algo me tomaba de la mano y me sostenía fuerte, pero a la vez con dulzura. Seguí el gesto y encontré a la responsable. Sandra, al parecer era mi mejor amiga o algo así. De nuevo me perdí en sus ojos, eran un mar profundo lleno de emociones ocultas. Me pregunto qué esconderán.
Llegamos por fin a las instalaciones y vi a muchos individuos parecidos a nosotros caminando por ahí. "Son humanos Judy, no los veas como si fuesen de otro mundo" escuché que decía Jack. Humanos, ¿Eh? Pues se parecían a los animales, pero todos los humanos eran iguales. Lo único que les diferenciaba era la ropa y algunos rasgos del cuerpo. Fuera de ello todos se parecían.
Todos nos bajamos del auto y Jack se despidió dirigiéndose a su clase, como él había dicho. Mientras tanto, la rubia me condujo a través de varios pasillos enseñándome la escuela. El campus era enorme, se parecía mucho a la academia en Zootopia. Ella me iba contando todo lo que sabía de mi, lo que antes había dicho el doctor, y otras cosas, como que gané varios olimpiadas de conocimiento que me llevaron a conocer al presidente, que soy una gran cantante y bailarina, que a los 8 años un primo... Abuso de mi (Esto último me sorprendió, y más porque ella lo sabía, esas cosas no se dicen a cualquier persona). También me contó que he ganado varios concursos de belleza. Mientras me contaba trataba de almacenar toda la información. Sentí que alguien me empujaba dentro de un armario, iba a protestar cuando vi que se trataba de Sandra, esta le ponía el pestillo a la puerta y luego me miraba con unos ojos no muy amistosos, estaba a punto de preguntar qué demonios estaba haciendo pero sentí cómo era callada por unos labios ajenos, seguidos de un agente extraño que usualmente utilizaba para hablar. Abrí los ojos como platos tratando de procesar toda la información y las sensaciones que bombardeaban mi cerebro. ¡Estaba siendo besada por la hermana de mi supuesto novio!
—Primera lección, ponle atención a Sandra o va a castigarte.— Me dijo atrapando mis manos contra la pared.
—S... Sandra, ¿Qué demonios?— Exclamé sorprendida, viendo como la rubia me tiraba al piso y se sentaba sobre mi pelvis.
—Silencio, yo soy quién está dando la clase.— Me ordenó. Luego sentí de nuevo ese agente delinear la curva de mi cuello. Un escalofrío me recorrió la espalda y un placer inmenso comenzó a apoderarse de mi.
—Sandra... P... Para.— logré articular.
—Lo haré, después de que pases el examen, o cuando toquen la campana. Lo que suceda primero. Ahora, ¿Cuál es mi nombre?— Preguntó separándose de mi, agradecí profundamente que hiciera eso.
—No voy a jugar a esto.— Le dije, e intenté ponerme de pie, pero su agarre era demasiado fuerte para mí.
—Error. — Entonces sentí como introducía una mano dentro de mi blusa, abriéndose paso detrás de mi sostén y jugando con el pequeño botón que me hacía arquear la espalda. Cada acento metro de piel que ella tocaba dejaba a su paso mi piel erizada. Mientras ella jugaba con una mano ese botón, se las arregló para subir mi blusa hasta mis hombros, seguida de mi sostén. Se acercó a mí busto sigilosamente, donde primero sopló, inmovilizándome de placer, y luego tentó la coronilla obligándome a gemir. De pronto sentí como un líquido segregaba entre mis piernas involuntariamente. No le bastó con endurecer aquella parte que tanto consentía, pues acto seguido arremetió con toda la lengua. Sentía mi cara arder, debía alejarla, pero a decir verdad, no quería. —Bien, Judy Hopps. Veamos, ¿A quién le perteneces?— Susurró cerca de mi oído. Resistí todo lo que pude, pero quizá si ella oía lo que quería me dejaría en paz.
—T...Tuya.— Respondí, mordiendo mis labios.
—Correcto, pero no vas a lograr que pare con eso.— Estas palabras me dejaron helada una vez más. Poco a poco introdujo una de sus manos en mi pantalón, acariciando mi intimidad. — Judy... Estás tan mojada... Dios mío.— gimió antes de besarme de nuevo e incitar un baile entre los músculos que ya había olvidado que utilizaba para hablar. Decidí dejarme llevar y disfrutar del momento, después de todo me agradaba. Después de un rato se detuvo. Se incorporó y me ayudó a hacerlo. Se arregló el cabello y la ropa, yo hice lo mismo. Tomo mi mano y revisó si había alguien afuera, cuando no lo hubo, me haló más fuerte que pudo y fingió que nada había pasado. Mi sonrojo no podía ser más notable, nos mirábamos la una a la otra de reojo. Llegamos al salón de clases, me guió a donde ella dijo era mi asiento usual. Todos me saludaban y preguntaban si estaba bien, pero Sandra los alejó a todos diciendo que no podía estar entre multitudes. Mi vista localizó a un joven sentado en el fondo del salón, pelirrojo ojiverde. Me miró de arriba a abajo, sonriendo muy seductor. La campa sonó y todos fueron a sus asientos. La que seguramente debía ser profesora entró en el aula. Las personas estaban calladas. Y fue enormes que la profesora comenzó a hablar.
—Bien, alumnos. Como saben, su compañera Judy tuvo un accidente.— Me señaló y todos voltearon a verme. Eso me incomodó un poco.— El director Bogo me avisó que esto le causó amnesia, así que quiero que se presenten de nuevo uno por uno, venga, igual que el primer día de clases.— Tal y como la profesora señaló, uno a uno se pusieron de pie, diciendo sus nombres y sus gustos, empezando por Sandra. No pude atención a la mayoría, y la verdad no me importaba. Estaba absorta en mis pensamientos cuando una voz muy conocida atrajo mi atención.
—Mi nombre es Nicholas P. Wilde. Puedes llamarme Nick Wilde.
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Hermosa fantasía.
FanficDespués de los sucesos ocurridos en Zootopia, los oficiales Judy Hopps y Nick Wilde han pasado tiempo juntos. Ambos sienten algo más que amistad el uno por el otro, por lo cual deciden estar juntos, pero el pasado de Nick lo acecha, y es un obstácul...