Capitulo cuatro

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Las lágrimas caían por mis mejillas cada vez que pensaba en ellas. Había abandonado a mi mejor amiga y a mi madre por algo que fuera poco Posible.

Aclayn y yo estábamos yendo hacía algún lugar lejos de la secundaria Bilowbow, pero me estaba quedando dormida y poco a poco cerré mis ojos.

Me despertó el sonido de la puerta del auto, al cerrarse, abrí los ojos y estaba en lo que aparentemente era un bosque.

-Sal de Ahí Princesa y busca tus cosas porque debemos irnos.-dijo Aclayn gritando.

El se veía muy hermoso, no se si era por ser una Ninfa o porque el comenzaba a gustarme. El llevaba unos jeans claros, zapatillas azules, una camiseta blanca y una chaqueta de cuero negra. Sus ojos brillaban con la luz del sol y parecían Esmeraldas, hermosas Esmeraldas.

Baje del auto, tome mi mochila y fui con Él. Estábamos en un bosque muy hermoso, los árboles llegaban hasta lo alto, como cubriendo el cielo, y entre sus hojas pasaban Cálidos y preciosos rayos de sol que llenaban el ambiente de luz.

-Hey chico malo, dónde estamos? - le pregunté.

-No puedo decirte, es una ubicación secreta que solo los guardianes sabemos. Pero tenemos un largo camino por recorrer para poder llegar, asi que vamos.- dijo

No hablamos mucho durante el camino, íbamos por un pequeño sendero, pero aveces nos mirábamos y con eso me bastaba. La brisa era muy refrescante y tenia olor a hojas, madera húmeda y pasto. Pero todo eso por algún razón solo hacía que estuviera más feliz, más cómoda por donde estaba.

Pare dos segundos para atarme los cordones y apoyé la mano sobre un árbol para sostenerme.

- Esta todo bien?- dijo mi guardián.

-Si, solo necesito atarme esto- contesté

Terminé de atármelos y hice unos pasos hasta que Aclayn me detuvo.

- Pará - dijo muy serio.

- He hecho algo malo?- pregunté muy confundida.

-No, solo que al atarte los cordones has apoyado tu mano en ese árbol y mira lo que has hecho!

Mire para donde había apoyado mi pequeña mano y vi que había salido musgo y de el unas hermosas flores.

-Yo he hecho eso?

-Si, tus poderes están apareciendo porque estas en contacto con más naturaleza de lo normal.-Dijo avanzando sobre el sendero.

- Sabes? Todo esta pasando muy rápido para mi! Tú apareces y desde entonces pasan cuatro días que solo me entero que mi vida no es lo que parece y que soy un ser mágico. -Dije muy tranquila- Y ahora, me apoyo en un árbol y salen musgos y flores? Es mucho para asimilar y mi cabeza esta apunto de explotar.

-Cálmate, quieres? Yo te dije que tus poderes aparecerían, solo que no sabía que tan rápido. Respira por la nariz, siente el aire frío entrar por tus pulmones, siente la brisa en el ambiente; los pájaros en el aire y los árboles a tu alrededor y luego exhala.

Respiré profundó y tomé todo el aire que pude, cerré los ojos y escuche los pájaros y el sonido del viento sobre las hojas de los árboles y saque el aire por la boca muy lentamente. Fue algo muy relajante que hizo que me tranquilizará.

-Lo ves? Ahora apúrate, falta poco.

-Esta bien, sigamos.- le contesté.

Caminamos una hora más y llegamos a una pequeña y preciosa cascada, del tamaño de una persona.

-Lista?-me pregunto Aclayn.

-Para qué exactamente?-Dije curiosa.

-Para ver y entrar en Estrada. La Comunidad donde se encuentran las unidades más importantes de las Ninfas.-me contestó maravillado de cada palabra que decía.

-Esta bien, adelante.

No estaba segura de lo que realmente quisiera entrar ahí, si lo hacia todo lo que el me había dicho sería cierto y yo habría abandonado a dos personas muy importantes para mí.

-Entonces, sígueme.

Asentí con la cabeza y lo seguí, íbamos bordeando el pequeño lago por donde desembocaba la cascada y entramos en una pequeña cueva que había atrás de ella. Ésta era angosta pero muy larga y al final de camino se veía un poco de luz.

-Toma mi mano- dijo Aclayn que iba delante mío.

Yo se la tome y seguimos caminando hasta el fondo de la cueva. Al llegar solo unas lianas tapaban la entrada, Aclayn las corrió y pudimos ver un hermoso lugar. Yo estaba maravillada de lo que veía. Era un lugar hermoso lleno de árboles, flores y cosas naturales por todos lados; animales viviendo tranquilamente, lagunas, cascadas y personas muy hermosas que vestían bellas ropas como las que usaban las diosas en el Olimpo. Todo era hermoso allí. Parecía sacado de un cuento de hadas, pero era real y lo peor para mi, se sentía real.

Comienzos NinficosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora