Capitulo XVIII

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Al día siguiente, Albafica se despertó por los sonidos que venían de su cocina, se levanto y a paso lento fue hacia ella, vio a Manigoldo cocinando con una gran sonrisa en el rostro, al ver a Albafica sonrió aun mas, lo tomo de la cadera, lo beso con ternura y volvió a la cocina
- buen día, amor.- dijo Manigoldo
- buen día... veo que hoy te despertaste con energía.- dijo Albafica
- así es, tengo tantas cosas que hacer hoy, levanta a los niños, esto esta casi listo.- dijo Manigoldo
- esta bien.- dijo Albafica
El peliceleste iba a ir hacia la escalera, pero se detuvo de golpe al recordar algo que olvido preguntar anoche
- ¿y que te dijo el doctor?- preguntó Albafica
- estoy bien, solo era tos crónica, se me quitara tomando mas líquidos sin azúcar, no te asustes, anda, esto se va a enfriar y aun tengo algo que decirles a los niños.- dijo Manigoldo
Albafica subió por sus hijos, en lo que Manigoldo servía, los tres hijos de la pareja bajaron y tomaron lugares pronto, comenzaron a comer lo que el peliazul había preparado
- oigan, se me ocurrió algo... ¿por que no vamos al parque de diversiones que habría hace no mucho aquí cerca?- preguntó Manigoldo
Los niños lo miraron rápidamente con aprobación, luego vieron a Albafica, quien se rió un poco mientras aun tenia un poco de comida en la boca, trago y sonrió
- esta bien, vamos.- dijo Albafica
Los menores gritaron de alegría, luego fueron a cambiarse, Manigoldo se quedó a levantar la mesa, luego lavo los trastes, tosió un poco pero se cubrió con la mano, vio que esta había unas gotas de sangre, rápidamente se lavo, luego sintió como Albafica lo abrazaba por los hombros
- ¿a que ese repentino gusto?- pregunto Albafica
- no lo se, solo quiero que se diviertan, además, es domingo, día familiar.- dijo Manigoldo
- esta bien... anda, ve tu también a cambiarte.- dijo Albafica
Manigoldo le beso la mejilla y se fue, rápidamente toda la familia bajo bien vestida, y fueron al parque de diversiones, donde todo era asombroso para los menores, no sabían no a que juego subir, Kiseki vio el juego de "Las Tazas Giradoras", tomo del brazo a Vanessa y señalo el juego.
- yo quiero subirme a ese.- dijo la niña
- dejame veo que dicen nuestros padres.- dijo Vanessa
Vanessa se acercó a sus padres quienes venían hablando un poco atrás de los niños
- Kiseki se quiere subir a un juego por haya.- dijo Vanessa
Manigoldo tomo su cartera, vio cuanto costaba subirse al juego y le dio el dinero a Vanessa, quien al tomarlo casi se va corriendo
- ¡no sueltes a Kiseki, Vanessa!- grito Albafica
- eres muy protector, estarán bien.- dijo Manigoldo
- si claro, mejor dejame con mis formas de crianza.- dijo Albafica
- oye, no te pongas tan a la defensiva.- dijo Manigoldo
Albafica se rió, Lynx estaba frente a "Los Carritos Chocones", los veía mientras intentaba ver si había un puesto vacío, cuando el juego se detuvo, fue hacia sus papás
- quiero subirme a ese.- dijo Lynx sonriente
- esta bien...- dijo Manigoldo
El mayor pago la entrada y el niño fue a buscar un carrito disponible
- ¡no te vayas de aquí cuando acabe!- grito Albafica
Manigoldo no podía evitar reír ante la sobre protección de Albafica, que le parecía tierna y exagerada aveces, vio un juego de "tira la botella", tomo a Albafica del brazo y fue hacia él, Albafica veía como Manigoldo pedía las pelotas para poder jugar
- ¿que haces?- preguntó Albafica aguantando la risa
- la primera vez que vinimos a este lugar fue antes de que naciera Lynx, y ese día jugué aquí y gane para el peluche mas grande en la repisa, planeo hacerlo de nuevo.- dijo Manigoldo
- no podrás hacerlo.- dijo Albafica riendo
- ¿quieres apostar?- preguntó Manigoldo
- esta bien, ¿que apostamos?- preguntó Albafica
Manigoldo se le acercó y le susurro algo al oído, Albafica se coloro todo de la pena, Manigoldo se rió y se dispuso a terminar el juego, tenia tres tiros para derrumbar tres pilas de botellas, a las tres les pego en el centro, tirando toda la pila, Manigoldo vio a Albafica con una sonrisa victoriosa, este desvío la mirada aun ruborizado por la apuesta, luego Manigoldo tomo su premio, un gran peluche con forma de oso que era del tamaño de su pierna, Albafica se rió al ver el tamaño del oso
- te lo dije.- Manigoldo intento un truco de ventrílocuo con en oso
- esta bien, esta bien, tu ganas.- dijo Albafica
- te dije cuando nos vimos en el hospital, eres terrible en las apuestas.- dijo Manigoldo
- oye, deja de recordármelo, algún día te ganare en tu juego.- dijo Albafica
Ambos de acercaron a donde los chicos al bajar los vieran, poco después, toda la familia fue a "la montaña rusa", Manigoldo y Vanessa bajaron gritando de alegría en coro
- ¡otra, otra, otra!- gritaban los dos
- nada de "otra", eso se sintió horrible.- dijo Albafica quien temblaba al bajar
- no fue para tanto, ni Kiseki grito tanto, tu venias perforando mi ropa con tus unas.- dijo Manigoldo
Todos se rieron, ese día fue muy divertido para todos, después del parque de diversiones fueron al cine, y para concluir circo ya cerca de la noche, todos se maravillaron con cada número, sobre todo con la cuerda floja, donde mas de uno pensó que él acróbata se caería al sacar una bicicleta para el número, Manigoldo no dejaba de ver a su esposo, el cual no sentía sus miradas, estaba sorprendido por cada acto que se hacia presente, Manigoldo sonrió, no podía pedir mejor imagen que esa, toda su familia disfrutando de humor sano junto con él, ya en sus últimos días, cubrió los hombros de Albafica con su brazo, este recargo la cabeza en su cuello, todo fue risas y diversión ese día, ya cuando cayó mas la noche, todos estaban en la casa dormidos, menos los adultos, que aun tenían una apuesta que pagar, Manigoldo estaba sobre Albafica devorándose los labios del peliceleste, este le abrazaba el cuello mientras le correspondía de la misma manera, Manigoldo bajo a su cuello ya descubierto, ninguno tenia ya su ropa puesta, solo los cubría la sabana de la cama, y porque se la habían puesto por si uno de los niños llegaba a interrumpir
- Ma... Manigoldo...- suspiraba Albafica ante el tacto de su esposo
- sabes, me encanta verte así...- dijo Manigoldo poniéndose sobre sus labios
Ambos volvieron a besarse demandantes, deseando que ese momento jamas acabara, Manigoldo ya estaba dispuesto a invadir el cuerpo de su esposo, pero se desvío a su oído antes de nada
- te amo, Albafica...- le dijo con toda la dulzura del mundo
- yo... yo a ti, Manigoldo.- le respondió Albafica
Manigoldo sonrio complacido, ahora si terminaría de poseer a su esposo esa noche, antes de que la mañana llegue

Seamos Familia (Manigoldo X Albafica) [2da Temporada] [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora