Alison
¿No tendrán un cuchillo que me presten? Lo digo en serio, la tensión dentro del auto de Ethan necesita ser cortada, ¡pero YA! Y como si fuera poco, el defectuoso cerebro de mi hermano decidió que era buen momento para hablar.
-Entonces, ¿Cuando vamos a celebrar mi victoria?-
Si antes de que Alex abriera la boca, se podía sentir la tensión, diría que ahora mismo estoy teniendo un momento intimo con ella.
-Cuando salgamos de tu funeral.- Soltó Ethan mientras miraba por el retrovisor.
-No es para tanto, no te hagas el difícil.-
-¡Ah! Sí, claro, lo dices así tan fácil, como si tu pellejo barato no hubiese estado en peligro hace media hora. La próxima vez que se te ocurra meterme en tus estúpidos arranques de luchador, piénsalo dos veces.- Sinceramente admiro el nivel de tolerancia de Ethan, si fuera yo, hace ratones le hubiese brincado encima.
Gracias al divino creador, a ninguno se les ocurrió abrir la boca en lo que restaba de camino. Sin lugar a duda, esta fue una de las noches más intensas de mi corta existencia. No tengo ni el ánimo ni las fuerzas para bombardear a Alex con preguntas, pero apuesto a que tan pronto nuestros progenitores lo vean, no se va a salvar.
El viaje duro menos de lo planeado y en un pestañear, ya estábamos frente a casa. Tenía dos opciones: Quedarme en el auto y así evitar presenciar la trifulca que seguramente se iba a formar o bajarme a la velocidad de un rayo y servir de árbitro. El problema con la primera es que me vería obligada a seguir compartiendo espacio con Ethan y no creo que sea buena idea. Por otro lado, si escojo la segunda, lo más probable termine castigada o con un ojo morado, quien sabe.
-Te puedes bajar cuando quieras, ¿Lo sabías, no?- Aquí vamos...
-Lo sé, no tienes que ser tan amable.-
-Pues no lo parece, llevas un buen rato mirando por la ventana como si esta te hubiese dado una trágica noticia.- A todas estas no ha despegado su vista de en frente y sus brazos se mantienen cruzados sobre su pecho.
-Sí, bueno, lo único trágico aquí es mi maldita suerte de encontrarte hasta en las sopas.-
-No fui yo el que se metió en problemas, fue el retrasado de tu hermano.-
-¡Fácilmente lo hubieses dejado así, nadie pidió tu ayuda, egocéntrico!-
-Fui porque mi nombre estaba involucrado en todo este rollo, resulta que tu querido hermanito decidió contarle a tu padre que se iba de rumba con este servidor y ¿Adivina a quien le iban a cortar el pescuezo si a el descerebrado de tu hermano le hubiese pasado algo? No fui por puro chiste ni por hacer el papel de héroe, simplemente quería asegurarme de que mi nombre no se manchara mas. Ahora, si me permites, me gustaría largarme de aquí lo más pronto posible así que, ¿Me harías el favor de abandonar el auto?- Y no me lo tuvo que decir dos veces. Tan pronto termino la frase, ya me encontraba con un pie fuera y sin medir mi fuerza tire la puerta.
El problema aquí es que se me había olvidado el abrigo dentro, así que, con la poca dignidad que me quedaba, abrí la puerta de nuevo y no me hizo falta mirarlo a la cara para saber que estaba aguantándose las ganas de reír. Tome el abrigo lo más rápido que mis nerviosas manos me lo permitieron, tire la puerta con más fuerza que antes y emprendí mi camino a la puerta principal. No sé si se olvidaron de con quién andaba, pero claro está que él siempre quiere tener la última palabra, por ende antes de irse escuche un...
-¡Creo que se quedo abierta!-
No les miento cuando les digo que la sangre me hirvió, pero decidí seguir con mi camino e ignorarlo. No me podía dar el lujo de prestar toda mi atención en Ethan, cuando estaba más que claro que adentro de casa se estaba formando la de Troya por culpa de Alex.
No hace falta que entre en detalles, debería bastarles con saber que terminamos severamente castigados; no tenemos permitido salir ni al balcón y Alex casi termina en un internado. Exagerado, ¿No?...
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Ha pasado ya una semana, pero no se preocupen, no se han perdido mucho. Obviamente aun seguimos castigados, ni siquiera Becca nos puede visitar, pero por lo menos la tensión en casa ha disminuido un poco. De Ethan, ni me pregunten, no le he visto el pelo desde aquella noche. No sé cómo le hace para faltar al colegio así porque si pero, allá él.
-¿Dónde está tu hermano?- Ok, y este ¿De dónde salió?
-Se lo mismo que tu... ¿Por qué lo buscas?-
-Cosas de hombres, no tengo por qué discutirlo contigo.-
-¿Si sabes en que siglo estamos, no?- Parece que mi acompañante sin nombre no se ha actualizado todavía.
-Mira, pequeña Anderson. No tengo interés alguno en esos discursos baratos del machismo, lo único importante aquí, es que necesito discutir ciertos temas con tu hermano, que no son de tu incumbencia.-
-Si tiene que ver con peleas, desde ahora te digo que no se va a poder, y aunque no fuese así, tampoco iba a permitir que cometiera otra estupidez. No pienso volver a poner mi libertad en riesgo.-
-¿Y a mi qué?, Lo único que debes hacer es decirle que llame a Bruce. ¿Entendido?-
-¿Quién es ese?, No pienso guiar a mi hermano al matadero, allá tu, te las arreglas como puedas, si lo encuentras, bien y si no, mejor. – No les había dicho, pero aja, estaba intentando almorzar, hasta que llego Don secretos.
-Tú solo cumple con llevarle el mensaje, yo ya me retiro.-
Bueno, y este ¿Qué se cree? ¿Otro mocoso mas de que se yo, dieciocho, diecinueve años con delirio de mafioso? Esta institución educativa me tiene preocupada, si en cualquier momento la policía se pone creativa y organiza una redada, créanme, nos quedamos sin estudiantes.
Una vez se fue mi acompañante sin nombre, a duras penas termine mi almuerzo y por lo que veo, hoy me toca estar sola nuevamente. Me puse a inspeccionar la cafetería y no encontré nada fuera de lo común. Faltaba poco para entrar así que con toda la pesadez del mundo me levante y salí de allí arrastrando los pies. Digamos que hoy no es mi día, es viernes, si, pero eso no quita el hecho de estar con mi periodo, por ende, mi odio a la humanidad se ve reflejado hasta en mi respirar.
Las ultimas clases de el día las pase en cámara lenta. ¿No les ha pasado que están de un humor de perros y ven todo como en cámara lenta? Porque déjenme decirles que es lo máximo. Volviendo al tema... intentaron llenarnos de tareas, pero luego de una pequeña protesta pacífica por parte de mis compañeros, decidieron dejarlo pasar. No sé si es el fin del mundo o se les descongelo el corazón a los profesores, realmente no lo sé ni me importa; el punto aquí es que por el momento, tengo todo el fin de semana libre de estrés.
Es un poco corto y aburrido, pero quería actualizar la novela y aprovechar la cuarentena para terminar de escribir el capitulo. Espero que todos se encuentren bien y estén tomando todas las precauciones. Estamos pasando por momentos difíciles, pero no hay mal que dure cien años.
Nuevamente, cuídense y ¡gracias por su apoyo!
Estrella
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Ethan (EN EDICIÓN)
De TodoBien lo dice el dicho: La curiosidad mató al gato. Prácticamente es eso lo que le ocurrirá a Alison Anderson cuando se tope con Ethan Crowell en un encuentro no muy agradable. ¿Que les ocurrirá a ambos?