9. Una ortunidad

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NARRA NATALIA

Primera clase del día, matemáticas. Como odiaba las primeras clases, aunque en realidad las odiaba todas. Mientras Don Manuel explicaba en la pizarra algo sobre fracciones, yo imaginaba una pizza cortada en 8 trozos y que yo quería comerme 8/8 de esa pizza. Estaba metida en mis pensamientos hasta que algo me dio en la mano. Era un papel, mire el pupitre de al lado y Julia me hizo una señal diciéndome que lo leyera.

-Ambas deseamos una pizza en estos momentos. En el primer recreo vamos a la cafetería y nos cogemos una porción.- Leer eso me provocó una sonrisa. Que bien me conoce mi mejor amiga. Parece que la llegada de Rafa le ha sentado bien, ahora todo parece estar como antes. Seguí leyendo la nota.- Que raro que ni Lucia ni Jorge hayan venido a clase. ¿Qué les habrá pasado?

Cogí otro papelito y escribí.
-Quiero esa pizza ya. Igual están haciendo pellas juntos, he oído que saltarte las clases con tu novio pone mucho.
Doblé el papel y se lo tiré. Vi cómo le hizo reír mi último comentario.

Por fin llego la hora del patio, Julia y yo estábamos esperando a ser atendidas, queríamos una porción de pizza pero ya.
-Me alegro de que todo esté bien con Rafa.- Le dije, tras escuchar un resumen de su tarde anterior.
-Y yo, la verdad que me he quitado un peso de encima.
Suspiré.
-Cuando unas se quitan pesos se lo ponen otras.- Dije mientras se acercaba la camarera.- Dos porciones de pizza hawaiana por favor.
-¿Todo bien con Giovanni?
-No, todo mal. Pasa de mí últimamente. Está todo el día con el móvil. Ya casi ni quedamos.
-No te preocupes, estará ocupado. Recuerda que el también tiene dentro de poco los exámenes finales de la universidad.
-Si, y también tiene los exámenes con su amante.- Dije cabizbaja.
-Ni se te ocurra pensar eso.
-Claro que lo pienso. Como un hombre como él querría estar con una niña como yo, él necesita una mujer, seguro que ha encontrado a su alma gemela en la universidad.
-Tu eres su alma gemela. Y lo sabes, no se hubiera alejado de su familia, y se hubiera venido a vivir a España si no estuviera realmente enamorado.
Sonreí, Julia tenía razón. Estaba haciendo una montaña de un granito de arena.
-Bueno cambiemos de tema.-Le dije más animada cuando tuvimos nuestras pizzas en la mesa.
-¿De qué quieres hablar?
-De Vicente.- Le respondí mientras mordía con fuerza la pizza.
-¿Qué?- Gritó, e hizo que toda la cafetería nos mirara.
-Le estoy conociendo mejor. ¿Y sabes de qué me he dado cuenta? De que es un gran chico. No tiene nada que ver con lo que quiere aparentar. Es sensible, listo y muy educado. Además adora leer...
-¿No te estarás enamorando de Vicentito, no?
-Precisamente a eso quería llegar. Creo que te quiere de verdad. Con los comentarios que hace parece enamorado. ¿Por qué no sales un día con él?
-No gracias.
-Tía! No seas plasta.
-Te dije que no quiero tíos hasta la universidad. - Por su mirada supe que mentía, la conozco tanto... Siempre mira hacia la izquierda cuando miente. ¿De quién se estará enamorando mi amiga?
-Mira, yo solo te voy a dar un consejo. No vas a tener 17 años por siempre, la vida pasa, y si no la disfrutas te arrepentirás. Inténtalo con Vicente, dale una oportunidad, después de todo aprendimos una lección ¿recuerdas? Nada es lo que parece ser. Te sorprendería la de cosas que merecen una oportunidad.

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