6. Romper el hielo

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Llamaron a la puerta, como no estaban sus padres, salió de su habitación rápidamente para abrir a su invitada. Ella iba tan bien vestida como siempre. Llevaba unos shorts tejanos, con una camisa estilo ibicenco y un chaleco marrón con flecos, adornando su melena rizada se había puesto una tiara de florecitas.
-Adelante- Dijo él sonriente.
-Hola.- Entró Natalia por la puerta principal.
-Siéntete como en tu casa.- Dijo Vicente caminando hacia el salón.
Mientras Natalia le seguía, observaba cada detalle de la casa de su compañero.
-Siéntate ahí sí quieres.- Dijo señalándole el sofá. - ¿Quieres algo de beber?
-Un vaso de agua por favor, que he venido caminando y hace mucho calor fuera.
Ya estaban los dos relajados en sofá y con las bebidas servidas en la mesa, preparados para empezar a trabajar.
-Me encanta la obra que nos ha tocado.- Dijo ella para romper el hielo.
-Y a mí, Don Juan es mi ídolo.
-¿La has leído?
-Claro, hicimos un examen en el segundo trimestre.
-Pensaba que...
-Pensabas que como nunca apruebo un examen y entregar los deberes no está en mi lista de prioridades, jamás había leído un libro.
-No quería decir eso.
-No pasa nada, te entiendo. Yo también lo creería. Pero no es así. Me gusta leer, me encanta leer.
Natalia sorprendida no dijo nada.
-Pero no se lo digas a nadie, o arruinarías mi reputación.- Dijo Vicente bromeando.
-Tu secreto está a salvo conmigo.- Dijo ella haciendo un gesto con los dedos como si su boca fuese una cremallera.
-¿Empezamos a trabajar?
Y ambos empezaron a preparar el guión y todo lo necesario para representar el teatro el viernes.

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Jorge llamó a la puerta, nunca había estado en casa de Lorena y se sentía bastante nervioso por entrar a la casa de su profesor, jamás había hecho algo así. La puerta se abrió y el dio un paso y detrás de esta encontró a una jovencita sonriente que vestía muy pocas prendas.
-Jorge.- Gritó mientras le daba dos besos, insinuando su esbelto cuerpo.
-Lorena- Dijo él, intentando responderle.- Bonita casa.
-Lo sé, pasa te la enseño.
-Chica humilde.- Pensó mientras le entraba la risa.
-Aquí está el salón, aquí la cocina, el comedor, el baño, y aquí está mi habitación. ¿Te parece que hagamos el proyecto aquí? Tendremos más intimidad, en el salón siempre hay alguien dando vueltas.
-Bien.
Lorena se sentó sobre su cama dejando ver gran parte de sus muslos. Jorge tímido, se sentó en un sillón.
-Ven aquí. No muerdo. - Dijo ella dando golpecitos en la cama indicándole que se sentase a su lado.
Jorge obedeció sin rechistar.
-Y bueno, cuéntame. ¿Qué opinas sobre la celestina?- Preguntó el intentando romper el hielo.
- Me parece que es la obra perfecta para nosotros, Calisto y Melibea nos describen a la perfección.
- Si bueno, aunque pienso que quizás podríamos hacer de otros personajes, para que no sea una escena romántica. Como Diego nos dio libertad a la hora de representar la obra...
-¿Qué? ¡Ni lo pienses! Si representamos esta obra, tenemos que hacerlo con los personajes principales.
-No creo que a Lucia le siente muy bien...
-¡Olvídala- Le interrumpió Lorena.- Quiero decir, no creo que se enfade, es un proyecto para el instituto. Si se enfadase sería una tonta, yo jamás lo haría.- Dijo acercándose a él.
-Es normal que esté celosa. Esta loca por mi, no le gusta verme con otras chicas.
-Que posesiva, eso no es normal en una relación. Los hombres necesitáis libertad, y al parecer ella no te la puede ofrecer. Aunque también la entiendo. Si mi novio tuviese que representar una obra romántica con una chica como yo- Dijo recalcando ese YO mientras se pasaba el dedo índice por su labio inferior.- tendría motivos para estar celosa.
Y cuando parecía que ella estaba decidida en besarle y que ya no había vuelta atrás, algo les interrumpió.
-Hola chicos, estaba pensando que si queríais que os preparará algo para merendar.- Dijo Diego entrando en la habitación.
-¿Interrumpo algo?- Dijo Diego avergonzado al ver la situación en la que se encontraban su alumno y su hermana.
-No, no te preocupes. Estábamos preparando la obra.- Le respondió Jorge.
-Hermano. ¿No te enseñaron a llamar a la puerta?- Dijo Lorena que parecía enfadada.
-Lo siento, hermanita.- Dijo él molesto también.- Me voy, si queréis algo ya os lo preparáis vosotros.
-Gracias.- Dijo Jorge educadamente.
-Bueno, ¿dónde estábamos? - Preguntó Lorena juguetona cuando se cerró la puerta.
-Estábamos, en que tenemos que empezar el guión ya.
-Está bien...

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