Parte UNO

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Rick yacía en el piso del sótano de la prisión. Ya habían pasado 10 horas desde que Lori había muerto. Maggie tenía a la recién nacida en los brazos y Carl estaba en shock a un lado mirando su arma, no podía creer aún que había matado a su madre. Daryl estaba terminando de acabar con algunos caminantes en el patio de la prisión. El día estaba soleado y horrendo, así lo describiría yo, el narrador, era una tarde trágica que cambiaría muchas cosas. 

Cuando por fin Daryl terminó de matar a los caminantes restantes regresó a donde todos estaban, aún no se enteraba de la triste noticia, misma que todos ya lamentaban. Cuando entró empapado en sangre todos lo miraron y volvieron a su plática de lo ocurrido, ni siquiera le prestaron atención. Carl estaba en un rincón sentado abrazando sus rodillas como un chiquillo pequeño. Un chillido extraño desconcertó al arquero, un agudo y fuerte chillido. Miró a los lados buscando algo con la mirada y ahí, con la mujer de Glenn, estaba una bebé blanca, regordeta y rubia. Estaba tapada con una chaqueta y lloraba intranquilamente intentando comunicar su hambre. 

—¿Qué demonios ocurre aquí?— Preguntó Daryl acercándose rápidamente al grupo de gente 

—Daryl... es un asunto serio— Susurró Hershel con expresión seria

—Lori murió y Carol no aparece— Anunció Maggie 

El arquero se quedó petrificado ante las nuevas noticias. No sabía qué responder pero no se molestó en dar el pésame a Carl o preguntar dónde estaban todos los que faltaban, quería saber dónde estaba su amigo.

—¿Y Rick?

—No sabemos— Dijo Maggie

—Está en el sótano—Comentó Carl desde el rincón 

—¿Estás seguro muchacho?—Preguntó Hershel

—Sí— Contestó éste y volvió a agachar la mirada

Daryl acomodó su ballesta en su hombro y comenzó a caminar hacia la puerta que escondía las escaleras que descendían hasta un corredor oscuro que llevaba al sótano. Todo era negrusco y olía a podrido. Daryl tenía la esperanza de encontrar a Rick, ayudarlo y después encontrarse a Carol por ahí escondida, ella le preocupaba menos porque ella era fuerte y no había perdido a nadie en ese momento, en cambio Rick estaba sólo y herido por la muerte de su esposa, eso era grave. Siguió en el camino intentando sacar todas sus cualidades de rastreador, aunque no era muy útil, había muchas huellas, todas diferentes, era difícil saber cuál eran de alguien vivo y cual de alguien muerto. Daryl no quería darse por vencido así que continuó con la búsqueda por un rato, no iba a fallarle a Rick, iba a seguir buscando, aunque estaba a ciegas.

Rick estaba recostado en el frío piso cubierto de polvo, abrazaba su propio cuerpo mientras las lágrimas corrían por sus mejillas y caían al suelo formando un minúsculo charco cerca de su cara. Su cuerpo estaba sudado y cubierto en algunas partes por sangre, tenía los nudillos raspados y rojos, también tenía los dedos del pie adoloridos, había pateado y golpeado a la pared por la desesperación de perder a su esposa, no le había importado hacerse daño, ni siquiera le importaba morir en ese momento. Su cabello rizado caía suavemente hasta el piso, parecía alguna especie de ángel caído.

Daryl seguía rastreando hasta que encontró una puerta en un corredor sin salida y pensó que era el lugar perfecto para esconderse del resto del mundo. No podían entrar los caminantes y tampoco los vivos, eso quería decir que era perfecto. Se acercó y empujó con fuerza, la puerta no cedía, Daryl suponía que estaba bloqueada con algo. Puso el oído en el metal y logró escuchar los sollozos del sheriff.

—Rick, abre... soy Daryl— Gritó en susurros

No quería que los caminantes que aún estaban en la prisión fueran por él. Grimes no respondió, sí lo escuchó pero no tenía ganas de lidiar con nadie. Daryl no se daría por vencido, no le fallaría, así que comenzó a empujar con todas sus fuerzas y propinó patadas a la vieja y oxidada puerta de metal. 

Era demasiado dura pero Daryl lo lograría, en ese momento sentía tantas emociones inexplicables que él creía que podía levantar un auto. Siguió golpeando y golpeando hasta que por fin la puerta cedió un poco. Daryl empujó por última vez la puerta causando un chirrido metálico y vio al sheriff derrotado que estaba en el piso en posición fetal.

—Rick ¿Estás bien hermano?

—Se fué, no puede ser... se fué...—Chillaba Rick en el piso

—Sé que es duro hermano pero debes ser fuerte, por Carl, por la pequeña, por el grupo...

—No—Respondió el sheriff llevándose las manos a la cara

De pronto la puerta hizo otro chirrido, eran caminates que comenzaban a entrar. Estaban atrapados, era obvio. El ruido de la puerta había alertado a los caminantes cercanos y ahora iban en busca de ellos, Daryl sintió un cosquilleo en su estómago y una corriente de aire frío en su espalda.

—Hermano tenemos que irnos—Dijo Daryl mientras tomaba su ballesta de su espalda

El sheriff no le hizo caso y continuó llorando, no le importaba morir, no le importaba realmente nada ahora, estaba cegado por su dolor. Daryl, al ver que Rick estaba muy mal, lo cargó en sus brazos y comenzó a correr hacia el lugar contrario a la puerta. No sabía si había puerta trasera pero no había otra alternativa, el salón en donde estaban era grade y tenía algunos estantes con cajas marrones vacías, detrás de las cajas del fondo podía verse el marco de una puerta de metal escondida a la vista normal. Daryl recostó a Rick en el piso y comenzó a lanzar las cajas a un lado para llegar a la puerta, cuando llegó hasta ella la forzó pero estaba trabada por fuera, era casi imposible de traspasar.

—Rick, amigo tenemos que buscar...

Se detuvo, Rick estaba matando caminantes como loco, tenía un tubo en las manos y . Se había metido entre la multitud de muertos y estaba totalmente rodeado. A Rick no le importaba ya su vida.

Daryl tomó nuevamente su ballesta y comenzó a lanzar flechas hacia las cabezas de los muertos andantes, uno a uno iban cayendo al suelo. Cuando por fin terminaron con todos, Rick quedó parado entre los cuerpos inmóviles en el suelo y apretaba los puños, tenía los nudillos blancos.

— Rick, ven. Vamos con los demás, están preocupados
— No
— ¿Por qué?
— Déjame en paz, por favor. Sólo déjame en paz
— No, ven, vamos. No estás seguro aquí.

Daryl se acercó a Rick y lo volvió a cargar. Estaban a punto de entrar a donde todos estaban pero Rick estaba indispuesto.

— No, no quiero — habló Rick con la voz un poco quebrada
— Vamos Rick — Insistió Daryl
— No, necesito dormir
— Está bien, hermano— Contestó Daryl

Caminó hasta una de las celdas del segundo piso y lo recostó en una cama. Rick se acomodó de nuevo en posición fetal y comenzó de nuevo a sollozar, a Dary le dolía ver así a su amigo. Le dió un par de palmaditas en la espalda en señal de apoyo y después se puso de pie.

— Daryl — Llamó Rick
— ¿Sí?
-Cuida mucho a Carl y a ese bebé, hazte cargo del grupo mientras resuelvo esto por mi cuenta — Dijo Rick y se giró en su lugar mirando a la pared
— Sí amigo — Contestó el arquero y salió de la celda

Ahora necesitaba informar a los demás que Rick estaba a salvo, faltaba Carol. Al llegar a la reunión de sobrevivientes Daryl comenzó a hablar. Cuando terminó tomó su ballesta y caminó de nuevo a los pasillos de la prisión. Aún había luz de día y podía salir a buscar a Carol por unas dos horas. Uno ya estaba a salvo y la otra pronto lo estaría.

MI SALVADOR. (Rickyl) (TWD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora