Orbicular de la boca: El músculo usado para fruncir los labios. ¡Mantenlo en forma!
Yo no había dejado a Becca, razoné mientras mis maestros explicaban de pie junto a sus pizarras. Simplemente habíamos tomado caminos separados. Los amigos hacían eso todo el tiempo, y no por ello guardaban rencores. Era la selección natural, o la supervivencia del más fuerte o algún otro término sociológico. ¿Cierto? No tenía que sentirme mal por esto. Mucho.
La cosa era, que sabía en mi corazón que ninguna cantidad de análisis y razonamiento podría cambiar el hecho de que ella estaba herida. Herida como por una pisada de botines de fútbol. Y yo era la fuente de su dolor. Tenía que hacer algo, decir algo, arreglar las cosas. Tan pronto como descifrara cómo.
Después del último timbre me dirigí hacia los casilleros, ansiosa por ponerme mi camiseta y descargar algo de tensión en el campo. Pasando por la escalera, no vi tanto a Chrissandra y a sus amigas asomadas sobre su baranda preferida, como las escuché. Elaine estaba hablando sobre una fiesta, y Chrissandra la interrumpió con el dato de que esa noche sería la que Kyle y ella celebrarían su aniversario de ocho meses.
Lo que sea. No podía enfocarme en que me estaban dejando fuera. Eso solo me volvería loca, y tal vez hasta el punto en que me pondría molesta, muy molesta. Así que cuando pasé junto a ellas, agaché la cabeza e intenté no mirarlas, o escucharlas (o sentirlas).
—Ahí está ________ —dijo Mandy, tan distintivamente, que ni siquiera mis mejores esfuerzos, pudieron bloquearla.
Chrissandra elevó la voz.
—¿Adónde se dirige?
—A las prácticas —dijo Elaine.
—Nah, se va a encontrar con su nene —rió Chrissandra—. Debe tener muchas ganas.
La sangre que se sintió helada durante toda la tarde por la culpa, rápidamente se calentó. De acuerdo, entendía que afirmaran que detestar a JungKook hubiera sido todo un acto, pero vamos, el show se terminó chicas. Se suponía que eran mis amigas, las personas a las que Y podría vomitarles encima y aun así contar con que me amaran. No que hablaran de mí y se rieran de mí detrás de mis espaldas.
¿Por qué no podían ser ya mis verdaderas amigas como...? Oh, Dios. Mi corazón se saltó un latido. ¿Cómo yo lo había sido para Becca? Excepto que nunca quise ser mala con Becca a propósito, así que tal vez ella y yo aún teníamos oportunidad. ¿Y en cuanto a mis amigas universitarias? Ya no estaba tan segura. No estaba segura de cuanto me importaba.
Minutos después me puse frente a Hartley y le pregunté si podía salir antes de la práctica. Admití que tenía unos asuntos que arreglar con una amiga, y basándome en su rápido y compasivo asentimiento, me imaginé que pensaba que estaba relacionado con el fútbol (y probablemente algo que había comenzado por mantenerme en el JV). Para pagarle por su amabilidad, le di especial atención a Dayle y a un par de Pitufas, llevándolas hacia un costado del campo, y haciéndoles hacer algunos ejercicios.
Centrándome en la forma en que sus piernas trabajaban, fui capaz de detectar cuáles eran sus fuertes, y sus debilidades, y pronto ver algunas mejoras. Lo cual fue sorprendente, e incluso divertido. No había pensado mucho en las habilidades de mis compañeras antes, aparte de lo que podían hacer en el campo para ganar un juego. Era interesante ver al equipo como la suma de sus partes, y ver como al ajustar una de esas partes podía potenciar el poder en los otros, resultando en una unidad más fuerte. Cuando Hartley sopló su silbato y me señaló, supe que ya podía irme. Y era mejor que pusiera mi mente en lo que realmente importaba: qué rayos iba a decirle a Becca.
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El ABC de Como Besar Chicos (JungKook BTS) [LIBRO ADAPTADO]
RomanceFrío... caliente... atrevido... suave... Por alguna razón, eso te hace tan adictivo.