Cálmate: ¿Está cansada tu pareja? Besuquearse es un calmante para el estrés médicamente reconocido.
Mientras me movía a través de la multitud en el patio para encontrar a Becca, vi a JungKook apoyado contra una pared. La preocupación debió haberse fugado por mis poros, porque él me echó una mirada, les dijo algo a sus amigos y vino directamente hacia mí.
—_________, ¿estás molesta? —caminó junto a mí.
—Se podría decir que sí.
—¿Hay algo que pueda hacer?
Mire a sus oscuros ojos negros, y consideré impulsivamente dejar pasar todo lo que había ocurrido en las últimas horas. Luego mi mirada se concentró en sus labios, y me di cuenta de que lo último para lo que quería utilizar la boca era para hablar...
—Uh-huh —dije, y agarré su mano, y tiré de él hacia el interior del edificio. No me importaba si alguien nos veía.
Lo arrastré hacia el lugar favorito de Chrissandra, bajo las escaleras, que me imaginé estaría vacío a esta hora. —Lo que me vendría muy bien ahora mismo —le dije—, un beso de te-veo-luego.
Una sonrisa encendió sus ojos. Luego, sin preguntas, su mano se dirigió a la parte trasera de mi tenso cuello y me acercó. Más cerca. Más cerca. Hasta que nuestros labios estaban juntos, luego nuestras lenguas y nuestra respiración, incluso creo, nuestros latidos del corazón.
Era el paraíso no hablar, no pensar. No ser la capitana de JV o la chica que Chrissandra debía odiar o incluso que JungKook hace pasar por su novia. Dentro de ese momento en el tiempo y espacio, era únicamente yo, ________ Elizabeth Stanhope, lanzando las preocupaciones al viento y perdiéndome en los brazos de un gran chico.
—Oh mi Dios, ustedes dos —dijo una voz, interrumpiendo mi monólogo interior—. ¡Consíganse una habitación!
JungKook y yo nos dimos vuelta para ver a CeeCee Stevens haciendo una cara de asco.
Fue un momento tan bueno como ningún otro, luego me liberé de JungKook, solo para sentirme extrañamente fría y vacía.
—Nos vemos más tarde —le dije, luego le guiñé un ojo mientras me alejaba.
Él me regresó un adiós que no capté completamente, pero no podía alejar de mí su tono, todo profundo y gutural.
Ya no era un manojo de nervios caminando cuando vi a Becca. Acepté con agradecimiento mi hamburguesa con queso, y entre bocado y bocado, descargué toda la mierda.
—Chrissandra —respondió ella, con certeza cuando terminé—. Ella es la que está intentando derribarte.
No discutí, pero no estuve de acuerdo, tampoco. Me parecía demasiado fácil. Ella había venido a mí personalmente para decirme lo que pasó con AJ y las pastillas. ¿Por qué no me había respondido?
Cuando llegué a mi casillero después del almuerzo, un biberón colgaba de una cinta rosa en la rejilla de ventilación de mi casillero. Tranquilamente lo desaté y lo arrojé a mi mochila. Mientras las chicas siguieran molestándome, todavía estaban de mi lado. Tan extraño como eso sonaba.
¿Y a quién no le gustaban los biberones?
En la práctica, era lo de siempre. Nos adecuamos y corrimos hacia el campo, con Heartless alrededor, gritando sugerencias y soplando su silbato molesta. Desesperadamente, quería hablar con ella, acerca de la nota, Chrissandra, mis probabilidades de ascender al equipo universitario, ahora que AJ estaba en suspensión, pero sabía agachar mi cabeza, y trabajar duro era mi mejor juego.
Me lleve a mis Pitufas hacia un pedazo de hierba para comenzar un trabajo de piernas de nuevo. Quería que Hartley me notara. Y bueno, en realidad, era un gusto trabajar con ellas. También no podía dejar de preguntarme, ¿Si alguna jugadora más antigua me habría dado esta clase de tiempo y consideración cuando hubiera empezado, fuera un junior en JV?
Mis buenas intenciones murieron rápidamente cuando mi mirada se posó en Emma (cuyas manos me seguían recordando cuando éstas estaban sobre JungKook). Alegremente la había designado nuestra chica de agua del día de hoy, para que cada vez que alguien necesitara una botella de agua, ella tuviera el honor de llenarlo, necesitando un par de largos recorridos a través del campo hacia la parte superior, donde estaba la nevera.
Cuando ella me miró, vi el sudor a largo del nacimiento de su cabello, simplemente sonreí.
—No te preocupes. Sé cómo te gusta hacer todo lo posible para complacer a tus maestros, y me aseguraré de que la entrenadora Hartley te de un crédito extra.
El resentimiento se profundizó en sus ojos, convirtiéndome en una Chrissandra, tratándola con una digna frialdad. Luego me encargué de organizar un entrenamiento de defensa, secretamente complacida de haber aprendido una o dos cosas a los pies de la Reina de Hielo.
* * *
Becca y yo vagamos hasta llegar al DQ* después de la película. Pedimos un helado de dulce con frutas, nueces y brownie con cobertura de chocolate, y luego lo devoramos con dos cucharas, hablando y bromeando. Sin agendas, sin hablar de CAL, carbohidratos, grasas o pedos, sin nadie que basurear o adular.
Más tarde, algunos chicos del equipo universitario de fútbol se acercaron, y pese a que uno de ellos me preguntó por qué no estaba en casa de niñera de mi novio, lo pasamos bien.
Finalmente, Becca y yo decidimos terminar la noche y nos dirigimos hacia la SUV de mi madre. Mientras me dirigía a la salida, un coche se acercó rápidamente, a horcajadas sobre la línea. Tuve que girar para evitar colisionar, y me di la vuelta para tratar de ver a quién casi me había golpeado. No estaba sorprendida al ver a Kyle al volante y su reina en posición de prominencia real junto a él. Ellos fingieron no verme, yo pretendí que eso era porque su insuficiencia detrás del volante lo avergonzaba, y no porque ellos eran demasiado buenos para nosotras.
Dejé a Becca en su casa, luego me dirigí a la mía. En cuanto doblé a mi calle, vi las largas piernas de Junkook tendidas desde la acera hasta el círculo de la farola. Me pregunté si había llegado a casa después de una noche con los amigos, o tal vez había lanzado al aro hasta que cayó por el agotamiento.
Entré en al garaje y tomé la decisión de permitirme una fracción de segundo para ir a saludar. Pensé que a estas horas estaríamos a salvo de las miradas indiscretas de nuestros padres. Pero cuando llegué a la parte trasera del auto, él estaba de pie, con la cabeza flotando, lo que sugería que él estaba hablando con alguien. Cinco alarmas de incendio sonaron de repente en mi cabeza.
Me escondí en un espacio oscuro de nuestro jardín, y esperé con un montón de grillos chirriando. Hasta que él dio un paso y un cuerpo apareció detrás de él. Un cuerpo corto y rubio.
Emma.
¡Mierda, debí haberla matado con flexiones de brazos y vueltas, en lugar de solo el deber del agua!
Quería marcharme de allí. Quería correr a mi casa, cerrar la puerta y pretender que nunca había visto una cosa así. Pero más que nada, quería ir a tomar el celular de mi papá para llamar a la municipalidad, para informarles de la monstruosidad más atroz de todas: JungKook con otra chica.
DQ: cadena internacional de helados.
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El ABC de Como Besar Chicos (JungKook BTS) [LIBRO ADAPTADO]
RomansaFrío... caliente... atrevido... suave... Por alguna razón, eso te hace tan adictivo.