Introduzco dos dedos dentro de ella y se estremece, yo sigo besándola en cada centímetro de su ser y no sé cómo termino bajo ella. Se aleja hasta mis pantalones, desabrochando y bajando una vez todo despejado incluyendo mis zapatos, ella toma mi miembro y lo masajea, deja caer un chorrito de saliva en mi glande, se siente divino. Luego inserto mi pene en su boca y su lengua hace maravillas, estoy a punto de correrme, pero no quiero hacerlo en su boca sino dentro de ella. "¿Tomas la píldora?" ella solo asiente con su cabeza desde esa atrevida posición, me volteo para quedar sobre ella y juntos formar uno, llegar al clímax y pedir más hasta que mi celular decide sonar.