Ahora que recuerdo...

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S E B A S T I Á N

-¿Vas a querer algo más, preciosura?- Le tomé la mano a Elven, la chica que se sienta a mi lado en Física, es adorable y MUY hermosa.

Cabello negro lacio y largo hasta la cintura, piel nívea con pecas en sus mejillas, hombros y espalda baja (No pregunten como lo sé...) Es alta pero no como yo, delgada y con una cintura muy pequeña, caderas anchas y piernas largas. Lo que más me encanta son sus ojos, son de color azul, como el cielo por las mañanas... Cambiemos de tema mejor, que creo que ya me puse cursi...

-No, muchas gracias, solo una servilleta porque no quiero ensuciar mi vestido nuevo.- Me ofreció una gran sonrisa.

-Sabía que te gustaría, le atiné a la talla perfecta. ¡Y se te ve hermoso!-

Elven se sonrojó y salimos de la heladería.

-Ya vámonos a casa, va a llover...-

-¿Segura? Está muy soleado...-

En ese mismo instante se escuchó un trueno seguido por la melodiosa risa de mi novia.

-Te-lo-di-je.- Apretó mi mejilla mientras hablaba separando las sílabas.

-Muy bien.- Dije inflando las mejillas como un niño pequeño. -Iré por el auto.-

Ella se quedó sentada en una banca, jugando con el colguije de su teléfono móvil y yo caminé al estacionamiento público. Entre a mi auto y me quedé recostado, de repente me había perdido en mis pensamientos, comencé a conducir sin prestarle atención al camino. Miré el cielo a través del parabrisas, se había nublado, era un color azul muy pálido y agrisado. Recordé muy vagamente unos ojos, los ojos de un cachorrillo lastimado de 14 años. ¿Dónde estará ahora? No quise pensar en la peor de las situaciones donde su bastardo hermano mayor hacía el papel de verdugo así que conduje hasta quedar enfrente de Elven, me estiré para abrir la puerta del copiloto y que ella entrara, la esencia de su perfume de vainilla y el de su champú Pantene se apoderó del interior del auto, cerré los ojos y aspiré.

-Adoro como hueles.- Besó mi mejilla y mientras se ponía el cinturón de seguridad pasaba la mano por encima de la mía que estaba en la palanca de velocidades. Aceleré y nos perdimos en el tráfico de la ciudad.

-Oye... vienes muy serio. ¿En qué tanto piensas?- Ya habíamos entrado a carretera y ninguno de los dos había pronunciado palabra, fue ella quién lo rompió con esa pregunta que me descolocó unos segundos.

-Pues... pensaba en... ya sabes...Creo que olvidé dejarle comida a Roko.- Me encogí de hombros y la miré unos segundos.

-Uy, pobrecito. Hemos estado fuera 4 horas... debe estar aullando de hambre.-

-Si... cuando llegué le doy.- De nuevo se formó un incómodo silencio, nos detuvimos en un semáforo rojo y Elven volvió a hablar.

-Mi amor, antes de conocerme. ¿Con quién estabas? Me acuerdo que cuando nos conocimos siempre andabas distraído y alguna vez me dijiste que te la pasabas preocupado por alguien... No recuerdo el nombre que me diste... Ezai... Asky...-

-Skye.-

-¡Sí! ¿Quién es? ¿La conozco?-

-Humm... no lo creo, íbamos a la escuela juntos, yo estaba apenas en Preparatoria y... ella...- En realidad me dolió un poco decir ella. - ... en Secundaria. Era como un gatito perdido, su familia no la quería y se quedó un tiempo viviendo conmigo... Al final su hermano vino por ella, yo traté de defenderla...-

-Y por eso la cicatriz de tu abdomen ¿Verdad?- Asentí.

-Desde ese día no volví a verle, pero eso ya pasó. Ahora tú estás conmigo, mi amor.-

Cuando Skye y yo estábamos juntos, nunca me imaginé decirle "Mi amor" a alguien, ni siquiera a él se lo había dicho. Miré a Elven, que revisaba su celular. Cabello negro, ojos azules como el cielo en las mañanas, piel pecosa, pestañas largas, labios anchos y carnosos. Era como tener una versión femenina de ese chico, volví la vista al camino, quizás no he podido olvidarle del todo y ahora que miro mejor a la chica de mi lado, me doy cuenta de mi error. Busqué un reemplazo, alguien que llenara el vació que dejó el pequeñajo aquel. Suspiré y apreté el volante, en mi estómago comenzaron a hervir los sentimientos que derramaba mi pecho y la cicatriz me ardía. Sentí de nuevo la mano de Elven, esta vez en mi rodilla.

Volteé la vista un segundo y ella miraba por la ventana, a través de los espejos pude observar que tenía un semblante serio, algo avergonzado e impaciente.

-¿Qué pasa cariño?- Su rostro se sonrojó más de lo que ya estaba.

-¿Te quedarías a dormir conmigo?- Dijo mordiéndose sutilmente el labio.

-Claro que sí, Princesa.- Sonreí de lado y aceleré.



||HOLAAA Es la primera vez que narra Sebastián. No lo odien :v El siguiente tratará de Kayden y Ash (Talvéz) ||

||Me inspiré con "If you can't hang it" de Sleeping with Sirens, "The Classic Crime" y "Eating the Cannibals" de Heaven & Hell||

LOS AMAN

EL AUTOR Y LA AUTORA

AXEL & HIROSE

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