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Camino por el tren buscando las puertas del comedor, no sabía que tan largo era el tren pero ya tenía bastante tiempo caminando y aun no las encontraba, sus mano portaban guantes de cuero nuevo pero aun así se veían pequeñas para ser las manos de un hombre, su gabardina era algo pesada, pero hacia frio como para andar por el pasillo sin ella, aún seguía caminando, hasta que llego a un espacio abierto, un vagón abierto donde la ventisca helada se podía sentir salió para pasar al otro extremo del tren, pero el miedo lo invadió cuando se dio cuenta que la puerta del extremo no se podía abrir, regreso a prisa a la puerta por donde había salido, pero esta se había cerrado por dentro al salir, empezó a gritar por ayuda, pero con la garganta helada y el sonido del tren era casi imposible que alguien lo escuchara.


Pensaba que iba a morir ahí, congelado por el frio, sin ayuda, tenía miedo, sentía el frio en su rostro, sus manos y sus pies ya que eran partes de su cuerpo que nunca se calentaban, su respiración era calmada porque era casi una tortura respirar el aire helado, camino un poco y se sentó en una de las puertas esperando a que alguien lo encontrara al salir, cerró los ojos debido a que el viento frio los hacia doler y llorar, tocaba la nieve con la mayoría de su cuerpo, sentía cansancio, algo de fatiga, realmente no sabía si podía abrir los ojos, suspiro pesadamente y apoyo su cabeza en la puerta de metal.


Su mente dejo de pensar en algo fijo, su cuerpo ya no quería moverse, su cara estaba totalmente helada, intento abrir sus ojos viendo totalmente negro y posteriormente de unos minutos más de agonía, termino inconsciente.


Sentía el cuerpo en algo tibio, el dolor en sus articulaciones aún era presente, abrió los ojos viendo en un inicio negro pero luego todo se aclaró, miro hacia todos lados buscando saber dónde estaba, a su lado estaba su sirviente quien lo remojaba un poco con el agua humeante, no traía su vestimenta de gabardina negra si no un camisón blanco muy similar como con el que se bañan las mujeres, su sirviente lo miraba con preocupación, escucho el sonido de la puerta abrirse y miro al joven alto y delgado acercarse a su sirviente.


Veo que ha despertado Park Jimin – pronuncio el joven poniéndose en cuclillas a lado de la bañera sonriéndole un poco – ¿cómo se siente este baño caliente?


Bien – dijo Jimin vergonzoso por la situación extraña en la que se encontraba.

Pero Park ¿cómo cayo en esa situación? – pregunto Hoseok viéndolo con ternura y preocupación a la vez.


Yo estaba buscando el desayunador, no sabía dónde estaba y quede atrapado entre esas dos puertas – pronuncio Jimin viendo como Hoseok le prestaba toda su atención – Señor Jung yo temí mucho en esos momentos – susurro Jimin.


No se preocupe Jimin mientras usted este en mis manos, yo lo voy a cuidar – contesto Hoseok ante las declaraciones de Jimin.


Jimin siguió en el agua por un rato hasta que sus articulaciones dejaron de doler, el agua había comenzado a enfriarse Hoseok se encontraba leyendo un libro sobre la física, mientras cuidaba que Jimin no sufriera algún accidente en el agua.


El agua comienza a ponerse helada – pronuncio Jimin mirando a Hoseok esperando alguna respuesta.


Entonces es hora de que usted salga de ahí – dijo Hoseok mientras cerraba el grueso libro de pasta azul que portaba entre sus manos.


Se levantó de su asiento mientras recogía una toalla que estaba en otra de las sillas continuas a él, se acercó a Jimin viendo como la tela del camisón se trasparentaba en su pecho y sus muslos haciendo una vista casi pecaminosa, sus muslos grandes y su pecho dejando mostrar aquellos botoncitos color caramelo, hacía que su cuerpo reaccionara de manera nerviosa exigiéndole más contemplar ese cuerpo que tenía enfrente, sin embargo el solo giro su mirada a otra dirección y entrego la toalla lo más rápido posible.


Jimin por su parte se sentía sofocado por la situación, la tela de esa prenda mojada que portaba se pegaba en su cuerpo haciéndolo sentirse expuesto, sabía que la mirada de Hoseok luchaba por no verlo y eso lo avergonzaba aún más, su cuerpo también reaccionaba al ver a Hoseok tan avergonzado por los impulsos sin libido, tomo la toalla de las manos de Hoseok quien inmediatamente dio un giro sobre sus talones y suspiro con pesadez.


Señor Jung, necesito ayuda – pronuncio despacio Jimin mientras miraba a Hoseok de espalda quitarse el saco color tinto que portaba – el botón del cuello – suspiro Jimin esperando respuesta alguna de joven que le daba la espalda.


Enseguida Jimin, deme la espalda – pronuncio seguido de votarse.


Jimin recibió las palabras como si fueran ordenes dio la vuelta enseguida dándole la espalda a Hoseok quien agonizo con solo mirar la manera en que la tela se pegaba a sus glúteos y muslos dejándolo totalmente agitado por las reacciones en su cuerpo, Hoseok paseo las manos hacia aquel botoncillo blanco que esperaba en el cuello de Jimin, solo para botarlo en menos de un segundo, dejando que este se abriera un poco dejando al descubierto un poco de la espalda blanca de Jimin, deseo por unos instantes magrear con Jimin.


Listo – dijo Hoseok mientras Jimin se volteaba con la toalla sostenida en su pecho cubriéndose un poco, Hoseok no podía apartar su mirada de los ojos de Jimin quien se ruborizaba al verlo, sus mejillas carmesí y sus ojos pequeños como si no quisieran abrirse.


Hoseok se impulsó por su excitación y tomo la cintura de Jimin acercándose a su cuerpo sintiendo como Jimin dejaba caer la toalla apoyando sus manos hechas puños en el pecho de Hoseok cerrando los ojos fuertemente, Hoseok sentía su camisa mojada pero la fragancia del cuerpo de Jimin era sumamente cautivante lo hacía perder totalmente el juicio en esos momento.



La puerta del vagón se abrió dejando ver un joven desconcertado por la vista, queriéndose retirar rápidamente se empezó a disculpar repetidas veces, provocando que Hoseok reaccionara separándose de Jimin rápidamente, buscando algo de cordura en sus acciones.


Con su permiso – susurro Hoseok saliendo rápidamente del Lugar dejando a Jimin con el sirviente.


Discúlpeme señorito Jimin – pronuncio el jovencillo inclinando la cabeza.


No pasa nada, ayúdamea desvestir – respondió Jimin sonriéndole un poco mientras el joven sacaba elcamisón mojado de su cuerpo y lo ayudaba a colocarse ropa limpia y seca. 




Nota de autora: Es curioso Lectoras pero he de confesarle que escucho un tipo de música tan inadecuado para realizar este fanfic, espero que les guste el segundo capítulo de este "cuento", Gracias por leer ¡Hasta Pronto!

SNOWSTORM (Hopemin/Jihope)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora