Me encontraba acostado mirando el techo de mi habitación, pensaba en el "pequeño cambio" de mi trato con ese hombre y en todo lo que me había dicho después. Ahora más que en cualquier otro momento de mi vida sentía lo delgada que era la línea que nos separaba.
No lo sabía todo, no tenía todos los detalles , pero no hacia falta, no se necesitaba ser muy inteligente para saber que ese hombre siempre tenía un carta bajo la manga y que esta no era la excepción.
Estaba jugando con fuego y a ciegas.
Las promesas del pasado pesaban más que nunca antes y yo sabía qué tenía que hacer. Protegerla siempre. Finalizar este trato cuanto antes.
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John me dijo que debía volver a estar en misión cuanto antes, aprovechando la mejoría de mi ánimo; en misiones que de verdad requieran mis habilidades al 100%.
De cierto modo entendí a qué se refería, no podía estar todo el resto de mi vida dedicándome a cosas banales, le pedí un par de semanas para recuperar del todo mi estado físico, una pequeña mentira que me daba tiempo de cerrar mis tratos pendientes fuera del MI6. Aceptó y él mismo se encargó de ponerme bajo entrenamiento. De lunes a jueves de 9 de la mañana a 6 seis de la tarde y viernes de 6 de la mañana hasta la hora de almuerzo... Se lo tomó bastante en serio.
Leonor notó el cambio y las preguntas no se hicieron esperar. Intenté explicarle sin un por qué pero esto no fue suficiente. Todo se complicaba y justo ahora que necesitaba más que nunca que confiará en mí. Intente llegar a un punto medio como siempre lo hacíamos, algo funcionó. Por otro lado aún tenía el tiempo por las noches para buscar las piezas y entregarlas a mis clientes, era bastante agotador la verdad pero en las semanas que me quedaban lograría finalizar. Y eso era lo que quería.
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-¿Un café y el especial del día? - me preguntó Leonor al recordar aquella vez que habíamos estado en este restauran hace un tiempo, me hizo reír.
-Ese día estaba del humor para pedir el especial del día - respondí aún riendo.
-¿Algo había pasado? - preguntó curiosa apoyando los codos en la mesa y su mentón en sus manos para acercarse un poco más a mí.
-No que yo recuerde- fui sincero respondí meneando la cabeza y ella sonrió.
-¿Y hoy tienes el humor? - preguntó mirándome con esos ojazos que tenía y no pude evitar gastarle una broma.
-En realidad... - dije haciendo una mueca que le indicase un no - teniéndote aquí como que mi humor no es muy bueno - finalice y me encogí de hombros, no había terminado de hablar cuando Leonor ya había golpeado mi brazo con su mano.
-¡Hey! ¿Qué te crees?, no fue gracioso - contesto frunciendo el ceño y sentándose apoyando la espalda en el espaldar de la silla.
- Claro que sí lo fue - contesté frotando mi brazo golpeado - nada es mejor que esa cara que pones cuando no te complacen - contesté con mi mejor sonrisa plantada en los labios.
- A veces eres un idiota, ¿Sabes? - contestó mirándome fijamente como buscando algo - ¿Qué me quieres decir? - preguntó de repente casi sorprendiendome si no la conociese.
-Uh, ¿cómo lo notaste? - pregunté haciéndome el sorprendido y llevándola al tema de a poco.
-¿Cómo esperabas que no lo hiciera? - preguntó y yo sabía que se debía a que últimamente me tenía más bajo la mira -¿Qué es?, dime.
-Bueno, señorita curiosa, ¿Recuerdas todos los asteriscos de la lista? - pregunté aún yendo de a poco.
-¿Los clientes especiales? - fue directo al punto - ¿Qué tiene?.
-Si, bueno, hay uno que quiere conocerte - lo dije sin más.
-¿Por qué? - preguntó más seria de lo que me hubiera gustado. Y yo me encogí de hombros.
-Sólo me comentó que le gustaría saber quién es la que hace las obras.
-Entonces es un hombre...
-Si, ¿Qué tiene?.
-Esto no me da buena espina, no quiero.
-¿Por qué no, Leonor?- me sentía muy sucio al estar intentando convencerla... Pero no lograba imaginar qué hacer sí tenía su negativa...
-Zack, no soy una chica buena, hay muchas personas a las que le he hecho algo o me han hecho algo y a las cuales evito a toda costa.
-¿Crees que este hombre es uno de ellos? - pregunté.
-No lo sé... Pero arriesgarme así no más... no es lo mío y lo sabes. ¿Podemos pedir la comida? - preguntó tomando el menú.
-Lo sé, pero, por favor piénsalo, ¿si?. Es un cliente importante después de todo... Si a él le agrada, nosotros tenemos dinero, ¿No? - comenté como última opción - ¿Qué quieres comer? - pregunté cambiando el tema y con el mejor tono.
-Lo pensaré - dijo Leonor dedicándome una sonrisa, realmente no había esperado eso - ¿El especial del día te parece bien?.
-Más que bien - respondí.