-- ¿Que vas a hacer qué?
La chica se giró a verlo alterada por lo que acababa de decir.
-- Ya lo hablé ayer con los chicos. Es lo mejor para mi y para vosotros. -- Sonrió en un intento de transmitirle calma. -- Ya te lo dije, estaré bien.
Acarició su suave cabellera cobriza y la abrazó por debajo de la barriga posando su cabeza en su hombro. La muchacha se encontraba sentada en su regazo, en la cabeza del Sunny, por lo que sus cabellos se arremolinaban con el viento dándole una preciosa vista de ella al moreno.
La quería tanto... y le frustraba en sobremanera tener que abandonarla así y con un bebé en camino.
Era tan frustrante... no podría estar más con ella, no conocería a su hijo, no podría vivir feliz como una familia formada con la muchacha... Porque solo le quedaban días de vida.
Pero precisamente por eso quería aprovecharlos al máximo estando con ella. Había tardado demasiado en confesarse... Y ahora que tan bien estaban... él se tenía que ir para no volver.
La abrazó con más fuerza escondiendo esta vez la cabeza en su espalda intentado ocultar las lágrimas que había empezado a derramar. No podía permitir que ella lo viera así o la derrumbaría también. Debía ser fuerte por los dos y aguantar la opresión que sentía en el corazón en esos momentos.
-- Nami. -- Se quitó el sombrero y lo posó sobre la cabeza de la muchacha. -- Quiero que te quedes con esto.
-- Luffy...
-- Sabes que es algo muy valioso para mi. Aunque Shanks me halla dicho que no se lo devuelva por ser el símbolo de mi bandera... Sigue siendo un tesoro para mi. Y ahora quiero que tú te lo quedes.
-- Luffy... Gracias. -- Sonrió con lágrimas en los ojos. -- Gracias por quererme.
-- Te amo.
-- Yo también te amo... Mi Rey pirata.
***
-- ¿Ya te vas?
El futuro nuevo capitán de la tripulación había pillado al moreno infraganti cuando este intentaba bajar del barco sin ser visto. A esas altas horas de la noche supuso que todos estarían durmiendo, se equivocó.
-- Sí, cuida de Nami y de los chicos. Confío en ti para que los protejas y los guíes por el mar.
El mayor asintió sin cambiar su expresión seria.
-- ¿No te despedirás de los demás?
-- Odio las despedidas. Esta vez no podré decir "Hasta otra" así que prefiero no decir nada y largarme sin ser visto.
-- Entonces hasta otra. -- Por primera vez en todos esos agotadores días el peliverde mostró una sonrisa. -- Capitán.
-- Sí. -- Se dirigió a la escalera que lo conduciría a Tierra firme. -- Zoro.
El aludido lo vio interrogante.
-- Yo no moriré, ya sabes a que me refiero. -- Y de un saltó desapareció de la vista del sorprendido vicecapitán.
-- Sí, supongo que sí... Roger.
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Despedida
FanfictionDespués de tantas aventuras, después de cumplir su sueño junto a sus amigos, después de tanta lucha, diversión, y malos ratos... La vida del capitán con sombrero de paja se marchita poco a poco. Él siempre supo que moriría joven y tuvo muchas adver...