Pure White

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N/A: No es un oneshot, es más bien un drabble (no supera las mil palabras). 

Resumen: Bleach 680. THE END 2. (spoilers claro)

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Hubo un prolongado silencio dentro de su mente –roto solo por el sonido del viento arremolinándose a su alrededor. Ichigo solamente podía quedarse inmóvil, solo pudo parpadear una vez mientras su corazón latía rápido y fuertemente contra su pecho, tan ruidoso que creyó que podría ser escuchado por alguien más. Y fue solo un abrir y cerrar de ojos lo que le tomó en ahogarse en la desesperación, su alma llenándose del detestado líquido de la vida.

Simplemente no podía ser real.

Él sabía que aquello debía ser un sueño – alguna cruel e increíble tortura que le habían impuesto en su mente para burlarse de él y de lo débil que estaba siendo, reducido a nada en tan solo unos minutos. Apretó los puños y la mandíbula hasta que sus dientes rechinaron, dándose cuenta un instante después de que no podía moverse y estaba temblando. Se dio cuenta de que tal vez se iba a despertar en cualquier momento.

Estaba siendo muy iluso, ¿no?

No era un sueño, era una pesadilla. No era una pesadilla, era real. Muy real.

No podía ir a peor, quiso pensar. Estaba tan equivocado que le provocaba la risa.

De pronto sintió como si su alma se estuviera dividiendo en pedazos, como si cachos de su ser le estuvieran siendo arrancados de cuajo. Dolía tanto como si le arrancaran tortuosamente lento cada una de sus extremidades o incluso más. No tenía nada con que comparar esa sensación, no alcanzando ni siquiera al dolor que sintió durante la perdida de sus poderes.

Perdió la sensación de su cuerpo, sumergiéndose en lo recóndito de su mente en un estado de pánico. Como lo había sentido, su mundo interno estaba sumido en un océano de desesperación, mucho más profundo de lo que jamás había visto o sentido antes. A pesar de su estado preocupante, algo estaba mucho peor allí dentro. Todo temblaba, le zumbaban los oídos y su pecho se oprimía cada vez más con cada doloroso latido de su agitado corazón. Buscó con la mirada a los otros dos integrantes de su alma, hallándolos en poco tiempo. Ahogó un jadeo, lanzándose en esa dirección y aterrizando forzosamente sobre lo que parecía la azotea de una casa.

— ¡Tensa...! —no tuvo oportunidad de llamar su nombre del todo, la palabra muriendo en su garganta al ver el deplorable estado de la zanpakuto. Su espada había sido quebrada con tanta facilidad... Y se había reflejado en él. Un corte diagonal recorría profundamente desde su hombro hasta su cadera, parecía que si se movía demasiado su cuerpo se partiría en dos. Se arrodilló junto a él, esa fusión equilibrada entre ambos espíritus que recordaba estaba allí de nuevo. Levantó la cabeza de Tensa Zangetsu sobre su regazo, mordiéndose el labio mientras su mente corría entre un montón de ideas inútiles. No podía ayudar a su zanpakuto allí dentro... 

—Ichigo-

—No hables. —tomó trozos desgarrados de sus prendas y las presionó en la herida como pudo, intentando con eso detener el sangrado. Era todo lo que podía hacer, se sentía tan impotente...

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—Lo siento... no fuimos lo suficientemente fuertes. —la zanpakuto dirigió su mirada al cielo distorsionado por las ondas en la turbia agua.

—No tiene importancia.

Tensa Zangetsu podía notar en la voz de su portador la desesperación y la rendición, un estado en el que no creyó que jamás le vería. No así, no tan hundido. Había fallado en su misión, suponía. Había fallado en protegerle y ahora... Un grito ahogado salió de entre los pálidos labios, sus ojos vario color cerrándose con fuerza debido al fuerte tirón de dolor que sentía. Entreabrió los ojos, apretando su mandíbula y mirando hacia Ichigo, sus ojos cafés reflejando su propio dolor.

"Ya veo... él también puede sentirlo."

Cada vez sentía menos su cuerpo, era una sensación incómoda y escalofriante. Sentía como si estuviera siendo absorbido hacia otro lugar y no pudiera hacer nada para evitarlo.

— ¡Tensa Zangetsu, tus piernas...! —al escuchar la alarmada exclamación del shinigami, bajó la mirada. Oh... Estaba desapareciendo en pequeñas y finas partículas de reishi. Una parte de él sabía lo que estaba sucediendo, la otra luchaba porque no lo quería aceptar... En eso podían estar ambos de acuerdo, no podían abandonar a Ichigo así sin embargo, no podían resistirse.

—Por favor Ichigo, no desesperes más. —sabía que pedirle algo así era en vano. Todas sus esperanzas de ganar habían sido evaporadas bajo el aplastante poder del almighty. Y ahora su poder le estaba siendo arrebatado una vez más, pero no era solo sus poderes. Literalmente estaba perdiendo partes de su alma.

— ¿Qué se supone que haré ahora? —Tensa no pudo responder a esa pregunta. Ninguno de los dos dentro de su fusión sabía qué decirle. Siempre tenían palabras de aliento -o acciones algo extremistas -, alguna cosa que ayudara a Ichigo a seguir, pero estaban en blanco. Puro blanco.

Estaba desvaneciéndose muy deprisa, más de lo querría. Un silencioso sollozo resonó entre ambos y ninguno podría decir quién lo emitió, mas estaba claro que no deseaban un final como aquel. Era como si sus peores pesadillas se hubieran cumplido.

—Lo siento Ichigo... adiós. —una lágrima cayó de sus ojos justo antes de que desvaneciera del todo, la sola gota desapareciendo en el gran océano.

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No puedo sentir nada más que dolor. Mi cuerpo está entumecido, no puedo moverme.

Tensa Zangetsu ya no está. Mi alma se desmorona. Duele...

Escucho una cruel risa lejana. Creo que mi cuerpo golpea el suelo y los sonidos se hacen aún más lejanos.

Es el fin. Todo... se vuelve blanco puro.  

BLEACH one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora