Punishment

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Primer pedido fallido: ByaIchi, School!AU. ¿PWP? R-18.

N/A: No tengo mucho que decir... :v ¿Solo que es una de esas cosas fallidas así que no esperen la gran cosa?

x.x.x.x

Voy a empezar por el principio, y el principio es: odio a Kuchiki Byakuya con pasión. Todo empezó cuando nuestro profesor de arte se dio de baja por un accidente de auto y llegó un suplente nuevo. Recuerdo que lo primero que pensé fue: wow, ¿qué dios esculpió a ese ser? No es que me atrajeran los hombres hasta que ese estúpido con aires de arrogancia entró por la puerta del aula. Incluso una lesbiana o un chico hetero reconocería que ese hombre es un completo adonis.

Mi relación con él es cuanto menos complicada. Era tan confuso, un momento me trataba como si me odiara y al siguiente me dirigía esas miradas que derretirían hasta el iceberg más helado. Kuchiki Byakuya era una contradicción en sí mismo. Es ese tipo de persona que oculta todo lo que piensa y siente detrás de una máscara de indiferencia y orgullo. De verdad, era tremendamente molesto.

No tengo ni la menor de idea de cómo llegamos a ese punto. Ese punto viniendo a ser a yo estar atrapado contra la pared mientras aquel hombre se daba el festín en mi cuello. No me estaba quejando, no mucho.

— ¡Deja de jugar conmigo! —protesté y con motivo. Todo se resumía a fogosas caricias y desesperados besos, pero eso era todo. Y, en serio, a cinco minutos de entrar a clase que me deje así de caliente no es agradable.

—Creo que aún no te lo has ganado. —respondió con calma, abotonando la camisa de uniforme luego de haberle dirigido una mirada fulminante al reloj colgado en la pared encima de nuestras cabezas.

Resoplé—. ¿Qué tengo que hacer para merecerlo?

Se quedó pensativo por un momento mientras estiraba sus propias ropas hasta que se aseguraba que su imagen volvía a estar perfecta. Aún no sé si eso me molestaba o me agradaba de él. Presionó sus labios en una fina línea y se acercó a su escritorio, abriendo el cajón que mantenía cerrado con llave y sacando una pequeña caja de allí—. Está bien. Quédate en silencio durante mi clase hoy.

— ¿Qué? ¿Ya está? —arqueé una ceja, el reto pareciendo demasiado sencillo. No soy muy hablador en clase... Ni en la suya ni en la de nadie.

—Hay algo más. —se acercó, los bordes de sus labios curvándose hacia arriba en lo que podría describir como una sonrisa perversa. Era raro que el hombre siquiera mostrara una expresión, aquella sonrisa me hizo estremecer. ¿Qué estaría pasando por esa cabeza suya? Abrió la caja y sacó el objeto del interior, mis ojos abriéndose de par en par al reconocer de qué se trataba—. Con esto dentro de ti.

— ¿Un vibrador? Me lo pones fácil. —dije intentando aparentar que no estaba intimidado por su proposición. La verdad es que nunca había usado uno de esos... Quiero decir, aún vivía con mi familia y, aunque los quiero mucho, son MUY intrusivos. Ni siquiera puedo dormir tranquilo sin que mi viejo entre dando voces por mucho que le eche el pestillo a la puerta. Era imposible para mi comprar algo así y mucho menos usarlo.

Byakuya se me quedó mirando como si esperara a que yo me retractara del reto. No lo hice. Asintió con su cabeza y me entregó el objeto, era algo pequeño, no debería ser incómodo... o eso esperaba. El hombre sacó otro objeto de la caja y pulsó un botón, el consolador en mi mano empezó a vibrar.

—Yo me quedaré con el mando y cambiaré el nivel cuando quiera.

Tragué saliva involuntariamente—. ¿Cuál es su potencia? —me mordí el labio cuando lo sentí vibrar tan fuerte en mi mano. Mierda. ¿Era en serio?

BLEACH one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora