Líos y más líos...

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Salimos de aquella cochambrosa discoteca borrachas, menos Hayley (alguien nos tendría que llevar a casa, no iríamos por patitas), y a Brittany no se la ocurrió nada más que vomitar detrás de un coche. Cuando llegamos a casa, me tiré en la cama, empecé a pensar en que hacer con mi vida, no podía vivir así. Tal vez alguna oportunidad me salvaría... No sé, me quedé dormida...

Al día siguiente mi compañera de piso Hayley Brandon me despertó con la bocina que utiliza para las resacas...

- ¡DESPIERTA DORMILONAA! - me gritó a más no poder.

- Te falta casa para correr zorrilla - la repliqué medio dormida.

En la puerta, mi otra compañera de piso Brittany Smith, estaba en bragas en la puerta con una sonrisa en la cara.

- Pero, ¿qué hora es?

- Las 12 chata, y no has hecho los deberes de la universidad...

Me llamo Alice Stewart, 16 años, voy a la universidad junto a mis compañeras de piso. Estoy estudiando Humanidades (no sé oara qué, la verdad...), y vivo en un chalet gigante en las afueras de Phoenix.

Bajé a desayunar con la estúpida bata que me regaló mi madre. Después, media mañana y media tarde haciendo los inútiles deberes, ¿y para qué? Para nada...

Brittany llegó después de haber hablado por teléfono con unos chicos...

- ¿A qué nos sabes qué? - me preguntó Brittany.

- Haber Bree', no sé en qué piensas, no soy tú - la dije con cara de aburrimiento horrible.

- Acabo de llamar a 3 chicos majísimos para irnos de fiesta con ellos esta noche.

- Pues genial, que divertido todo ja-ja - dije con ironía y sin nada de gracia.

- Bueno, pues están muy interesados en nosotras... Te dejo aquí el teléfono del tuyo y su nombre, llámale al pobre.

Leí su nombre, Carlos Alejandro Rodríguez. No tengo ni idea de cómo se pronuncia su nombre. Parecía español o latino, ni idea. Seguramente será algún feo... Le añadí en mi iPhone, y me fijé en su foto. ¡Era monísimo! Salía con su perrito y con una cámara profesional (vaya, a mí me chiflan las fotos). Tal vez... Solo por esta... Pero no puedo, me prometí a mí misma que nunca me enamoraría de nadie desde que corté con mi novio.

Tiré mi móvil al suelo y me dormí, esa noche iba a ser diferente...

LivianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora