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Corrí  por la  gran  sala  y me  situé  en un  punto  lejano a  la  atacante.  Pero alcancé  a  ver  una  de  las cosas que más me afectarían en la vida.

Mark  se  había  quedado  un  poco  rezagado  y  ahora  se  estaba  levantando  del  suelo  e  intentando apartarse,  pero  ya  era  tarde. 

Dara  había  provocado  una  explosión  en  el  sitio  dónde  había  estado  yo antes  y  ocurrió  en  ese  momento.  El  suelo  de  la  sala  quedó  chamuscado,  y  el  cuerpo  de  mi  amigo salió despedido por los aires y se chocó contra una de las paredes impolutas. Había  perdido  la  parte  de  la  pierna  desde  el  pie  hasta  la  rodilla,  no  respiraba,  no  daba  señales  de que pudiera estar vivo. Entonces lo supe: había muerto.

Algo  golpeó  fuertemente  mi  conciencia  durante  unos  segundos. 

Me  derrumbé  de  rodillas  en  el suelo  y  noté  cómo  las  lágrimas  empezaban  a  salir  de  mis  ojos. 

Veía  que  Dara  se  acercaba  a  mí.  Veía cómo  me  ponía  uno  de  sus  gélidos  dedos  bajo  la  barbilla  y  vi,  de  repente,  cómo  Lira  entraba  en  la sala y se llevaba el cuerpo de mi amigo. Pero en ese momento me daba todo igual.

Lira  se  fue  y  yo  me  quedé  allí,  desolada.  Sabía  que,  a  pesar  de  todo,  tendría  que  hacer  algo,  así que  me  levanté  y  con  decisión  fui  hasta  el  cuchillo  que  había  tirado  Mark  e  intenté  clavárselo,  pero como  las  otras  veces,  Dara  también  se  escapó. 
No  podía  hacer  nada  más,  mientras  ella  provocaba más explosiones en mi ciudad y demás sitios...

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